Occidente advierte que Ucrania está al borde de la guerra civil

Occidente advierte que Ucrania está al borde de la guerra civil
Los líderes de la UE alertan del giro violento en el este del país; continúan los choques en la región de Donetsk
" Ucrania está al borde de la guerra." Con estas palabras, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, lanzaba ayer un grito de alerta a la comunidad internacional, mientras los rebeldes prorrusos y las tropas leales a Kiev continúan enfrentándose en el este del país y se acusan mutuamente de alentar un enfrentamiento civil .

"La imagen sangrienta de Odessa nos ha mostrado que estamos a pocos pasos de un enfrentamiento militar", dijo Steinmeier en una entrevista concedida a varios diarios europeos. "El conflicto alcanzó una intensidad que hace poco tiempo no habríamos considerado posible", agregó el jefe de la diplomacia alemana, cuyo departamento instó a los ciudadanos alemanes a que abandonen el este y el sur de Ucrania y que no viajen a Crimea, la península del Mar Negro que recientemente se independizó de Ucrania y se adhirió a Rusia.

Las potencias occidentales son conscientes de que la situación en Ucrania empeora día tras día. Y la creciente violencia en las provincias del Este hace peligrar las elecciones previstas para el 25 de mayo. "Las condiciones [para que se celebren los comicios] no son buenas. Pero no se puede permitir una estrategia que impida a Ucrania celebrar elecciones presidenciales. Ahí Rusia está atrapada en una contradicción: por una parte, pone en duda la legitimidad política de los dirigentes de Ucrania, y por otra dificulta las posibilidades de restaurar esa legitimidad a través de las urnas", declaró Steinmeier en la entrevista conjunta a El País, Le Monde, La Repubblica y Gazeta Wyborcza.

En la misma línea se manifestó ayer el presidente francés, François Hollande. "Si no se celebran [los comicios], será el caos y habrá riesgo de guerra civil", advirtió el mandatario desde París.

Pero el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que sería "inusual" celebrar unas elecciones presidenciales en Ucrania "mientras el gobierno despliega el ejército contra algunos de sus ciudadanos".

Por su parte, el canciller ucraniano, Andriy Deshchytsia, confirmó la voluntad de su gobierno de celebrar las elecciones y pidió la ayuda de la comunidad internacional para garantizarlas, junto con el envío de observadores internacionales que puedan confirmar su imparcialidad. "Hay que hacer todo lo posible para eliminar las amenazas y provocaciones externas apoyadas por Rusia", pidió el canciller ucraniano.

Lavrov y Deshchytsia coincidieron ayer en una cumbre del Consejo de Europa celebrada en Viena, junto a una treintena de cancilleres europeos. Moscú y Kiev volvieron a acusarse mutuamente de haber acrecentado la tensión en la zona de conflicto. Para el Kremlin, cualquier futura negociación debe tener en cuenta a los grupos prorrusos, que Ucrania considera terroristas y manejados por Moscú.

CONTINÚAN LOS CHOQUES

Desde que, el viernes pasado, el gobierno interino de Kiev lanzara una ofensiva militar en las provincias del Este, la violencia ha ido in crescendo.

Los rebeldes prorrusos y los defensores de una Ucrania unida han estado enterrando a sus muertos en los últimos días mientras ambas partes se acusan mutuamente de dividir la nación.

Pese a la ofensiva del gobierno, los rebeldes continúan manteniendo el control en la ciudad de Slaviansk, uno de los bastiones de los grupos prorrusos, que lograron derribar ya cuatro helicópteros del ejército.

Tras los sucesos de Odessa, donde unos 40 prorrusos murieron en un incendio provocado por partidarios de Kiev, los enfrentamientos se concentraron en Slaviansk, donde más de 30 separatistas murieron en combates con las tropas unionistas, según datos del Ministerio del Interior.

Ayer, Kiev amplió su ofensiva contra las milicias prorrusas a la ciudad costera de Mariupol, ubicada en la conflictiva región de Donetsk.

"Nos acaban de llegar informaciones sobre un ataque masivo contra nuestros puestos de control situados en el oeste de la ciudad", dijo un vocero de los insurgentes a medios de comunicación rusos. "Los milicianos entraron en combate y comenzaron el tiroteo", agregó el vocero.

La crisis ucraniana llevó a una confrontación entre Moscú y Occidente no vista desde la Guerra Fría.

Desde que el gobierno proocidental asumió el poder después de un levantamiento que destituyó al presidente prorruso Viktor Yanukovich, en febrero, el mandatario ruso, Vladimir Putin, revocó décadas de diplomacia y declaró el derecho de Moscú a intervenir para proteger a los ciudadanos de habla rusa en la ex república soviética.

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