Patricia Bulrrich, lo confesó en la mesa de Mirtha Legrand con cierta vergüenza, por la responsabilidad que le cabe al gobierno de Mauricio Macri de no haber puesto límites, aún, a la desproporcionada cantidad de efectivos de la policía Federal, que se autoasingó Cristina Fernández, en los últimos días de su gestión y aún no se revisó. Ochenta custodios tienen la misión de “cuidar” (¿?) a la ex mandataria y su familia. Una obscenidad indiscutible, además del aspecto económico, ante los graves problemas de inseguridad que existen, entre otros lugares, en los hospitales de Capital Federal, desde donde, por razones de egoísmo político, en su momento la propia CFK retiró la Federal, dejando un hueco, que ponen a los médicos, enfermeras y pacientes, al alcance de los drogadictos y bandas armadas que los agreden sin sentido.

Bullrrich puso cara de “nos descubrieron”, cuando le preguntaron sobre la cantidad de policías que rodeaba a la ex presidenta y se trató de excusar señalando que el “equipo” de seguridad lo había armado Cristina Fernández “porque tenía varios domicilios” (¿?).

Perdón, no sabía que Cristina seguía en el gobierno ¿Quién decide lo que se hace o no con las fuerzas de seguridad, luego del 10 de diciembre?.

La cara poco convincente de la funcionaria, denotó, claramente, que se sentía muy incómoda ante quienes le requerían, no sin una cuota de criterio, por qué se asignaba tal número de Federales, siendo que otros presidentes tenían menos de la mitad (que ya es una barbaridad). Allí la Ministro dijo que ese número lo había definido CFK en funciones y rápidamente tratando de escapar al papelón o la culpa por dejar que todo transcurra, se apuró a decir que “estaba bajo estudio y revisión”, la cantidad de agentes que quedarían asignados definitivamente a la custodia K. Claro, que ya van 7 meses y hasta este momento no se había manifestado en ningún caso sobre este verdadero despropósito.

De acuerdo a lo que ha podido averiguar esta Agencia, el costo mensual de mantenimiento, sostenimiento, logística, viáticos y sueldos de estos 80 custodios para la ex presidenta y su familia, le cuesta al país una suma que oscila entre los 2,5 y 3 millones de pesos mensuales. Pero esta cifra es estimativa, teniendo en cuenta que – admitieron las fuentes – se toman sueldos de entre 15 y 20 mil pesos, pero los hay muy por arriba de ellos y el movimiento de personal, el pago de las horas extras, los servicios y los desplazamientos, tanto en Río Gallegos, Buenos Aires, como en El Calafate, demandan sumas verdaderamente importante de dinero. Además, estos efectivos deben brindar seguridad a los hijos de la ex mandataria.

Un despropósito liso y llano que el gobierno nacional debe rectificar de manera inmediata. A la Ministro Bulrich se la vio más sorprendida porque la información haya caído en la mesa, que involucrada en hacer un verdadero cambio. Las cuestiones políticas, evidentemente, pesan sobre Macri y las decisiones se le tornan difícil a un presidente que en algunos aspectos, como las tarifas y la exenciones a las mineras y el campo, acelera y en otro parece que corre por una cinta mecánica.

Aún respetando la orden constitucional, aunque a estas alturas ya debería haberse reformulado el concepto, el gobierno que en materia de seguridad tiene un agujero negro, deberá replantearse si puede distraer 80 efectivos o más, vehículos, viáticos y sueldos por casi 3 millones de pesos mensuales, para “cuidar”, no se sabe bien de qué, a la ex presidenta, y mucho menos a sus hijos.

De todos modos si la justicia funciona alguna vez en este país y CFK debe hacerse cargo judicialmente de la corrupción, el robo y/o asalto al patrimonio del país en la década perdida, es probable que en un corto tiempo, deba ir a la cárcel. La pregunta para Macri entonces es ¿Dejará que 20, 40 u 80 personascuiden los bienes mal habidos de la ex presidenta, mientras ella cumple su condena en la cárcel de mujeres?.

Seguro que ni Bulrrich ni Macri contestarían esa pregunta.