Otros seis empleados despedidos a causa de la grave crisis lechera

Otros seis empleados despedidos a causa de la grave crisis lechera

“Un importante productor del Cuartel IX, que tenía 32 empleados y con esta crisis se ha achicado y le han quedado 26” afirmó José Luis Mendizábal, ex presidente de la Sociedad Rural de Junín y productor de ese sector agropecuario.

 Tamberos de Junín y la región siguen insistiendo con que la situación que atraviesan es crítica y advierten que es necesario que se regularicen los precios. En los años `80 los tamberos eran más de 50 en e Partido de Junín. Hoy apenas llegan a la media docena.

  El productor tambero José Luis Mendizábal expuso su punto de vista y dijo que “la situación está cada vez peor. Hace un año cobrábamos por litro $3.30, luego, durante seis meses, cobramos $2.60, con una situación muy complicada debido a la suba de los costos. Hay gente que dice que el mercado va a nivelar el precio, yo estoy convencido de que no. No creo que la solución sea que tengan que desaparecer 4.000 de los 10.000 que aún hay en el país, para que esto se solucione”.

  Luego, manifestó que “ha habido una crisis muy fuerte con el tema de la inundación, particularmente en Sancor y en la zona de la cuenca lechera. Esto hizo que, quizá, el precio se mueva un poco hasta $3.30. Vale recordar que la industria está entregando el litro de leche a $12.80 y se está vendiendo al consumidor entre 18 y 20, hay valores muy importantes que no se ven reflejados en el productor. Se perjudican el productor y el consumidor. Esta actividad lechera es como una industria dentro del campo”.   

 Mendizábal apuntó que “un importante productor del Cuartel IX, que tenía 32 empleados y con esta crisis se ha achicado y le han quedado 26. Que en el medio del campo estén trabajando tantas personas es un tema que tiene que ver con lo social. El tema de la soja también ha afectado”.

“La manteca en una época la exportábamos a Inglaterra. La Elvira y Argenlac llegaron a acopiar 120 mil litros de leche, lo que marca la cantidad de tambos que confluían en Junín y la fuerza de la actividad lechera. La irrupción de La Serenísima hizo que se presione a las industrias regionales por costos y volúmenes, por lo que algunos tuvieron que dejar la actividad”, consideró el tambero.

Barbieri. “El problema que tenemos es que no hay una cadena seria a la cual apuntar para identificar los problemas. Necesitamos un diagnóstico para ver dónde apuntar, tenemos que salir. El desafío de este Gobierno es salir de una economía subsidiada a una competitiva, y veremos si lo puede hacer o no. Pero antes necesitamos estadísticas para ver cómo está la cadena conformada”, reseñó el titular ruralista local, Alejandro Barbieri.

Rus. “Nosotros no nos sentimos identificados con la oligarquía vacuna, esta es una de las pocas actividades del campo que ocupa mucha mano de obra. Además el tambero debe trabajar al lado de las vacas, el arraigo y  la ocupación geográfica de los tamberos es sumamente importante y no se está teniendo en cuenta”, dijo, en tanto, el productor rural Máximo Rus.

Hardoy. “Nosotros como productores no ponemos ningún precio, al precio lo pone la industria. Ser tambero esto lo lleva en el alma, pero muchos tambos se han ido cerrando de a poco. Tambo que se cierra no se abre nunca más, lamentablemente”, aseguró Claudio Hardoy.

“Ser tambero es muy sacrificado, la gente no valora los esfuerzos el tambero, que está al pie de la vaca los 365 días del año, el trabajo que se hace es artesanal ya que no es tan fácil armar los tambos ni ver gente viviendo en el campo. Por cada tambo que se cierra 50 personas dejan de trabajar”, aseveró.

Franco. Roxana Franco, presidente de la Filial Junín de la Federación Agraria Argentina (FAA), expresó sobre este tema que “lamentablemente esta crisis en el sector lechero viene de arrastre del gobierno anterior. Ya sabemos que el precio de la leche en polvo a nivel internacional bajó y habíamos perdido los mercados de venta de quesos duros al exterior. En el mercado local los productos lácteos en góndola tienen un valor más que importante. La usina le paga al productor entre los $2,80 y $3,50 y cuando vemos los precios de los quesos en góndola vemos que la diferencia es enorme. El productor está en una situación muy crítica y el gobierno tiene que tomar cartas en el asunto y rever la cadena de comercialización del tambo y darle una solución a los productores”.

“Los tamberos, lamentablemente, hace muchísimos años que vienen mal. Es una actividad muy dura, difícil y cada tambo que cierra es una familia que se queda sin trabajo. Estoy convencida que este gobierno les va a dar una solución, porque es un arraigo puro a la tierra. En Junín, deben quedar alrededor de seis tambos, de los 30 que hubo siempre históricamente. La actividad está en crisis y el gobierno tendrá que juntarse con los productores y la cadena de comercialización. No quiero que cierren más tambos en la Argentina”, puntualizó.

Producción primaria. En sintonía con lo que sucede en varias regiones en las que la lechería tiene preponderancia, el secretario general de ATILRA Junín, Juan Carlos Ferreyra, señaló que el trabajador del tambo no atraviesa el mejor momento.

En el mes de marzo, había dicho que “el que más complicado está es el trabajador de la producción primaria, el que está en el tambo. Desde hace mucho tiempo está realizando el mayor esfuerzo por producir leche y es el menos remunerado y el que menos porcentaje se lleva dentro de la desequilibrada cadena comercial que tiene la industria láctea. Esto viene desde hace muchos años, los tamberos en pocas ocasiones han sido reconocidos y en estos momentos siguen trabajando a bajos costos, trabajan a pérdida y se están dedicando a otras actividades con la consecuente pérdida de puestos de trabajo. Hay cada vez más productores que dejan de producir leche para producir otra cosa”.

Luego, advirtió que “la actividad de producir leche necesita más personal que producir soja u otro cereal, da más mano de obra desde el tambo hasta el producto terminado y en Junín nos estamos convirtiendo en productores de soja y otros cereales únicamente. Tenemos cada vez menos productores lecheros, quedan muy pocos, nos estamos convirtiendo en una zona meramente agrícola, porque hay buenos campos y buenos rindes, y es la única actividad que deja algo para el productor”.  

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