Scioli, "Manino" desde el cartel. Daniel Sosa y Carlos Sepúlveda en el escenario. Las caras del despropósito

Pablo Trueba por el Simape; Ana Leoneli del Sindicato de la Unión Ferroviaria; Miguel Ángel Sánchez, de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval; Emilio Bustamante, representante de la Cámara de Empresas de Servicios Portuarios; Fernando Rivera, presidente de Caipa; Mariano Retrivi, de la  Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera; Carlos Sepúlveda, de la Cámara de Estibajes, Servicios y Afines de la Actividad Portuaria. Y Eduardo Mayer, de la Ucip.

Estos son los ocho nombres y apellidos que aparecen en la Resolución 557 que firmó Jorge Otharán la semana pasada y reviste de mandato por los próximos 3 años para ocupar el Directorio del Consorcio Portuario. Pero casi nadie quiere asumir para salir en la foto convalidando el despropósito.

El subsecretario de Actividades Portuarias de la Provincia puso el gancho pero el artífice del acto administrativo no fue otro que Rodolfo Adrián “Manino” Iriart, uno de los mariscales de la derrota sciolista el 25 de octubre en Mar del Plata y la Quinta Sección Electoral.

El Directorio del Consorcio era un recuerdo desde que en agosto del 2012 se disolvió ante el fallecimiento de su presidente, Eduardo Tomás Pezzati. Le siguió una intervención que duró dos años al mando de Matías Silvestre Machinandiarena. Desde noviembre del 2014 Jorge Hidalgo oficia como presidente de un Directorio bien parecido a una intervención. Hasta la flamante resolución, era el único.

Las preguntas caen de maduras. ¿Por qué después de tanto tiempo la Provincia se descuelga con completar un ente, por qué cuando no se preocupó en formarlo durante más de mil días lo hace cuando faltan apenas 40 para entregar las llaves de las cajas?.

“Porque está en facultades legales de hacerlo”, contesta Jorge Hidalgo, con toda la razón. Pero desde cuándo la Provincia que todavía no terminó de pagar la obra de dragado que hizo parcialmente el Grupo Román y sus socios dragadores chinos el año pasado, se preocupa por ocupar ocho sillones de la sala de reuniones.

“No pedían esto (normalizar el Directorio) las cámaras empresarias de la pesca”, aporta Hidalgo. La frase esconde una chicana. Las cámaras patronales en realidad se lo solicitaban a las futuras autoridades que asumirán a partir del 10 de diciembre. No a Scioli y mucho menos a un Gobernador derrotado.

Hasta que se conoció la Resolución la idea dominante en el puerto era que Scioli dilataba los nombramientos por motivos meramente electorales. Para cuidar su carrera política no convenía abrir heridas en la comunidad portuaria, esgrimían.

Estos mismos nombres que aparecen en la Resolución los divulgamos en esta columna hace casi dos meses. En ese momento nadie apostaba a que fuera a cristalizarse. Es que nadie pensaba que Vidal daría el batacazo. Ahora el apuro es hija de las urgencias.

Porque no hay peores días que estos de vísperas de balotaje para salir a dejar lastimados y descontentos con los ocho nominados. “Necesitan de un Directorio con quorum que avale distintas resoluciones que ha tomado el Presidente”, cuentan entendidos en administración portuaria para explicar el apuro en darle forma.

Pablo Trueba, alineado al massismo y crítico de Aníbal Fernández, no debería integrar la lista. Mucho menos porque su gremio ya estuvo en el último Directorio y el rol desempeñado por Fito Chavez es hoy recordado por su despliegue inagotable de irracionalidad.

Trueba fue el único que escapó a la dedocracia que ejercieron “Manino”, Horacio Tettamanti y Pulti con la nómina. Es probable que la designación del Secretario General del Simape oficie para aparentar equilibrio y objetividad. Por las dudas, Trueba ya avisó que no asumirá.

Su lugar era para el Saon, el gremio arrodillado a los deseos del subsecretario de Puertos y empresario naval en SPI Astillero. La  interna se llevó puesto a Diego Villarreal, el candidato propuesto, que todavía está del lado de los perdedores. Ver “Chispazos de colores”, columna del mes de agosto.

Tettamanti eligió a Miguel Sánchez, presidente de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval, en representación de las organizaciones que trabajan dentro de la jurisdicción portuaria. Sánchez, un empleado de Tettamanti en SPI, por sobre sectores más representativos como la Cámara de la Industria Naval o Cafrexport, los frigoríficos exportadores. Sánchez le avisó a sus allegados que no quiere prestarse al papelón. Habrá que ver qué piensa Tettamanti.

Otro que es probable que no aparezca en el Directorio es Mariano Retrivi, de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera. El dirigente criticó el momento “inoportuno” de la convocatoria.

Fernando Rivera, presidente de Caipa, al cierre de esta edición iba a consultar con los socios el camino a seguir. Siempre amigos del poder de turno, los popes de la pesca local seria raro que se abracen a los flamantes derrotados.

Ni los elegidos por “Manino” cantarían presente. El diputado eligió a Ana Leoneli, de la Unión Ferroviaria, un gremio que lamentablemente no tiene más peso que las vías muertas que corren paralelas a Vértiz en la jurisdicción portuaria. La seleccionada es adherente a Cefil, la caja recaudadora que apadrina el Diputado con formato de ONG.

El diputado avaló a Carlos Sepúlveda y a Emilio Bustamante, representantes de las cámaras de estibaje y artífices del “directorio paralelo” que respaldó a Hidalgo en estos meses. Sepúlveda incluso pagó el alquiler de un local partidario desde donde intentó salpicar optimismo y esperanza la ola naranja.

Pulti designó a Eduardo Mayer, de la Ucip, por el acuerdo –programático y publicitario- más amplio que tiene el intendente con Raúl Lamacchia, presidente de la entidad.

“Destaco la ética con que se nombró a este Directorio”, dice Hidalgo sin ruborizarse. “Mi gestión está avalada por el Tribunal de Cuentas y demás órganos de control que establece la Constitución; no veas fantasmas donde no los hay”, me pide el Presidente, que se cansó de llamar por teléfono a los designados para que asuman el cargo.

Los marginados de la Resolución buscaron auxilio pronto. Apenas difundida la lista en Revista Puerto, el martes por la mañana se reunieron en el Paseo Comercial con Carlos Arroyo y Emiliano Giri. Ambos les dijeron lo que habían ido a escuchar. “Estoy en contra de las designaciones”, les dijo el intendente electo. “Cuando asuma María Eugenia (por Vidal) se dictará una Resolución que derogue estos nombramientos” amplió Giri.

El auditorio escuchaba en silencio y cruzaba miradas cómplices de aprobación. Giri les había dicho que la salida del cepo sería “brusca”. Había representantes sindicales, como el Supa, el propio Simape, gremios de oficiales, industriales exportadores, empresarios navales, armadores y transportistas.

Todos se fueron con un par de certezas. Nacía un cambio en la relación con el Poder Ejecutivo Municipal;  y será necesario conformar un consejo consultivo para darle apoyo al futuro Directorio. “Seguirán siendo ocho sillones y siempre carecerá de una representatividad de todos los sectores”, resumió Ciro D´Antonio, de Cafrexport.

“Quienes no quieran asumir serán reemplazados por otros sectores que han postulado representantes; no será un problema”, asegura Hidalgo. Daniel Sosa, recaudador de Manino en Pesca Provincia, operó ayer en La Capital. “El Consorcio puso en marcha su nuevo Directorio”, publico en página 13. Sin foto porque no hubo reunión alguna. Puro relato.

Es probable que las autoridades tengan que buscar reemplazante. No para Trueba, Retrivi y Rivera, en caso que finalmente desistan de participar. Noticias de última hora dan por sentado que Leoneli también rechazaría el convite a sentarse en el Directorio. El “maninismo” regala postales de traición explícitas.

Estos rechazos ponen en peligro la maniobra de legalización del Directorio. Es que el quorum para blindar la gestión en soledad de Hidalgo requiere de la firma de al menos 6 miembros.

Si ocurre el milagro de conformarse, el contenido de las actas que apruebe el Directorio determinará de manera tangible los verdaderos motivos de Manino por activar una escribanía en la administración portuaria, legal, pero vacía de una absoluta representatividad real.