Una obra hidráulica en Villa Elisa, entorpecida por amenazas y saboteos

Una obra hidráulica en Villa Elisa, entorpecida por amenazas y saboteos

La historia de intimidaciones arrancó en 2013. En 2015 les prendieron fuego máquinas. Y en las últimas semanas las retomaron

 

Diseñado para que no se repita la tragedia del 2 de abril de 2013, evitando y minimizando inundaciones, el mega-plan hidráulico que la Provincia ejecuta en la Región implica convertir varios cauces naturales en enormes desagües de hormigón a cielo abierto. Es una decisión “inevitable” de acuerdo con los funcionarios, pero provoca resquemores y quejas; en las últimas semanas, las cuadrillas de una de las empresas involucradas en la canalización del arroyo Carnaval recibieron amenazas de muerte por “destruir” el lugar y “matar los peces”.

El tramo de la polémica está incluido en el proyecto de “Adecuación de los arroyos Carnaval y Martín”, y está a cargo de la firma Marín Construcciones. Se sitúa junto al límite norte del Parque Ecológico Municipal, a la altura de camino Centenario y 425.

Las amenazas son para que paralicen las obras, que son para evitar inundaciones

“Son unos trescientos metros aguas abajo del Centenario, y unos 700 aguas arriba” precisó uno de los trabajadores, que prefirió no revelar públicamente su identidad: “cuando trabajamos el tramo más corto, hacia el lado de las vías, no tuvimos demasiado problema, pero cuando empezamos del lado del barrio más residencial, se complicó”.

El relato del operario alude a una serie de intimidaciones en diferentes formatos, entre los que enumeran cartas manuscritas e impresas, graffitti en los taludes de la obra, hechos de vandalismo, robo y rotura de caños de derivación y de una bomba de achique de alta capacidad.

Los hechos se iniciaron en 2013, y alcanzaron su primer pico en 2015, antes de las elecciones. “Nos amenazaron desde una moto con un arma de fuego, y llegaron a prender fuego con una bomba molotov una mini retroexcavadora cotizada en dos millones de pesos” subrayaron los trabajadores: “al lado de esa había otra con el sereno adentro, que se salvó de casualidad”.

Después de ese hecho, el avance de los trabajos se congeló. Salió del freezer con la nueva administración. “Las denuncias policiales están hechas, también se habló con Hidráulica de la Provincia y se trabajó en prevención con la Policía Local” relatan los encargados de la obra: “sin embargo, el mismo día que quisimos retomar y vieron las máquinas nos dejaron una carta con amenazas de muerte”.

El texto, redactado a mano y sin demasiadas sutilezas, habla de “matar obreros mientras están en trabajando en el arroyo”, de “aniquilación” y de poner freno a una tarea “sangrienta y despiadada” que mata peces y destruye la naturaleza. “Estamos dispuestos a asesinarlos a mansalva”, concluye.

Quienes conocen la obra advierten que en ese tramo del arroyo se dragaron decenas de toneladas de barro contaminado con aguas servidas; que existen desagües cloacales de casaquintas que se vierten al cauce -y ahora serán tapiados-; y que hay parques con “decks” sobre la zona de sirga que deberán ser reubicados.

“La obra continúa” aclaró Virginia Pérez Cattáneo, delegada comunal de Villa Elisa: “se está realizando un trabajo conjunto con el municipio, en función de brindar seguridad a la empresa encargada de llevarla a cabo y de la interacción con los vecinos que serán beneficiarios de la misma”.

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