Por Ricardo Carossino

Más allá de las divisiones ideológicas (o no) que han surgido a lo largo de la historia argentina, hubo hombres que algunas cosas claras tenían. Uno de ellos fue Juan Domingo Perón que en su manual de conducción política decía: “La construcción de poder debe ser cuantitativa, pero la construcción de la gestión tiene que ser cualitativa y si como gobierno le doy plata a un intendente para que hagas cosas y no gana las elecciones, pueden pasar tres cosas. Puede ser que se la robe, puede ser que sea un inútil o puede ser que haga cosas y nos las sepa mostrar”.

El peronismo sabe de esto, y cualquier que se precie de ser intendente del conurbano bonaerense y ganarse el “bronce” está obligado a hacer cosas, pero tiene que saber mostrarlas, de otra manera el vecino pocas veces cree en una revista municipal.

Desde Lanús, al parecer, el jefe comunal Néstor Grindetti, está leyendo el manual del intendente bonaerense, porque si cumple todo lo que tiene planeado en su gestión de gobierno, podría darle al Municipio un empuje, un desarrollo y hasta una belleza que nunca tuvo. Sin contar la con que Seguridad: el tema a resolver para todo el conurbano, complejo, difícil, profundo, que por ahora escapa a las manos atadas de un jefe comunal, que solo puede hacer aportes laterales (que tiene que hacerlos por supuesto).

El caso de Ituzaingo es, si se quiere, una muestra (patética, pero muestra al fin) de la complejidad de una policía provincial embarrada desde que, a fines de los `60, el periodista desaparecido Rodolfo Walsh la calificó como “la secta del gatillo alegre”. Hoy claramente, el desafío de la gobernadora María Eugenia Vidal es cambiar esto, pero la pregunta es ¿cómo? Una de las formas sería que la policía local pasase a manos de los jefes comunales para crear desde cero una nueva fuerza sin los vicios de la vieja, pero por el momento esto no va a pasar.

El camino del intendente Grindetti es entonces la obra pública, una obra pública que por supuesto lo primero que genera es fuente de trabajo que, terminada, redunda en los vecinos.

El triángulo de Osorio

La obra pública es útil, necesaria y además se ve. Y en esta lógica el intendente del PRO parece estar encarando la gestión y la acción al anunciar junto al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta la presentación de los estudios de factibilidad técnica y operativa necesarios para avanzar en la construcción de un nuevo puente que conectará la ciudad de Buenos Aires con el municipio. El encuentro se dio lugar en la Corporación Buenos Aires Sur, encargada de realizar los estudios, donde estuvo presente la Presidente de la entidad Karina Spalla y el Director General de AUSA, Carlos Frugoni.

El nuevo puente vehicular sobre el Riachuelo conectará la Autopista Cámpora con el municipio a la altura de la Avenida De La Ribera Sur Carlos Pellegrini, y facilitará la circulación de los más de 300 mil vehículos que se trasladan, día a día, entre la provincia y la Ciudad.

El puente se emplazará en el Barrio de Villa Soldati (lado CABA) y el denominado “Triángulo de Osorio” (lado Lanús). Tendrá dos carriles por sentido y podrá ser utilizado por transporte público, tránsito pesado y vehículos particulares. Por su ubicación estratégica permitirá alivianar el tránsito que circula por los puentes Alsina y De la Noria.

El evento se dio cita en la Corporación Buenos Aires Sur encargada de llevar adelante los estudios técnicos que harán realidad el sueño de muchos vecinos de la zona sur de la ciudad y la provincia que podrán viajar más rápido y mejor.

Si todo sale como fuentes del Municipio confiaron a Política del Sur, la licitación para comenzar una obra que demandará aproximadamente 250 millones de pesos y 20 meses de ejecución, comenzaría en enero de 2017 a ponerse el primer ladrillo para conectar CABA con la zona sur y descongestionar el Puente Alsina y el saturado Puente La Noria a cualquier hora del día.

Los otros puentes de un intendente

Una obra de esta envergadura le daría a Grindetti un valor agregado sin precedentes en este momento en que la política pasa por una suerte de crisis de representación, donde la grieta que no se cierra genera todo tipo de ataques, aunque el ex ministro porteño demostró la “muñeca” para manejar la “rosca” local, evitando que se le desbande el Municipio con reclamos, acusaciones y oposiciones rabiosas que le impidan tener gobernabilidad.

No sólo el cemento de una conexión que cruce el riachuelo es fundamental. El puente social entre el Estado y la gente estaría presente en el proyecto que Grindetti tiene para Villa Jardín que sería una increíble puesta en valor del lugar si lo logra.

En el barrio 10 de Enero, el intendente macrista aspira a obras de infraestructura comunitaria donde se construirá el polo educativo en el predio de la ex empresa de fabricaciones militares. El proyecto incluye la construcción de un jardín de infantes, una escuela primaria, secundaria con orientación técnica y un cluster textil.

Los puentes políticos

La inclusión de Noelía Quindimil al Ejecutivo es una muestra de una jugada que puede tener dos lecturas encontradas. La primera y positiva es que entre Quindimil y el senador provincial Darío Díaz Pérez se polarice el peronismo y le permita políticamente sostener la paz en el Concejo Deliberante y en su gobierno. La segunda y negativa, es que la futura secretaria de Gobierno crezca dentro del peronismo más allá de lo esperado y se posicione para 2019. Pero no hay gestas sin riesgos.

Claro que no será gratuita la inclusión de Noelia mientras desde el otro lado miran los radicales. Hoy la UCR local se dejar llevar por la tormenta de la interna interbarrial y el malestar en un sector neoalfonsinista sigue persistiendo, pero también es cierto que la interna provincial ahora ocupa a los radicales en la mirada hacia arriba: Daniel Salvador, el que debería ponerse a negociar con la gobernadora Vidal el rol correligionario dentro de Cambiemos.

No puede negarse que Grindetti tiene en estos momentos tiene un viento de cola político inestimable que le permite navegar por aguas tranquilas, mientras el peronismo y el radicalismo dirimen sus cuitas internas, pero de nada le serviría este viento alentador si Lanús no se ve más linda, más limpia y más desarrollada.

El puente CABA-Lanús no solo es un puente, una obra, una acción de gestión, es una clara metáfora de lo que une la política, la gestión y la mirada vecinal de la gente que necesita ver, luego de años de soportar una gestión andando en llanta. Según fuentes del mismo peronismo que estuvieron presentes en la asamblea del PJ, lo confiaron a este medio: la diputada Karina Nazabal aseguró que el gobierno nacional no le había bajado obras públicas. Si es verdad, deberían preguntarse porqué y dar explicaciones. Si no es verdad, no hace falta aclarar que es mucho más grave.

La construcción del puente Estado-Pueblo

Ese puente filosófico es desde luego el puente social entre el Estado y los barrios más carenciados, sobre todo en medio de una política de tarifazos e inflación que complica a cualquier jefe comunal, como quedó claro además, desde hace tres días, cuando anunciaron los peronistas que no tienen para pagar aguinaldos.

En esta área, Grindetti ha sabido, hasta el momento actual con reflejos rápidos. La problemática de la polémica Edesur no lo apretó contra las sogas. Enseguida supo ponerse al lado del vecino y recurrió a Twitter para protestar por los numerosos cortes que los vecinos de su municipio sufren.

"Los vecinos de Lanús estamos cansados de la falta de respuesta de @OficialEdesur. Muchos todavía sufren cortes de 5 o 6 días. Indignación!", escribió el jefe comunal. En ese sentido puntualizó: "Hace 5 días que los vecinos de Av. R. Alfonsín y Gral. Pico no tienen luz y @edesuroficial no da la cara. Es inadmisible", agregó, y remató: "Es un poste caído, no pueden tardar tanto tiempo en repararlo. Definitivamente, a @edesuroficial no le importan los reclamos de los vecinos".En respuesta, la cuenta oficial de Edesur le replicó: "Buen día, si estas afectado a la falta suministro por favor seguinos e informame por DM n de cliente. Gracias!".

¿Cuál es el juego de esta empresa?, ¿qué clase de intereses representa?, ¿qué es lo que le importa como empresa de mercado?, ¿Edesur entiende el ABC de una empresa, y sobre todo de una empresa de servicio?, ¿quién tiene razón, Edesur o el cliente/usuario?, ¿a qué nivel de desidia se llega cuando en democracia a un Intendente Municipal elegido por la mayoría de la gente se le contesta de esa forma, o mejor dicho, cuando no se le contesta?

Bueno, ahí Grindetti supo tender el puente que necesitaba construir. Esos son los puentes que jerarquizan una gestión, un comando político, una conducción, esa es la otra “obra pública” que completa el combo de un dirigente que se precie de tal.

Grindetti tiene dos desafíos en estos momentos. No puede soslayarse el Panamá Papers que la oposición usará, aunque todos sepan que una imputación no significa nada en términos de juzgamiento. Grindetti ha dado ya su explicación de manera rápida al día siguiente con lo que apagó el primer incendio político en Lanús. Ahora tendrá que construir el puente que lo conecte por los opositores más reaccionarios para evitar que le embarren la cancha y le compliquen la gobernabilidad.

Esto se notó en las palabras que el titular del bloque del Frente para la Victoria, Héctor Montero le concedió a Política del Sur,  al decir ayer que “no es necesaria una interpelación al jefe comunal porque la Justicia se encarga de eso”.

Ha demostrado hasta hoy, que los puentes le han estado saliendo bien, pero un intendente del conurbano no puede detener la marcha, un jefe comunal de un distrito de clases sociales tan dispares debe sí o sí, tender un puente por día.