La oposición reeligió a Monzó, pero le pidió sesionar más seguido

La oposición reeligió a Monzó, pero le pidió sesionar más seguido

El presidente de la Cámara aceptó la queja, pero le pondrá límites a los discursos. Schiaretti y Smata, con cargos.

La Cámara de Diputados eligió sus autoridades sin sorpresas pero con varias definiciones: la oposición respaldo la continuidad de Emilio Monzó como presidente pero le exigió hacer más sesiones ordinarias y no sólo especiales, como se denomina a las que tienen un temario cerrado.

"Queremos que mantenga la pluralidad y el diálogo, que se siga con todo lo bueno, pero que haya más sesiones ordinarias", advirtió, seco, Agustín Rossi, otra vez jefe del bloque FpV-PJ.

 

"Nos reunimos poco, señor presidente. Pongamos fecha semanal, miércoles, jueves y viernes", desafió Graciela Camaño, del Frente Renovador. Le siguió Pablo Kosiner, del Bloque Justicialista, y así todos los jefes de bloques, intercalando elogios varios.

Rossi, Camaño y Kosiner pidieron aumentar las sesiones ordinarias. Monzó aceptó pero aclaró que habrá límites a las cuestiones de privilegio, como se denomina a los discursos sobre cualquier tema que llegan a durar varias horas. 

Monzó ocupó el estrado y agradeció a los ministros y gobernadores presentes, con algunas perlitas: nombró a Marcos Peña pero se había ido; y María Eugenia Vidal no fue, pero envió a su vice, el radical Daniel Salvador.

 

Se atragantó de emoción al mencionar a su familia y el recinto se unió en un aplauso. Después leyó su informe de gestión y admitió, mirando hacia adelante, que hace falta sumar sesiones ordinarias.

 

Será todo un desafío para el oficialismo, porque al estar en minoría, se arriesga a que la oposición se una para apurar incómodas.

 

Anunció un cambio reglamentario que puede marcar un antes y un después en las sesiones: limitará las cuestiones de privilegio, un mecanismo que le sirve a los diputados para hablar de un tema cualquiera y subir el video a youtube.

 

Se hizo habitual para sentar postura en casos de interés público, como la muerte de Santiago Maldonado, o hasta en peleas locales desconocidas por la mayoría del recinto. Con todo, algunas sesiones llegan a tener 3 horas de estos discursos.

 

"Tendremos que unificar criterios y evaluar una reforma reglamentaria, para evitar la distorsión de una figura como la de la cuestión de privilegio, de la que se ha abusado hasta desnaturalizarla por completo y convertirla en una traba para la tarea legislativa", solicitó Monzó.

 

Destacó sus logros administrativos de la gestión, como el blanqueo de los pasajes aéreos, que "permitió un ahorro del 40 por ciento en tickets aéreos y terrestres, lo que equivale a unos 65 millones de pesos por año". Y elogió haber subido solo el 13% el presupuesto, "muy por debajo de la inflación".

El vice de Córdoba, con cargo

 

José Luis Gioja fue reelecto como vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, un cargo que tenía perdido hasta el viernes, cuando Monzó estaba decidido a pelearlo para la UCR.

 

Pero el sanjuanino logró retener 63 diputados en el bloque FpV-PJ, con peronistas y camporistas mezclados, una cifra que lo consolida como la segunda minoría, sólo superado por Cambiemos, que llega a 107 con el PRO (55), UCR (41), Coalición Cívica y otros aliados. 

 

Como anticipó LPO, los radicales sostuvieron la vice segunda para un mendocino: Luis Petri reemplazará a la saliente Patricia Giménez, ambos con pasado cercano a Julio Cobos.

 

Lo propuso Luis Borsani, también de la tierra del sol y el vino, pero más amigo de Ernesto Sanz, ausente en estos tiempos de reacomodamientos. Al menos no se lo ve.

Adriana Nazario, esposa de José Manuel de la Sota, no integrará el bloque de cordobeses. Juan Schiaretti logró que su vicegobernador Martín  Llaryora, tenga la tercer vice de la Cámara. El ex Smata Oscar Romero, que presidía el bloque de los gobernadores, será funcionario de Monzó. 

 

Los gobernadores peronistas consolidaron un interbloque de 35 miembros y se conformaron con ser la tercera minoría, por encima del Frente Renovador.

 

Juan Schiaretti logró que el vicepresidente tercero sea Martin Llaryora, el vice en su provincia hasta el 10 de diciembre.

 

No parece estar bien con José De la Sota, el otro hombre fuerte del PJ cordobés: Adriana Nazario, la esposa, no integrará el bloque de su provincia.

 

"Mis compañeras me piden reclamar que, después de votar la paridad de género en las listas, no elegimos ninguna autoridad mujer", planteó Leonardo Grosso, del Movimiento Evita. 

"Es algo a rever", le siguió Victoria Donda, líder en cuestione de género. Monzó aceleró la sesión por temor a un problema inesperado. Hasta ese momento la única fuerza que se oponía a las autoridades era el Frente de Izquierda, "pero por nada personal, sólo por nuestra postura anticapitalista", aclaró Nicolás del Caño, para que no se ofendiera nadie. 

 

Mario Negri, jefe ratificado de Cambiemos logró que, a mano alzada, se facultara al presidente de la Cámara a distribuir los cargos de comisiones. Como explicó LPO, Monzó quiere acordar casi todo con el bloque de los gobernadores, pero aun sabiéndolo ningún kirchnerista levantó la voz para pedir votación nominal. El clima era demasiado cordial.

 

El dato de color lo dio Oscar Romero, sindicalista de Smata, presidente del bloque justicialista hasta el 10 de diciembre. No pudo ser reelecto en la lista de Florencio Randazzo pero será el nuevo prosecretario administrativo.

 

Reemplazará a Marcio Barbosa Moreira, quien renunció y el lunes asumirá como secretario general de la Cámara en lugar de Guillermo Bardón, diputado provincial electo. Su primera tarea será terminar el siempre tenso reparto de despachos.

La Cámpora logró sostener a la pampeana María Luz Alonso como secretaria de coordinación operativa.  Florencia Romano seguirá de secretaria administrativa, Eugenio Inchausti de secretario parlamentario y Marta Luchetta de prosecretaria parlamentaria.

 

Histórica empleada de la Cámara, Luchetta domina como nadie el reglamento y todos los presidentes presiden las sesiones con ella a su lado, sean del color político que sean. Monzó no es la excepción. 

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