Los pacientes, los más perjudicados por el paro en hospitales

Los pacientes, los más perjudicados por el paro en hospitales
Padres con niños enfermos en el Notti y adultos sin camilleros en el Central padecen la falta de profesionales. Las salas, casi vacías.
Los grandes hospitales fueron ayer centro de enojo por parte de pacientes que concurrieron a pedir turnos o a atenderse por diferentes dolencias, y encontraron la respuesta "estamos de paro".

Así, muchos mendocinos volvieron a sus hogares masticando bronca por la pérdida de tiempo y la falta de atención a sus necesidades en salud. Empero, y en general, las urgencias o situaciones delicadas no quedaron sin cobertura en el segundo de los tres días de paro de los trabajadores de la salud.

Esto último se vio especialmente en el Hospital Notti, de Guaymallén, donde al mediodía había un ambiente calmo en las salas de espera casi vacías de padres con sus niños.

Lidia Azcurra, vecina de Villa Nueva, tuvo temor de que no pudieran atender a sus dos pequeños hijos, una nena de 3 años y un varoncito de 7, ambos con un cuadro bronquial que ella resumió con la expresión "se les cierra el pecho". Para fortuna de la joven madre, ambos niños fueron revisados y medicados por los profesionales de guardia.

En tanto, Vanesa corrió sobresaltos porque hizo un largo viaje desde el barrio 26 de Enero, de Las Heras, hasta el Notti para que los médicos vieran a una sobrinita, que se había golpeado la cara en una caída. "Tras esperar un poco, me la atendieron y curaron en la guardia", contó a Los Andes.

En ese punto estratégico del hospital de niños -la guardia- se veía menos personal que de costumbre, pero un médico a cargo comentó. "Estamos haciendo frente a las urgencias y emergencias".

Bronquitis le diagnosticaron en Neumología a un chico de 4 años, procedente de Colonia Segovia. Su padre, Patricio Castro, dijo que estaba conforme pero añadió que había visto a otros pacientes, en otras áreas, que no fueron atendidos.

No fue la situación de Natalia, quien concurrió al servicio de Nefrología para que dializaran a su niño de 6 años: "Estoy agradecida, porque vengo de Panquehua y el viaje no es nada corto".

Los esposos Daniel Ortiz y Lucía Páez, de San Martín, se quejaron por la extensión del conflicto: "Que se solucione pronto por ellos, pero también por nosotros que necesitamos la mejor atención en estas instituciones y que los plazos no se prolonguen, pero si hay huelgas de por medio, todo se complica". Su chiquita, Candela, está siendo atendida por una dolencia coronaria, que prevé una intervención quirúrgica a futuro.

Pablo Díaz y su mujer, una pareja joven de San José, llevaron a su hijo de 6 años para atención en Hematología por una lesión en un muslo, pero cuando requirieron una ecografía para continuar con el diagnóstico y posterior tratamiento, les manifestaron que no se podía hacer. Les quedó la duda si era por el paro o porque el equipo había presentaba algún desperfecto. "Nos damos cuenta que hay cierta inactividad por las medidas, tendremos que volver", se lamentaron.

El catamarqueño Jorge Herrera (42) viajó desde su provincia para hacer atender a uno de sus dos hijos gemelos, que padece de una delicada cardiopatía congénita llamada tetralogía de Fallot. Ayer lo estaban operando y el hombre, pese a la tensión de la espera, se expresó a favor de los médicos y enfermeros mendocinos. "Aquí hay gente muy responsable, que hacen muy bien las cosas. Tenemos confianza", acotó, y dijo que en su provincia no podía encontrar el recurso humano y de equipamiento que hay en el Notti.

Problemas en el Central

El Hospital Central también estuvo bastante descongestionado ayer. Al mediodía ya se habían retirado gran parte de las miles de personas que frecuentan diariamente el efector más importante de la provincia.

Según sus autoridades, hubo que reprogramar muy pocas intervenciones quirúrgicas, y uno de los servicios más afectados fue la parte ambulatoria, como por ejemplo el sector donde se sacan los turnos. Asimismo hubo afectación en la atención en los consultorios externos, ubicados en la Terminal de Ómnibus Jorge Contreras.

Por supuesto no faltaron las quejas por ciertas derivaciones no deseadas de una jornada de paro. Es lo que sufrió y bastante Adela Luque. De Rivadavia trajo a su tío Juan Giandinotto, de 90 años, para ser atendido en Urología, donde lo esperaba un especialista. El anciano prácticamente no podía estar en pie y su rostro denotaba sufrimiento. Bajó de un auto en la puerta del nosocomio, pero por la falta de personal no fue transportado en camilla o en silla de ruedas, como hubiera correspondido. Su sobrina y una médica solidaria que se estaba retirando llevaron al paciente prácticamente cargándolo en sus hombros, hasta que pasados varios minutos, y ya dentro del hospital, el abuelo fue asistido por un camillero.

En el tercer piso, en el área de Traumatología de mujeres, Alejandra Hernández, acompañante de una internada, ensayó una interpretación de la situación que se vive en el enorme hospital: "He sufrido maltrato de algunos médicos ante una simple consulta... Me parece que hay presiones y el clima de la huelga da pie a algunos enojos o malas contestaciones". Sin embargo, rescató la atención de los enfermeros: "He contado dos para casi 48 pacientes, son muy pocos y por eso se producen roces o episodios desagradables", sostuvo.

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