Los organismos internacionales del mundo y de la región se pronunciaron sobre la destitución de Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, y pidieron calma ante la incertidumbre política.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a la "calma y al diálogo" y dijo que confía en que las autoridades brasileñas "honrarán los procesos democráticos" y cumplirán "con el Estado de derecho y la Constitución".

Por otro lado, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se mostró preocupada por la posibilidad de que las "circunstancias de inestabilidad" puedan "trasladarse de manera peligrosa a la región".

Para el secretario general del organismo, Ernesto Samper, en Brasil hay actores "que están haciendo política sin responsabilidad" y "comprometiendo la gobernabilidad democrática de la región".

En tanto la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, señaló que el juicio contra Rousseff es una decisión "dolorosa, compleja y difícil de comprender".

La funcionaria pidió que el ordenamiento de la economía brasileña que, a su juicio, "es lo que vendrá enseguida", se haga "sin retrocesos sociales".

En cambio la Organización de los Estados Americanos (OEA), que días atrás rechazó el proceso de impeachment por "carecer de base jurídica", todavía no se pronunció.