El PJ ofrendó una plaza "leal" y Cristina dijo no

El PJ ofrendó una plaza

Pulsión por actos K; el peronismo bonaerense también quiere show en estadio

"Para el 17 tenemos que hacer un acto grande, el más grande de todos", arengó Fernando Espinoza sin disimular que el criterio de dimensión que invocaba no era genérico sino que trazaba una comparación con la juntada del Movimiento Evita en el estadio de Ferro y el que, días después, La Cámpora haría en Argentinos Juniors.

La cúpula del PJ bonaerense escuchó el planteo eufórico el 9 de septiembre pasado en boca de Espinoza, cacique mayor del partido -que asistió a los dos estadios- y de inmediato, sin objeciones, delegó en su personalísimos oficios un trámite tan odioso como inevitable: pedir permiso en Casa Rosada para hacer el acto.

La matriz argumental de Espinoza, un peronista clásico que cuenta que charla con Máximo Kirchner, es lineal: advierte que al menos dos grupos del dispositivo K, el Evita de Emilio Pérsico y el neocamporismo de Máximo K., hicieron despliegues masivos de tropa al juntar entre 30 y 45 mil personas en canchas de fútbol. Ante eso, advirtió el matancero, el PJ de Buenos Aires tiene que mostrar su capacidad de movilización.

La excusa obvia es un nuevo aniversario del 17 de Octubre, fecha fundacional del peronismo, memoria del 45 del Juan Domingo Perón detenido que se fue, en el ritual del PJ, achicando con el paso de los años en buena medida porque los diferentes presidentes que llevaron el sello del peronismo, Carlos Menem, Néstor Kirchner y Cristina de Kirchner, no le dieron relevancia institucional ni política.

El plan A para, en teoría, superar las convocatorias de La Cámpora y del evitismo K en Argentinos y Ferro respectivamente consistió en movilizar al peronismo de la provincia hasta la Plaza de Mayo para celebrar el Día de la Lealtad y proponerle a Cristina de Kirchner que cierre el acto con su discurso. Espinoza arrimó la propuesta pero, dicen en Gobierno, no prosperó. Las otras variantes fueron más modestas: mudar el acto a un estadio de fútbol o, luego, armarlo en algún lugar de La Matanza.

La idea inicial, grandilocuente, que fantaseaba con columnas de militantes peronistas serpenteando por los barrios y las avenidas porteñas con destino a Casa Rosada, se achicó a una juntada, seguramente tumultuosa, en una cancha de fútbol según deslizó Espinoza el viernes. Las opciones eran, anoche, Vélez o el Estadio Único de La Plata.

No estaría, tampoco, Cristina de Kirchner, que ese día tiene agenda programada para visitar la provincia del Chaco, pago chico de Jorge Capitanich, convertido en un ring entre el jefe de Gabinete y su vice en funciones, Juan Carlos Bacileff Ivanoff.

Falta, así y todo, el OK de la mesa del PJ a la que Espinoza citó para estos días para terminar de ordenar la forma y la convocatoria del homenaje del 17-O. El detalle final del episodio de la plaza frustrada lo tiene lacrado el matancero, que ayer se mostró con Daniel Scioli en La Matanza, otra foto para una colección que Espinoza muestra como una bendición del presidenciable hacia un candidato a gobernador. Esperaban a Julián Domínguez, pero el presidente de la Cámara de Diputados, finalmente, se bajó de la postal.

Saga

En el PJ dan por hecho que el 17 de Octubre habrá un acto formal y central del peronismo que preside Espinozaaunque, como es habitual, en cada distrito los alcaldes arman sus propias ceremonias. Ese show formará parte, a la vez, de una saga de actos del dispositivo K que seguirá con el estadio de Atlanta, que este sábado planea llenar Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella, una jornada peronista en Tandil, un encuentro de dirigentes del socialismo K en Capital, un plenario del kircherismo del conurbano oeste en San Miguel y, quizá, un megashow, posiblemente el 25 de octubre en la cancha de Racing, de Unidos y Organizados (UyO).

En ese contexto, la fecha patria del peronismo, el 17-O, se recortó como el momento indicado, según el criterio deEspinoza, para volver a los días en que los caciques del conurbano profundo ponían a su tropa en las calles y la lucían, como brazo callejero, frente a Casa Rosada. Por ahora, al menos, eso no podrá ser.

 

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