“Quise concientizar sobre la violación a la Ley de Ética Pública, que establece que no se pueden poner nombres propios en actos públicos. Porque son obras que hacen los ciudadanos”, explicó de una original manera, relatando sus vivencias personales junto con los datos más certeros y una lectura intensamente interpretada.

Merello apuntó fundamentalmente al gobernador Daniel Scioli, “quien en la campaña pone carteles naranjas con su nombre en todas las obras” y al intendente Miguel Lunghi, “porque en el Monumento a Facundo Cabral, por ejemplo, en la placa conmemorativa donde está su nombre. También en la placa de mármol de la Casa de la Cultura. Eso no corresponde. Debe decir Intendencia de Tandil, no los nombres”.

El fotógrafo también cuestionó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por el cartel de la obra en la Iglesia del centro. De hecho, aclaró que el ver el cartel hizo que pasara una pésima Semana Santa, arruinándosele por ese motivo la misma.

Consultado por la reacción de los ediles, consideró “si uno dice la verdad y está seguro de lo que está diciendo, nadie puede refutarlo y no tienen por qué sentirse mal”.

Finalmente, dio como ejemplo una intendencia del norte del país, en la cual el Ejecutivo estableció que quedaba prohibido poner nombres y apellidos de los funcionarios en todas las obras que se lleven adelante, incluso en las placas de inauguración de los establecimientos.