Poco antes de viajar al Vaticano para entrevistarse con el Papa Francisco I, el Obispo de Posadas Rubén Martínez dialogó con TVA Misiones Cuatro al respecto del contexto laboral vigente en la provincia y las políticas públicas que se están llevando adelante al respecto. Sobre estos temas, Martínez no dejó lugar a dudas al señalar que se deben sincerar los números, porque la realidad del desempleo y la precarización laboral no se condicen con la descripción del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) y del Ipec (Instituto Provincial de Estadísticas y Censos)

Con respecto al informe del Ipec/Indec que señalaba a Posadas y Misiones como las regiones con menor desempleo del país, Martínez comentó que tal apreciación es “como un absurdo. Ahora parece que el Indec dijo que hay un 30% de trabajo informal. Leí eso (la primera estimación del 0,3%) y me parecía una locura”, consignó Martínez, quien enfatizó que “de los tareferos, el 80% están trabajando en negro. Las señoras que trabajan como mucamas y cocineras, en un 90% están en negro. Si miran a la gente que trabaja en la construcción, la gran mayoría están en negro. Lamentablemente no condicen esos números (del Indec/IPEC con el desempleo) Hay que sincerar los números para instalar el tema”, destacó el obispo, para quien uno de los elementos centrales para la dignidad humana “es el trabajo digno.”

Con respecto al ocultamiento oficial de las cifras reales sobre el desempleo, Martínez expresó: “Me da un poco de lástima que no lo digan. Un político astuto tiene que darse cuenta que tiene que jugar con la verdad y jugarse por la gente, es la mejor carta de presentación que uno puede tener. Un sentido del bien común y del bien social”

“Ahora dieron (desde el Indec) un número más cercano a la realidad, donde hablan del 30% de trabajo en negro. El peor lugar es el NEA con el 43%”, reveló el prelado, que estimó estos porcentajes como más certeros, porque el empleo en negro estaría en un 50%.

Sobre las políticas públicas, Martínez advirtió que “la equidad social tiene que invertirse no tanto en el asistencialismo y sí en generar trabajo genuino. Por ahí tiene que pasar. La equidad social no se puede lograr con una política distribucionista. La política habitual en el distribucionismo para la equidad social, a la larga termina empeorando la situación de los pobres”, reflexionó el Obispo, criticando el asistencialismo como política principal del Estado en periodos que no son críticos, como el presente.

“La gente quiere trabajar pero hace falta revisar todos, el empresariado y la política, el tema de la equidad social. Es un tema clave para vivir en una sociedad en paz”, sintetizó.

En el tramo final, el religioso se refirió a la situación desencadenada por la Tragedia de los Tareferos en Salto Encantado. “Es una cadena de responsabilidades, un circuito que aprieta para abajo. Los tareferos estaban en negro y estos chicos eran criaturas. Yo visité a cuatro en el Hospital Pediátrico y tres tenían 14 años y uno 12 años, y dos de ellos murieron. Pero las familias los mandaban a trabajar porque no tenían que comer. No son culpables. Los productores que los convocan también son pobres, muchos son yerbateros pequeños que pagan lo que pueden. Todos están apretados hacia abajo, no sé cómo es desde el secadero hacia arriba. Lo que sí sabemos es que la yerba llega a la góndola, con un precio (que evidencia) que en el medio, muchos ganaron bastante. Esto es responsabilidad de los empresarios, pero también de los ministerios de trabajo, los intendentes, (saber) cómo está su gente”, cerró el Obispo que el 5 de Octubre se entrevistará con el Papa Francisco I, regresando al país el 25 de ese mes.