El país real que no estuvo en el debate

El país real que no estuvo en el debate

Temas sensibles para la sociedad ni siquiera fueron mencionados en la contienda verbal del pasado domingo. Por eso, en la recta final de cara al balotaje, Mauricio Macri y Daniel Scioli están ante el desafío de dar detalles de sus programas de gobierno para intentar combatir la incertidumbre. ¿Lo harán?

El debate presidencial ya pasó. Atrás quedaron las chicanas, las propuestas indefinidas. A cinco días para el balotaje, se abre una nueva etapa: tanto Mauricio Macri como Daniel Scioli se encuentran ante el desafío de poner blanco sobre negro las propuestas concretas sobre los temas que más preocupan a la sociedad y que ni siquiera formaron parte del intercambio verbal protagonizado por los candidatos presidenciales.

Entre los ejes temáticos trascendentes de los que nada se dijo se destacan: cómo combatir la inflación; qué medidas se van a tomar para mejorar la calidad educativa; qué se va a hacer con el Estado monstruo, que creció a la par de la designación de miles y miles de ñoquis y de un clientelismo político que condena a los pobres a ser cada vez más pobres; cuáles serán las acciones inmediatas a tomar para generar empleo genuino y sacar de la pobreza a casi 12 millones de argentinos; qué hacer con las economías regionales que se encuentran con la soga al cuello y cómo generar crédito para alcanzar la vivienda propia;  cómo se garantizará que haya una justicia independiente y terminen presos tanto los funcionarios, como aquellos jueces y fiscales que también se corrompieron para favorecer a los K.

Ahora, ya sin las normas de un debate televisivo, los dos candidatos presidenciales pueden y deberían explayarse para proponer sus programas de gobierno. Es que la gente vive con incertidumbre el futuro inmediato. Olfatea que es inminente un ajuste, una devaluación, teme perder su trabajo o que sus ingresos se vean severamente afectados por los aumentos de los precios.

El ciudadano quiere saber sobre estrategias, quiere saber cómo van a lograr salir de la crisis, no con meros enunciados que solo indican deseos sino con una explicación coherente. Se sabe que la herencia K es terrible, que la situación económica y social se retrotrajo a los niveles del año 2001, y por eso los electores necesitan escuchar propuestas de gobierno concretas y realizables.  Por eso el diario habló con especialistas para brindar un panorama real de la situación de nuestro país. A los postulantes a la presidencia les tocará buscar soluciones y sería bueno que adelanten sus propuestas.

Inflación: “Está en el orden del 30% y parece acelerarse”

La inflación fue uno de los problemas de los que los candidatos a Presidente no se refirieron en profundidad en el debate del último domingo. Se sabe que la suba de precios a un ritmo más acelerado que el aumento del salario erosiona el poder adquisitivo e impacta en la calidad de vida.

La mayoría de los argentinos sufre esta situación como consecuencia de las erróneas políticas económicas K, y por eso en la actualidad ya son más de 12 millones de pobres en nuestro territorio.

Raúl Cuello, ex director de la DGI, en diálogo con Hoy explicó que “hay una inflación que bien medida está en el orden del 25 al 30 por ciento y por expectativas respecto del régimen cambiario parecía que se acelera por subas preventivas de precios en la cadena de venta”.

“Lo que pasa es que la inflación es un fenómeno monetario. Al tener un desequilibrio presupuestario y ese factor se lo tenga que cubrir con emisión, es evidente que se está volcando al circuito de la economía una cantidad de pesos que no tiene contrapartida con las divisas. Y eso constituye deuda del tesoro con el Banco Central”, agregó Cuello.

Y luego indicó que “acá el problema central es que el Estado está gastando el 50 por ciento del PBI. Es una carga que tiene que sostener el sector privado de la economía a través de impuestos, por lo que no hay incentivo para la economía. Tenemos un Estado grande que no brinda servicios de calidad”.

“Hoy – continuó el especialista-  faltan 70 mil millones de pesos para financiar al tesoro. Esto es una bomba de tiempo. Por eso la primera acción que se debe realizar es obtener divisas a través del Fondo Monetario Internacional. Ya podría recibir 25 mil millones de dólares a tas accesibles, pero a condición de que muestre sus cuentas públicas que indiquen transparencia”.

Todo parece indicar que para bajar a la inflación a un dígito se debe tomar una batería de medidas, pero los candidatos no dicen cuáles serán esas resoluciones. ¿No saben qué hacer? ¿O si dicen sus planes no los vota nadie?  

Un Estado grande e inútil que provoca baja competitividad 

Mientras todas las miradas estaban puestas en las repercusiones del debate presidencial, el Gobierno avanzó con nuevos pases a planta permanente en el Estado. El Ministerio de Salud de la Nación publicó el lunes pasado en el Boletín Oficial el anuncio del concurso para ocupar 594 puestos en el Hospital Posadas.

El llamado a concurso fue realizado a través de la Resolución 980/2015. Las inscripciones cerrarán el próximo 26 de noviembre, cuatro días después del balotaje y dos semanas antes de que Cristina Kirchner deje el poder.

De una manera u otra, dirigentes oficialistas buscan acomodar a militantes, familiares y amigos cercanos antes de que Cristina Kirchner deje el poder, como lo hizo el Ministro de Defensa, Agustín Rossi, cuando logró que designen a una de sus hijas como directora del Banco Nación.

El escenario se repite en distintas reparticiones oficiales y el Estado se convirtió en un monstruo sonso, lento y torpe. 

Respecto al Estado que nos deja el kirchnerismo, el economista Dante Sica habló con Hoy y señaló que “hay cuestiones a solucionar en el corto plazo y otras que son más estructurales. En primer lugar hay que aclarar que el problema no es solo el tamaño del sector público sino la ineficiencia que tiene”.

“Es cierto que el tamaño ha crecido en los últimos años, prácticamente se ha duplicado, hasta llegar al 37 por ciento del PBI, pero además es altamente ineficiente, con lo cual genera una baja competitividad a toda la economía en general”, agregó Sica.

Por lo tanto hay un desafío estructural que es que el sector público sea eficiente, eso significa mejoras en la gestión desde el punto de vista del sistema educativo, del sistema de salud, de todo lo que tenga que ver con el sistema de prestación de servicio.

“Es decir que tenemos un Estado grande e ineficiente, que encima gasta mal y ha generado un déficit  de casi 5,5 puntos del PBI. Por lo tanto hay que ir a un programa fiscal para que en los próximos años reduzca el déficit y que cambie también la estrategia de financiamiento porque al generar una fuerte dominancia monetaria impacta sobre la inflación”, concluyó el economista.  

Baja calidad educativa  y desigualdad 

No se puede hablar de que se regalan computadoras a chicos en primer grado, como dijo Mauricio Macri,  ni de que se inauguran universidades en el conurbano, como se refirió Daniel Scioli, cuando la realidad educativa de nuestro país es otra. 

Y no se necesita ir muy lejos del obelisco para comprobar lo que mencionamos. En el conurbano, llegando hasta el tercer cordón de municipios y nuestra querida ciudad a pocas cuadras de la gobernación, se puede observar claramente la promiscuidad y la falta posibilidades para insertarse, la falta de trabajo, salud, vivienda y las graves falencias en educación. 

O no se puede decir que se pueda brindar educación - como alguna vez dijo la Madre Teresa- "sin tener zapatillas para los pies ni comida en el estómago". Todos lo demás es falacia.

La calidad educativa en Argentina se ha desmoronado en estos años. En América Latina descendimos al noveno lugar producto de el mal manejo de los docentes, la pésima infraestructura escolar, el casi nulo nivel de exigencia y la proliferación de universidades utilizadas como cajas de recaudación en lugar de procurar la excelencia en carreras de grado.

En tal sentido, Alieto Guadagni, director del Centro de Estudios sobre Educación de la Universidad de Belgrano, en una charla con Hoy recordó que “no se puede reducir la pobreza crónica sin una educación que impida la transmisión de la pobreza de una generación a otra”.

“A finales del siglo XIX – agregó Guadagni-la Argentina progresó en base a un sistema educativo integrador desde el punto de vista social, basado en la expansión de la escuela pública. Pero desde hace varias décadas hay evidencias crecientes que indican que los niveles inicial, primario y secundario avanzan hacia la consolidación de un modelo organizativo dual, muy alejado de la igualdad de oportunidades. Esto es notorio cuando, por ejemplo, se observa la enorme desigualdad en la graduación secundaria: de cada 100 alumnos que ingresaron a primer grado en el año 2002 en las escuelas privadas, 89 concluyeron la educación secundaria en el 2013, pero de cada 100 que ingresaron a las escuelas estatales finalizaron la secundaria en el 2013 apenas 27”.

Crisis habitacional o la utopía de la casa propia

Una semana antes del debate presidencial, la toma de tierras en Merlo fue un botón de muestra de la crisis habitacional que vive la Argentina. En esa línea, Hoy publicó un informe dando cuenta de la problemática platense: con 156.344 mil personas viviendo en asentamientos, es decir, unas 39.087 familias distribuidas en 137 predios usurpados.

En tanto, un estudio reciente de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el déficit afecta al 20,5 % de los hogares argentinos, lo que equivale a más de tres millones de familias.

Sin embargo, ni Scioli ni Macri se hicieron eco de la situación. “A ninguno le convenía discutir sobre el tema: mientras Macri observó de manera pasiva el desarrollo del negocio inmobiliario en la ciudad de Buenos Aires y el incremento de los asentamientos, llegando a unas 270 mil personas en situación de villas de emergencia y no avanzando en ningún proceso de urbanización, Scioli hizo lo mismo en la Provincia, beneficiando a los sectores más acomodados  con el desarrollo de grandes barrios cerrados en el Conurbano bonaerense, generando impactos ambientales negativos”, precisó a Hoy el economista y diputado por Unidad Popular, Claudio Lozano

En una era en la que el acceso al crédito hipotecario se torna imposible y el sueño de la casa propia se aleja cada día un poco más, Lozano afirmó que para garantizarle la vivienda a todos los ciudadanos, “se necesita una política de financiamiento para la construcción por parte de los presupuestos; obligar, por ley, a los desarrollos inmobiliarios a aportar un porcentaje de metros cuadrados en términos de producción de vivienda social; y facilitar los créditos, en bajas cuotas y a largo plazo”.

Llamativo silencio sobre la muerte de Nisman 

Entre las imperdonables omisiones del domingo, hubo una muy sensible: la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, fallecido el 18 de enero pasado, días después de haber denunciado a la presidenta Cristina Kirchner por el presunto encubrimiento a Irán en la causa AMIA. 

A casi once meses de aquella madrugada en la que el extitular de la UFI-AMIA fue hallado con un disparo en la cabeza en el baño de su departamento de las torres Le Parc, los motivos de su deceso son una incógnita. La Justicia aún no pudo determinar si se trató de un homicidio o un suicidio, y ni Scioli ni Macri se pronunciaron al respecto, pese a que entre el público presente en la Facultad de Derecho de la UBA se encontraban la jueza federal y exesposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, que representa a la querella, y su hija, Iara.

La magistrada fue invitada por el propio candidato de Cambiemos, por lo que se esperaba que al menos él planteara el caso Nisman. Pero no sucedió, y, a poco de terminar el año, el hecho que sigue conmocionando al país carece de respuestas.

Economías regionales: entre la desocupación y la subsistencia

“Era esperable que las economías regionales no aparecieran en el debate presidencial, porque no son un tema prioritario en la agenda de los candidatos”, afirmó, con cierta resignación, el presidente de Coninagro, Egidio Mailland, en diálogo con Hoy

En la discusión pública del domingo, ni Scioli ni Macri hablaron de la situación de los productores del Alto Valle rionegrino; Mendoza; Corrientes; Misiones; Tucumán o Salta, por sólo citar algunas de las provincias más comprometidas; no abordaron la problemática del maíz, peras, manzanas, leche, carne o arroz; ni el quebranto de estas economías como consecuencia de la caída de los precios internacionales, el endeudamiento y la rentabilidad nula, la creciente presión impositiva, las restricciones y cupos a las exportaciones, el atraso cambiario y el cepo a los importadores (ayer, el Banco Central recortó de US$ 75.000 a US$ 50.000 el cupo diario de divisas para pagar importaciones), que hace que mientras la cosecha se venda al dólar oficial menos el 35% en concepto de retenciones, los insumos y las máquinas se compren a precios del blue. 

Como en estos 12 años de indiferencia K, los postulantes presidenciales hicieron la vista gorda ante una problemática que involucra a “muchísima gente. Es inexplicable que los gobiernos no se ocupen del tema y se hayan olvidado de las familias que viven detrás de estas producciones”, se quejó Mailland.

Para el dirigente rural, más que la crisis mundial, fue la ineficacia K la que colocó al sector en un “estado terminal”; “el atraso cambiario 

-dijo el titular de Coninagro- “nos quitó competitividad, los costos argentinos subieron en forma desmedida, ya no podemos exportar. Las economías regionales cayeron en una trampa y ahora hay una enorme cantidad de desocupados, productores que siguen para subsistir y otros que van a quedar en el camino”.

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