El PJ y el oficialismo apuestan a que CFK no sea candidata

El PJ y el oficialismo apuestan a que CFK no sea candidata

Los que la quieren poco dicen que no le conviene arriesgarse a perder porque sería su definitivo fin político. Y los que la estiman, que tampoco querría ganar por un escaso margen, diluido por el tiempo, imposible de capitalizarlo dentro de otros dos años. E incluso los que la odian, aquellos que le auguran la cárcel, sostienen que preferiría ser una Milagro Sala que un revival de un Carlos Menem con fueros, presa de una imagen que no quiere reflejar en los futuros libros de Historia.

Son todas razones pergeñadas en distintas mesas partidarias bonaerenses para justificar una misma hipótesis sobre Cristina Fernández de Kirchner: que no será candidata este año. Y no quedan en premisas abstractas; desde Cambiemos, pasando por los renovadores y el dividido peronismo, comenzaron a moverse las fichas en el tablero sin la ex Presidente en una futura boleta. La condicionada mudanza electoral de Elisa Carrió (ver Página 8), que abandonó su deseo de representar a su domicilio en Exaltación de la Cruz; el misterio de Florencio Randazzo; las recorridas de campaña que no disimula Daniel Scioli; y la probable apuesta de Sergio Massa, fueron motivadas por la misma conclusión.

Ocurre que hubo en el mundillo político provincial una percepción de certeza. "Al Gobierno le resulta muy funcional que esta elección se discuta en términos de si gana Cristina o pierde Cristina", enarboló hace dos semanas el diputado Axel Kicillof, un camporista mirado de reojo por los suyos ante su predisposición frente al oficialismo legislativo, en especial su química con Emilio Monzó.

En las sombras, mientras motoriza un acto de pseudo lanzamiento, con su tropa pero sin él (por ahora), en Mar del Plata a fin de mes, Randazzo evalúa un escenario sin CFK: el ex ministro sueña con ahora sí plasmar la interna que no fue en 2015 frente a Scioli. Para no achicarse, cerca suyo esgrimen que no escaparía a una PASO con la ex Presidenta. Pero en los hipotéticos escenarios legislativos no la cuentan como candidata.

Tampoco el ex gobernador, otro para quien no hay 2019 sin 2017. Scioli inició un intenso raid preelectoral: ya pasó por 22 municipios en los últimos días. "Estoy haciendo un relevamiento para tener claro qué espera la gente de las próximas elecciones", esquivó ayer admitir o negar su ya abierta candidatura en Radio Cultura el número 9 de futsal, mejor gambeteador de definiciones ante la prensa.

El veto de María Eugenia Vidal a Carrió, al prescindir de quien mejor encarnaría frente a la ex Jefa de Estado la pretendida dialéctica "pasado-futuro", también se basa en lo mismo. Y, por último, la susurrada apuesta de Massa de no jugar este año: afuera del reparto por la polarizada elección en su tierra natal, el líder renovador apostaría a sumar bancas con acuerdos en distritos del interior para preservar su poderío legislativo.

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