Por Martín Rodríguez Yebra

MADRID.- Urgido por la rebelión de Cataluña, el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, consiguió ayer el apoyo institucional de la oposición socialista, del rey Felipe VI y del Consejo de Estado para enfrentar al separatismo con una batería de medidas de una gravedad sin precedente en la era democrática.

El gobierno presentará hoy ante el Tribunal Constitucional (TC) un recurso para anular la moción votada anteayer por el Parlamento catalán que declara abierto el proceso hacia la fundación de una república independiente y que llama a desconocer órdenes de las autoridades españolas.

La sola aceptación del trámite por parte de los jueces -que se reúnen esta tarde de manera excepcional- suspenderá de manera cautelar el proyecto votado por la mayoría de los diputados catalanes. Quedará planteada la primera gran intriga: ¿se atreverán el gobierno y el Parlamento regional a desobedecer al TC?

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En previsión de que la insurrección se mantenga, Rajoy recibió ayer al secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, su principal rival de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre. El paso siguiente podría obligarlo a acciones extremas que requerirían la máxima unidad política, como pedir la suspensión de funcionarios o hasta intervenir la autonomía de Cataluña.

Además, el presidente visitó al rey, que decidió despejar su agenda para la mañana de hoy como gesto de la atención exclusiva que le dedicará al primer choque institucional serio de este conflicto.

Mientras en Madrid se preparaba la reacción, en Barcelona los independentistas emprendían una sesión de casi nueve horas en el Parlamento para resolver quién será el presidente del gobierno regional. El actual líder, Artur Mas, fracasó en el primer intento de ser investido, al ser rechazado por los 10 diputados de la Candidatura d'Unitat Popular (CUP), el ala radical del secesionismo.

"Tiene la tripulación para ir hacia la independencia, pero no saldrá del Parlamento como capitán", le enrostró en el debate Antonio Baños, de la CUP, en el discurso que diluyó cualquier esperanza que pudiera quedarle al sector oficialista.

La debilidad de Mas

Mas da la pelea contra España en una situación de extrema debilidad. Obtuvo sólo los 62 votos de su coalición, Junts pel Sí, y se quedó a seis de la mayoría absoluta. Mañana tiene la segunda oportunidad, para la que le vale una mayoría simple. Pero el problema es el mismo: si no convence a los antisistema de la CUP, no podrá formar gobierno.

En su bloque ya empieza a discutirse la posibilidad de ofrecer otro candidato a presidente. La alternativa es llamar a nuevas elecciones, lo que sería un traspié brutal para el separatismo y todo el proceso de ruptura volvería a foja cero.

Rajoy quiere aprovechar esa fragilidad interna de los nacionalistas y contrastarla con una imagen de unidad política en España.

Antes de elevar el recurso ante el TC, pidió un dictamen urgente al Consejo de Estado, un órgano constitucional formado por expertos de distintos partidos e ideologías.

Consiguió un respaldo exprés: los consejeros consideraron que la idea de crear un Estado catalán independiente "va contra la soberanía nacional, que reside en todo el pueblo español", por lo que la consideró inconstitucional y contraria también al Estatuto de Autonomía catalán.

Con ese aval, Rajoy recibió a Sánchez por segunda vez en 15 días. El socialista respaldó en público la respuesta del gobierno. "Ante el desafío secesionista al orden constitucional, el presidente tiene el derecho y el deber de articular todas las medidas necesarias para restaurar la legalidad democrática", dijo el líder opositor.

Al bloque antiseparatista se unió el líder de Ciudadanos y candidato presidencial, Albert Rivera. En cambio, el fundador de los indignados de Podemos, Pablo Iglesias, reclamó aprobar cuanto antes un referéndum para que los catalanes decidan de una vez si quieren irse o no de España.

El recurso que presentará Rajoy reclamará que se notifique de manera personal a la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, y a los miembros del Poder Ejecutivo regional, que serían susceptibles de sanciones graves, como la suspensión o la inhabilitación, y de ser investigados por delitos penales.

En paralelo, el fiscal general de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, ordenó a los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, que lo notifique de "cualquier hecho" que busque ejecutar la resolución soberanista, algo que podría constituir según él "no sólo delito de sedición, sino también de prevaricación, desobediencia, usurpación de funciones o uso indebido de fondos públicos".

Malestar en la policía catalana

A pesar de recibir la orden de la Fiscalía de la Audiencia Nacional de actuar contra delitos de sedición en Cataluña, en el seno de las bases de los Mossos d'Esquadra, la fuerza policial catalana, se recibió con preocupación y desazón esa directiva. La mayoría de agentes se enteró por la prensa, ya que hasta ayer no habían recibido ningún tipo de directriz al respecto por parte del Ministerio del Interior regional ni de la cúpula de la policía catalana.

La prensa europea reaccionó ante el desafío catalán

Frente al silencio de sus gobiernos, los medios destacaron los peligros y la crisis generada por la resolución de anteayer

Le Monde 

Francia

El diario parisino se preguntó si la independencia catalana era ya inevitable y auguró un aumento en la tensión entre Madrid y Barcelona, que sólo podría aplacarse con un referéndum

Financial Times 

Gran Bretaña

El medio señaló que una resolución era esperada, pero no de tal dureza como para plantear la desconexión con la Corte Constitucional española, por lo que la respuesta de Madrid podría ser muy dura

Frankfurter Allgemeine 

Alemania

El diario basado en Frankfurt resaltó que una Cataluña independiente aumentaría la recaudación tributaria en 12.000 millones de euros, pero resaltó también que podría desencadenar una fuga de capitales

La Stampa 

Italia

Para el diario de Turín, España vive la peor crisis política desde la muerte de Franco hace 40 años, con efectos que son impredecibles y seguramente traerán dificultades. Destacó también que el proceso se diera sin violencia

del editor: cómo sigue. Pese a la medida del Parlamento, la independencia aún es una meta muy lejana para Cataluña y en su camino todavía se pueden interponer varios obstáculos.