La reunión con los jefes policiales se tornó “muy tensa” por momentos, relató a El Ancasti una alta fuente gubernamental.

La oposición a la aprobación de la ley de Seguridad Pública por parte del plantel policial cayó como un balde de agua fría a las principales autoridades del Ministerio de Gobierno, pero repercutió más fuerte aún en las esferas del Poder Ejecutivo. Es que a los cuestionamientos que viene realizando la oposición a la ley promovida por el Gobierno, se suma ahora un nuevo frente a partir de la disidencia planteada por la plana policial.

Sucede que la ley de Seguridad Pública concentra el accionar de las fuerzas del orden en una Secretaría de Seguridad, por la cual pasarían todas las directivas de la Policía, incluso, hasta los sumarios que se inicien contra cualquier agente policial.

Los jefes policiales interpretarían que, tras la entrada en vigencia de la ley propuesta, se llegaría a transpolar un debilitamiento de la fuerza policial y que las órdenes –en general- pasarían a concentrar un alto tenor político. Es decir, que las resoluciones de la futura Secretaría de Seguridad podrían no estar en línea con el accionar que viene desarrollando la fuerza catamarqueña.

Reunión en suspenso

De hecho, el fracaso de la reunión prevista para ayer entre el subsecretario de Seguridad, Juan Pablo Morales, y la comisión de Legislación General de la Cámara baja se debió, puntualmente, al encuentro del funcionario con la plana mayor de la Policía.

Los diputados del oficialismo no dieron quórum y la reunión terminó levantándose. Los legisladores de la oposición no comprendían -a media mañana- porque el kirchnerismo no se presentaba en la reunión de tablas de la comisión para dar quórum, siendo que la mayoría se encontraba presente en la Legislatura.