Las personas más afectadas por las tormentas registradas en la ciudad fueron las que pertenecen a las familias de los okupas de los últimos asentamientos que se registraron el año pasado. Pero ayer, a pesar que las gran cantidad de agua caída, no se observaron problemas en las hectáreas ocupadas en el asentamiento del Pirayuí, donde hay muy pocas familias.
Donde anteriormente hubo carpas y precarias construcciones, actualmente sólo se encuentran malezas y árboles.
En el asentamiento del barrio Pirayuí no se registraron anegamientos ni graves inconvenientes ya que la mayor parte del agua caída drenó por las cunetas y zanjas. El canal del arroyo Pirayuí también sirvió para que el agua no quede acumulada en los terrenos donde todavía hay algunas familias viviendo.
En las 43 hectáreas sólo quedaron un puñado de personas que viven en casillas elaboradas con madera e inclusive con materiales de construcción. Son pocas las carpas están en pie desde mediados del 2012, cuando se produjo la usurpación masiva. En otras ocasiones, las familias presentes en los predios fueron afectadas, por lo que optan por trasladarse a otros lugares, como casas de familiares, hasta que cesan las malas condiciones del tiempo.
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