Otro desplante de Sergio Massa a Cristina: "Son parte del pasado"

Otro desplante de Sergio Massa a Cristina:

El líder del Frente Renovador rechazó un acuerdo con el kirchnerismo, después de que la expresidenta postulara que el diputado "no es el enemigo". Historia de un vínculo entre el ejercicio compartido del poder, la traición y la rivalidad.

Sergio Massa visitó hoy Misiones, invitado por el Sindicato de Camioneros, uno de los gremios que integra la "pata sindical" del Frente Renovador (FR). El diputado nacional habló de "la construcción de una alternativa en la política argentina, con la idea de mirar el futuro y no de discutir el pasado". Hasta allí, ninguna novedad. Hasta que los periodistas le mencionaron la posibilidad de un acuerdo con el kirchnerismo: "Los que, de alguna manera, son parte del pasado traen en la mochila causas judiciales y nosotros queremos dirigentes que traigan en la mochila sueños y proyectos para el futuro de la argentina", planteó.

Sin dar nombres, el exjefe de Gabinete rechazó un eventual acercamiento con el Frente Para la Victoria (FPV), después de que su anterior jefa, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, planteara que el legislador "no es nuestro enemigo". "Massa no es nuestro enemigo; no es el candidato del establishment, Massa es uno de nosotros que se fue", había proclamado la dirigente, según el portal La Política Online.

La mano tendida por CFK fue rechazada después de meses de especulaciones, negociaciones, reuniones públicas y secretas, idas y venidas, y desplantes, en el marco de la posible reconstrucción de un peronismo que quedó desarticulado después de las últimas elecciones. En rigor, el triunfo de Mauricio Macri fue el último golpe a un espacio al que antes había abandonado el propio Massa, en 2013; y primero el llamado "Peronismo Federal" o PJ disidente, entre 2005 y 2011. Los peronistas balcanizados miran las elecciones legislativas del año próximo con tres certezas: pueden ganar si compiten juntos; es segura la derrota si van separados; y un eventual acuerdo que los reúna a todos es difícil, casi imposible.

En ese sentido habría ido la reunión secreta que mantuvieron Massa y Máximo Kirchner en un campo de Mercedes en abril pasado, con la excusa de debatir la agenda legislativa. "Yo soy el mejor alumno de Néstor", comentó el exintendente de Tigre tras el encuentro, revelado por la revista Noticias. Las negociaciones parecen no haber prosperado.

Una historia de alianzas y cruces. Massa y Cristina comparten una década de carrera política paralela. Él era director ejecutivo de ANSES cuando ella era la senadora estrella del FPV, además de primera dama. Él ganó la intendencia de Tigre el mismo año que ella conquistó la Presidencia de la Nación, en 2007. Sus caminos se cruzaron poco después: en julio de 2008, después del fallido "conflicto con el campo", Cristina desplazó a su jefe de Gabinete, Alberto Fernández, tercero en la mesa chica que compartían con Néstor Kirchner. Lo acusaba de estar demasiado cerca del Grupo Clarín, que comenzaba a perfilarse como enemigo número uno del "proyecto nacional y popular". En su lugar asumió Massa, que traía un perfil joven y ejecutivo de su paso por la administración de seguridad social. Paradojas del destino: años después, Alberto Fernández pasaría a ser uno de sus principales socios políticos en el Frente Renovador.

Más allá del aspecto técnico, la gestión de Massa al frente de la Jefatura de Gabinete no le cayó bien al matrimonio presidencial. Uno de sus escasos "aportes" al kirchnerismo fue promover el ascenso de otro "joven" con perfil técnico y paso por el liberalismo: Amado Boudou, que había propuesto la reestatización de los fondos de las AFJP, medida que le devolvió el manejo de una enorme "caja" al gobierno. Boudou pasaría luego a Ministro de Economía, candidato a vice de Cristina y "rockstar nac y pop"; para terminar aislado como uno de los funcionarios con más denuncias en contra del último gobierno, y militando en MILES, el partido de Luis D'Elía.

En esa época, Massa tenía por costumbre frecuentar a los representantes de la embajada de Estados Unidos. Ante la embajadora, Vilma Socorro Martínez, y el encargado de Negocios, Tom Kelly, solía calificar a Néstor Kirchner de "monstruo", "psicópata" y "cobarde", según revelaron los cables de Wikileaks recopilados por Santiago O'Donnell en su libro Politileaks. Y agregaba que el expresidente “no es un genio perverso; sólo es un perverso", cuya "actitud de matón" escondía "una profunda sensación de inseguridad e inferioridad". Las declaraciones se filtraron después de que abandonara la Jefatura de Gabinete, y él siempre las desmintió. ¿Las conocía en su momento el matrimonio presidencial, tan afecto al espionaje interno? Difícil saberlo.

La ruptura con el kirchnerismo llegó en las elecciones legislativas de 2009. El kirchnerismo tenía un escenario complicado, con el golpe de la recesión y la candidatura amenazante de Francisco De Narváez como rival. Así nacieron las candidaturas "testimoniales" de Néstor Kirchner, Daniel Scioliy Sergio Massa, que encabezaron la boleta a diputados por la provincia de Buenos Aires del FPV. El trío perdió contra el colombiano, que iba acompañado de Felipe Solá (que también terminaría en el Frente Renovador) y apoyado por Mauricio Macri. Para colmo, al jefe de Gabinete le detectaron una "trampa": su esposa, Malena Galmarini, tuvo 14 puntos más como candidata a concejal de Tigre que los que obtuvo la fórmula a diputados nacionales. Massa había mandado a "cortar boleta" contra su propia candidatura. Días después, renunció a la Jefatura de Gabinete. Había durado menos de un año en el gobierno nacional.

Massa volvió a la Intendencia de Tigre y bajó el perfil. Vio pasar la muerte de Néstor Kirchner, la reelección imparable de Cristina en 2011, los tropiezos del oficialismo cerrado sobre sí mismo, y las movilizaciones masivas contra el gobierno de 2012. Un año después, decidió salir a competir contra el mismo gobierno que había integrado. Hubo negociaciones con su viejo compañero de fórmula, Daniel Scioli, pero el exgobernador bonaerense al final no quiso confrontar contra el kirchnerismo. El tigrense anunció su candidatura el 23 de junio de 2013, justo sobre el cierre de listas. Se dice que Cristina quiso descabezar la SIDE, y terminó enfrentada con Antonio "Jaime" Stiuso, porque los servicios de inteligencia le aseguraban hasta último momento que su antiguo funcionario no competiría. Eso no impidió que hubiera operaciones: antes de las PASO, el espíaGorgonio Alcides Díaz entró a robar en la casa del tigrense. Massa no obstante se impuso en las primarias y le ganó en las generales, con más del 40% de los votos, al candidato del Frente Para la Victoria, Martín Insaurralde.

El tigrense volvió a "mojarle la oreja" al kirchnerismo en 2015. Comenzó el año primero en las encuestas, pero fue quedando tercero detrás de Massa y Scioli. El 21 por ciento que consiguió en las generales no le alcanzó para llegar a la segunda vuelta, pero le dejó un caudal electoral importante que además redujo los márgenes de sus rivales. De cara al balotaje, no respaldó a ninguno de los dos candidatos: "Hay una enorme mayoría de los que nos votaron que va a votar a Macri, pero también hay un grupo muy importante, que son laburantes, clase media, que tienen miedo al ajuste y van a votar a Scioli", dijo entonces. La falta de respaldo terminó perjudicando al gobernador bonaerense.

Con el panorama actual, es probable que vuelvan a cruzarse. Una encuesta, algo precoz, de Hugo Haimé & Asociados, hablaba de un virtual empate técnico entre una fórmula con Sergio Massa y Margarita Stolbizer y otra con Cristina Kirchner y Daniel Scioli. Falta mucho. Solo el tiempo dirá si vuelven a ser compañeros o rivales.

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