Juan Rubén Martínez, obispo de la Diócesis de Posadas defendió la postura de la iglesia respecto al debate en torno a la reforma del Código Civil Argentino y puso en valor el respeto a la familia y a la vida. Hizo referencia a los artículos que se refieren a la fidelidad en el matrimonio y el alquiler de vientre. Sobre el primer punto sostuvo que se trata de valores que rigen a la sociedad argentina y sobre el segundo, cuestionó la “cosificación de la mujer” que eventualmente sería utilizada para llevar gestar una vida para que luego “se la arrebaten”.

El religioso que participó del programa Debate Sobre el Futuro que se emite los lunes y miércoles por canal 5 de Cablevisión, dijo que el Código Civil debe preservar los núcleos fundamentales de la sociedad y que se debe reflexionar sobre el modelo que se pretende instaurar para las nuevas generaciones. Asimismo pidió un debate serio sin polarizaciones y manifestó su esperanza en que los diputados voten a conciencia y no solamente basados en el mandato partidario.

El valor del matrimonio

El prelado expresó que es válido actualizar la normativa nacional vigente, pero advirtió que una de las cuestiones que le preocupa a la Iglesia es que el nuevo modelo que se presenta persigue matices individualistas. Explicó que hay valores sociales que son fundamentales para la sociedad argentina como el matrimonio. Consideró que el alquiler de vientre “cosifica a la mujer”. “Si manifestamos que los derechos de las mujeres están sobre todas las cosas, no podemos permitir que ella sea usada como una cosa. Asimismo en el tema de los óvulos fecundados vemos con preocupación cuando se habla de que se analiza cuáles congelar y cuáles no. No sabemos quien será el juez que lo determine o quien decidirá si conservarlos o rechazarlos”, dijo.

Para Martínez, estos son los derechos humanos que deben estar contemplados en el Código, pero sobre todo teniendo en cuenta la dignidad humana.

“La fidelidad es el valor del matrimonio y de alguna manera tenemos que preservarla. La ley es modelo de la sociedad, tiene que tener algún rasgo de ejemplaridad. Si la ley meramente regula la situaciones que están jurídicamente dadas, se transforma en un absoluto relativismo, entonces se tendrían que regular las situaciones que muchas veces se plantean como por ejemplo la legalización del consumo de las drogas”, añadió el obispo. En esa línea de análisis pidió un espacio para la reflexión, sin chicanas y permitiendo que cada una de las partes exponga sus opiniones sin descalificarlas porque piensan diferente.

“Hay muchos que lamentablemente desde una chatura profunda, inmediatamente descalifican, algunos medios aparecen o algunos militantes están descalificando y no permiten el derecho a la reflexión, a pensar y a debatir estos temas que son constitutivos de nuestra sociedad”, agregó.