Otra dosis de electoralismo K

Otra dosis de electoralismo K
Cristina Fernández anunció que se elevará el salario mínimo a $3600 desde enero y que la primer cuota del aguinaldo no entrará en el Impuesto a las Ganancias. Migajas pensando en las urnas
Al finalizar ayer la reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, la Presidenta Cristina Fernández realizó dos anuncios cuya razón de ser tiene que ver más con la proximidad de las elecciones que con la mejora de la calidad de vida de los argentinos.

En concreto, estableció un aumento del salario mínimo del 25,2 por ciento en dos cuotas, con lo que el haber pasará a ser de 3.300 pesos en agosto y de 3.600 recién en enero de 2014. Además, anunció la eliminación de la deducción del impuesto a las Ganancias en la primera cuota del aguinaldo que se pagó con los haberes de junio, aunque no aclaró cómo se instrumentará la medida (ver aparte).

Las dos iniciativas tienen un alcance corto y se trata de migajas ante los reclamos concretos de las familias trabajadoras. Porque la realidad es bien diferente: los $3600 de haber mínimo siguen condenando a las familias a vivir en situación de pobreza, dado el fuerte deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores.

Por esta razón, desde las centrales gremiales no alineadas al kirchnerismo –que no participaron del Consejo – pedían un aumento compatible con las estimaciones reales de la canasta de alimentos que se encuentra en alrededor de 7.000 pesos. “Por lo tanto el salario mínimo debería ser de ser 5.180, 5.200 y, de acá a fin de año, tratar de llegar a 7.000", afirmaron.

La inflación y la alocada emisión monetaria que hace el Gobierno provocan que el peso tenga un valor irrisorio. La moneda nacional se ha convertido en papel picado. Y esto es producto de que no se han generado nuevas riquezas. El aparato productivo, en la Argentina, está reducido a su mínima expresión, con lo cual no puede satisfacer la demanda y le termina echando combustible a la bomba inflacionaria.

Al no existir una industria que le de valor agregado a la economía, no se genera trabajo genuino. Por ende, las principales fuentes de empleo terminan siendo los servicios y el Estado, lo que torna absolutamente vulnerables a la economía y contribuye a que exista, actualmente, un importante estancamiento.

Ante este escenario, cabe preguntarse: ¿Donde están los industriales argentinos que procesen el acero y el aluminio argentino, producido por empresas monopólicas?, ¿donde están los tambos y las pequeñas y medianas que debe­rían estar fabricando pro­ductos lácteos, una actividad concentrada en dos empresas amigas del poder que fijan el valor arbitrariamente y le pagan migajas a los productores?, ¿donde están los empresarios nacionales que produzcan tecnología, en un mundo que cambia permanente? Todos brillan por su ausencia, por la sencilla razón de que el famoso modelo kirchnerista sólo de­sarrolla el clientelismo político.

Una reunión de amigos

El Consejo del Salario celebrado ayer fue un verdadero circo: del encuentro sólo participaron el Ministro de Trabajo, Carlos Tomada (foto), los representantes de los empresarios, y un reducido grupo de dirigentes gremiales alineados con el Gobierno, ya que las centrales opositoras como la CGT que encabeza Hugo Moyano y la CTA conducida por Pablo Michelli no fueron invitadas al encuentro.

Ganancias: un anuncio tibio para correr el eje

La exención del pago de Ganancias en la primera cuota del aguinaldo anunciada ayer por el Gobierno, no es otra cosa que la búsqueda de correr el eje de discusión, ante la presión social existente para eliminar el gravamen que pesa sobre el sueldo de los trabajadores.

El anuncio es, además, claramente electoralista. La demostración de esto surge contestando una simple pregunta ¿por qué no lo hizo antes y dejó que miles de trabajadores sufrieran importantes descuentos en su medio aguinaldo? La respuesta es que recién ahora lo hace porque faltan pocos días para las primarias y el Gobierno ve que puede recibir un durísimo revés electoral. De hecho, ni siquiera dio detalles sobre cómo se instrumentará la medida, por lo que no queda claro cuándo los trabajadores recibirán lo que les quitaron.

Queda claro que la presidenta quiere ganar cueste lo cueste, y caiga quien caiga, para luego intentar eternizarse en el poder. Lo que no se da cuenta Cristina Fernández es que la sociedad ya le dio la espalda.

Acusan a CFK de haber “destrozado” el Consejo del Salario

El titular de la CTA opositora, Pablo Micheli (foto), volvió ayer a acusar a la presidenta Cristina Fernández de haber "destrozado" el Consejo del Salario para "convertirlo en un lugar donde van amigos para tomar café" y ratificó que su organización y la CGT de Hugo Moyano exigirán que el haber mínimo ascienda a 5.180 pesos.

"No somos parte de la fiesta de los amigos de la Presidenta", ironizó y sostuvo que "hay que sentarse a discutir seriamente cuál debe ser el valor de la canasta de alimentos y, en función de eso, cuál debe ser el salario mínimo".

Para el dirigente sindical, "lo más grave" de la situación no es que no hayan sido invitados a participar de las discusiones en el marco del Consejo del Salario ni él ni Moyano. "Lo más grave es que un instituto tan importante como éste, esta Presidenta lo ha destrozado, lo ha transformado en un lugar donde se juntan amigos a tomar café", disparó.

Insistió en denunciar que ese espacio es utilizado por el kirchnerismo "para hacer un acto político en donde en unas horas resuelven el salario mínimo para los trabajadores de la Argentina, sin tener en cuenta ninguna de las funciones que tiene el Consejo del Salario".

Comentá la nota