Los datos fueron confirmados el lunes por las autoridades de la empresa en la reunión de la comisión de Recursos Hídricos del Concejo Deliberante.

En la compañía municipal defienden el pedido al sostener que la tarifa de OSSE es la novena si se toma en cuenta el resto de las empresas sanitaristas del país. “El costo promedio de una boleta es de $ 400”, argumentan.

Entre el 25 y el 30% de ese valor surge del pago de la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) –cuya gestión de cobro realiza OSSE– y el resto de los fondos afectados para obras y de los impuestos.

El principal costo de la empresa es el de la energía eléctrica: este año deberá abonar por ese concepto $ 260 millones. Y con la posibilidad de que ese costo se duplique si debe afrontar multas de la Secretaría de Energía por no garantizar un 8% de energía autogenerada o limpia.

En OSSE tienen en claro la necesidad de evitar esa situación. “Estamos explorando diversas alternativas para que el 25% de la energía que utilizamos para brindar los servicios sea limpia”, anuncian.

La diferencia sería sustancial: mientras el megavatio le cuesta a OSSE entre 100 y 120 dólares, la energía limpia le costaría entre 60 y 70.

La concejal de Unidad Ciudadana Virginia Sívori se mostró crítica del costo de la energía que debe pagar OSSE. Pidió un precio diferencial para la empresa pública. “No podemos pasarle este costo, que se multiplicó desde 2015, a los vecinos”, advirtió.

Sívori también cuestionó la “reducción en meta” de la cantidad de obras. “Tampoco habrá mayores servicios”, anticipó.

Según el presupuesto, $ 1.444 millones son de origen municipal, $ 287 millones nacionales y $ 18 millones provinciales.