No todo lo que ves es lo que parece”, rezaba uno de los afiches confeccionados por los alumnos, en referencia a que el aspecto exterior de la escuela no refleja los serios déficits internos: paredes rajadas, faltante de puertas y ventanas, pésimo estado de los baños y sectores en peligro de derrumbe, entre otros problemas. 

Ni parches ni remiendos. La gente de la Herrera quiere que se cumpla la promesa tantas veces expresada y nunca cumplida de la reconstrucción íntegra del inmueble que ocupa, y que perteneció inicialmente a la Escuela de Educación Técnica. 

La EET se mudó de allí en la década del 90, precisamente a raíz de las deficiencias que presentaba el edificio. Pero en lugar de clausurarlo, las autoridades educativas lo destinaron como sede a la Herrera, que por entonces tenía una matrícula bastante menor. 

Desde entonces, la escuela ha seguido deteriorándose, pese a las mejoras y adiciones que, de tanto en tanto, se le realizan. Pero la estructura sigue siendo obsoleta y de hecho hace ya más de tres años que dos de las aulas de la planta alta debieron ser clausuradas por temor a que se derrumben sobre la biblioteca y la sala de profesores, ubicadas debajo. 

En ese contexto, y luego de una asamblea realizada la semana anterior, los padres, estudiantes y profesores decidieron hacer visible su reclamo y se concentraron anoche con carteles y pancartas en la vereda de la institución, ubicada en pleno centro de la ciudad.