Obama le dijo a Dilma que no sabía nada del espionaje

Lo reveló ayer la presidenta brasileña, según medios brasileños
En víspera de una reunión clave entre el canciller brasileño Luiz Alberto Figueiredo y Susan Rice, principal asesora de seguridad de Barack Obama, que debe ocurrir hoy en Washington, la presidenta Dilma Rousseff subió el tono de sus críticas al gobierno de Estados Unidos. Para ella, las nuevas denuncias de espionaje que fueron conocidas el domingo último y que involucran a la petrolera estatal Petrobras son “incompatibles con la convivencia democrática entre países amigos”. Dilma subrayó que su gobierno tomará “todas las medidas necesarias para proteger el país, el gobierno y sus empresas” de la violación de las comunicaciones electrónicas.

Hace dos días, los ciudadanos brasileños supieron que datos de Petrobras, que circulan por la red privada de la empresa, fueron capturados en forma permanente por la norteamericana Agencia Nacional de Seguridad (NSA). De acuerdo con el diario O Globo, ese organismo remitía informes “cada 72 horas” al gobierno estadounidense. Esa actividad se acentuó, según el periódico carioca, a partir de 2006, luego que el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva anunciara grandes descubrimientos de petróleo en la capa pre-sal que se encuentra por debajo del lecho marino a una profundidad de 4.000 metros en promedio. Esta periodicidad de los dossier surgen de los documentos obtenidos por el ex técnico de la NSA, Edward Snowden y difundidos, luego, por el corresponsal del británico The Guardian, Glenn Greenwald.

Ese flujo permanente de informaciones canalizados hacia la Casa Blanca por la NSA, en relación a Brasil, contrasta con el tenor de las conversaciones que mantuvieron la presidenta Rousseff y el norteamericano Obama, el jueves de la semana pasada en San Petersburgo. Según colaboradores allegados a Dilma, citados por el diario F olha de Sao Paulo, Obama le habría dicho que él “no estaba al tanto” de las dimensiones adquiridas por el espionaje de la NSA.

Lo cierto es que según las investigaciones de O Globo, “cada 72 horas (la NSA) envía un informe actualizado. Esa es la rutina norteamericana de espionaje”. El diario reveló que los datos fluyeron por dos vías. Una es la propia red privada de Petrobras, que se tornó transparente para la NSA luego que esta agencia lograra decodificar la criptografía utilizada por la empresa para proteger sus informaciones. También hubo informes remitidos por la embajada de Estados Unidos en Brasilia.

Según Dilma, se impone ahora adoptar medidas que protejan sus empresas y organismos de las violaciones de la NSA. En una nota oficial, ella calificó esas actividades de “ilegítimas” ya que nada tienen que ver con cuestiones de seguridad alegadas por el gobierno norteamericano, como justificación del espionaje. “Petrobras, sin duda, no representa una amenaza para la seguridad de ningún país. Representa, sí, uno de los mayores activos de petróleo del mundo y un patrimonio del pueblo brasileño” subrayó la presidenta. “Si estas denuncias vehiculizadas por la prensa fueran confirmadas, eso pondrá en evidencia que el motivo del espionaje no es la seguridad ni el combate al terrorismo sino que responden a intereses económicos y estratégicos”. Dilma precisó que su gobierno está “empeñado” en obtener las aclaraciones necesarias por parte de Washington.

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