La nueva directiva de la Asamblea Nacional, presidida por el dirigente opositor Julio Borges, anunció hoy su decisión de retomar la hoja de ruta para intentar destituir al presidente Nicolás Maduro. Esa operación fue frustrada el año pasado con la suspensión del referéndum revocatorio del mandato presidencial que hubiera permitido el llamado a nuevas elecciones. Esa posibilidad se extinguirá el próximo 10 de enero.

El revés sumió a la oposición en la incertidumbre. Si no hay revocatorio antes de esta fecha, el vice asume el lugar del presidente si, por cualquier motivo, deja la poltrona del Palacio de Miraflores. En tal caso, Maduro ha tomado sus previsiones y designó al gobernador de Aragua, Tarek El Aissami, un rígido chavista, como su vice. Sería quien continué su mandato hasta enero de 2019 si ocurriera su caída.

Ayer, Borges asumió la presidencia del Congreso en lugar de su aliado Henry Ramos Allup, ambos socialdemócratas pero de distintas fuerzas políticas e integrantes de la alianza Mesa de Unidad Democrática. El nuevo jefe del legislativo dijo que en los próximos días el Parlamento, controlado por la oposición, declarará que Maduro abandonó el cargo de presidente y sus obligaciones constitucionales. Aseguró que con ello se “abren las puertas para que en Venezuela haya elecciones en todos los niveles”.

La iniciativa, sin embargo, puede ser abstracta y posiblemente solo retórica. Es cierto que la Constitución instaurada por el chavismo dispone que el presidente solo puede ser reemplazado por muerte, renuncia, destitución decretada por el Tribunal Supremo de Justicia, incapacidad física o mental permanente, revocatoria o abandono del cargo declarado por la Asamblea Nacional. Este último es el punto que entusiasma ahora a la oposición. Sin embargo, es una postura difícil de probar.

El influyente diputado oficialista Héctor Rodríguez desestimó ayer el anuncio de Borges y volvió a enarbolar la amenaza contra el legislativo al sostener que el Congreso persiste en “el desacato al Tribunal Supremo de Justicia” y por lo tanto sigue en situación de “inconstitucionalidad e ilegalidad’’. La oposición teme que esa sala de la Corte Suprema decida anular los mandatos de la dirigencia legislativa y ordene nuevas elecciones parlamentarias en el intento de retomar el control de ese poder que el chavismo retuvo por más de tres lustros. (Ver Capriles desafía....).

“Está claro para nosotros que Nicolás Maduro, al abandonar la Constitución, abandonó el cargo” y “con esta decisión la Asamblea Nacional abre las puertas para que en Venezuela haya elecciones de gobernadores, alcaldes, presidente de la República ¿y por qué no? reelegir una nueva AN (Congreso) si ése fuera el caso”.

¿Cómo sostener esa ofensiva? Según Borges, existen diversos “argumentos” para declarar el abandono del cargo de Maduro, entre ellos, la grave crisis económica y la violencia callejera. “Si alguien tiene duda sobre los posibles argumentos para tomar esta decisión, sepan que desde el 2013, hubo más de cien mil venezolanos asesinados, cinco estadios universitarios llenos de cadáveres. Ese es el legado de Maduro”, expresó . Y agregó: “El año pasado más de un millón de empleos se perdieron en Venezuela y desde que Maduro es presidente la inflación acumulada es de 4.200%, la más alta del mundo”.

“Está claro que Maduro, al abandonar la Constitución, abandonó el cargo para lo que significa los deberes de gobernar”, destacó. El Observatorio Venezolano de la Violencia, es cierto, confirma que en 2016 la cifra de asesinatos alcanzó el récord de 28.475 personas, mientras que en el 2015 fue de 27.000.

El diputado también se dirigió a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para recordarle el “juramento” que tiene con la ciudadanía “porque hoy Dios y la patria se lo demandan”, que sean garantes de la Constitución.

Freddy Guevara de Voluntad Popular, el partido del preso político más notorio del régimen, Leopoldo López y vicepresidente del Congreso, dijo que la Asamblea este año debe estar al servicio de una “rebelión” democrática que permita el rescate de la Constitución y el cambio político.

Voluntad Popular adhirió a la estrategia de acusar de abandono a Maduro pero además con la intención de que se nombren nuevos magistrados de la Corte Suprema.

“Aquí la solución para el país pasa porque el gobierno reconozca que hay una mayoría que eligió una Asamblea Nacional y que tiene que respetar a esta nueva mayoría, eso pasa porque dejen de boicotear las decisiones del Congreso. Maduro se esconde tras las espaldas de estos magistrados inconstitucionales”, añadió Guerava por último.