OPDS, un organismo contaminado: Un escrache derivó en una nueva irregularidad de la gestión Pagola

Días atrás, desde REALPOLITIK nos referimos a los abruptos reordenamientos impulsados por la gestión del doctor Ricardo Pagola en el organigrama del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) y adelantamos que el pase del área Grandes Obras al ámbito de la dirección provincial de Evaluación de Impacto Ambiental de Patricio Maranghello tenía por objetivo preparar el terreno para negocios millonarios.

Poco después explicamos cómo, para completar la estrategia, la gestión avanzó en el nombramiento de tutores ambientales con consultoras propias, lo cual es absolutamente ilegal e incompatible. En aquella ocasión, hicimos mención a la firma DFIng SRL, que es gerenciada por un contratado del OPDS que figura en los registros de profesionales del organismo al igual que DM Ambiental SA, de Daniel Osvaldo Merlo.

Como era de esperar, las cosas no cambiaron desde entonces. Mientras siguen los descuentos a los empleados por razones inexplicables o, como suele alegarse desde la gestión, por errores técnicos, las irregularidades en el OPDS avanzan día a día. Es que la gestión de Pagola suma ahora a un funcionario con consultora propia, en situación de incompatibilidad y a cargo de la dirección provincial de Controladores Ambientales.

Hasta el 31 de octubre, Nicolás Bardella estaba inscrito como profesional en los sistemas del OPDS. Apenas una horas después, luego de un escrache mediante volanteadas anónimas que lo vinculaban como referente de una consultora externa, su pago de registro desapareció misteriosamente de todos los registros informáticos. No se habría tratado de un error.

Según una denuncia off the record, con la aparente complicidad del jefe de departamento de Informática, Héctor Mijalovsky, las nuevas autoridades habrían impulsado voluntariamente la eliminación de estos datos para evitar un entrecruzamiento de información que no haría más que seguir comprometiendo a la gestión de Pagola.

El nuevo modus operandi pareciera tender a eliminar los registros del personal del organismo, mientras que tutores ambientales siguen con sus negocios. En tanto, la gestión aprovecha al máximo a sus inspectores enviándolos a recorrer los puestos de los guardavidas en los balnearios bonaerenses en lugar de poner el ojo en las industrias de segunda y tercera categoría. 

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