Otro baño de sangre en Nigeria: 71 muertos

Una bomba estalló en una estación de ómnibus colapsada
Una bomba que estalló en una estación de ómnibus colapsada de gente cerca de la capital nigeriana mató ayer a 71 personas e hirió a más de 100, en un nuevo baño de sangre que volvió a encender las alarmas del gobierno ante el avance de la violencia islamista del grupo Boko Haram.

El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, dijo que sospechaba de Boko Haram, aunque no hubo una adjudicación de responsabilidad inmediata de los militantes islamistas que están activos principalmente en el nordeste del país y que el fin de semana masacraron a 60 personas.

El atentado ocurrió a las 6.45 locales, cuando la estación situada en el área de Nyanya, en las afueras de Abuja, estaba repleta de ciudadanos que se disponían a ir a sus puestos de trabajo.

La explosión de la bomba sorprendió a un gran número de pasajeros en el momento en el que se disponían a subir a los ómnibus en el estacionamiento de este centro de transporte.

Pese a que Nigeria mantiene una ofensiva antiterrorista en los estados de Yobe, Borno y Adamawa, en el nordeste del país (todos ellos bajo estado de excepción), los ataques de los islamistas no cesan.

Desde que la policía acabó, en 2009, con el líder de Boko Haram, Mohammed Yusuf, los radicales, que buscan erigir un Estado islamista, mantienen una sangrienta campaña que causó más de 3000 muertos.

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