Obama a Castro: "El destino de Cuba no lo va a decidir EE.UU."

Obama a Castro:

La gira del presidente norteamericano. “Cuba es soberana”, agregó el norteamericano en un mensaje junto a Raul Castro. Y afirmó que el bloqueo “terminará” 

Por Paula Lugones

Ya se habían visto las caras otras veces, pero el encuentro de ayer tenía una enorme carga simbólica. Por primera vez un presidente estadounidense se reunía con un mandatario cubano en 88 años en la isla y lo hacía precisamente en el emblemático Palacio de la Revolución, un ícono del régimen cubano en el corazón de La Habana. Barack Obama fue recibido oficialmente por Raúl Castro para una cumbre en la que se tocaron todos los temas y en la que prometieron avanzar el deshielo diplomático “pese a las diferencias”.

El destino de Cuba no debe ser decidido por Estados Unidos ni por ningún otro país”, dijo Obama luego a la prensa en un discurso que fue seguido de una inédita conferencia de prensa en la que Castro se sometió por primera vez a preguntas de periodistas estadounidenses. (ver aparte) “El futuro de Cuba lo tienen que decidir los cubanos y nadie más”, aseveró el presidente que, sin embargo, advirtió que su país seguirá reclamando por los derechos humanos en la isla.

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Castro volvió a pedir a Estados Unidos el fin del bloqueo –cuyo levantamiento está en manos del Congreso opositor-- y Obama aseguró que “el embargo va a terminar. ¿Cuándo? No estoy completamente seguro”, dijo el estadounidense. “¿Qué tan rápido pasará? Bueno, en parte depende en si podemos superar algunas de nuestras diferencias acerca de temas de derechos humanos”, aseguró.

Poco antes de entrar al Palacio, Obama había despositado una corona de flores rojas, blancas y azules –el color de las banderas de ambos países-- en el monumento al emblemático procer de la independencia cubana José Martí, en la Plaza de la Revolución, que solía ser el escenario natural de las grandes manifestaciones antiimperialistas arengadas por Fidel Castro. Esta vez ondeaba la bandera de barras y estrellas y se escuchó el himno estadounidense. El presidente saltó el protocolo y se sacó una foto junto a sus colaboradores con la clásica imagen del Che Guevara de la plaza de fondo.

Obama y su comitiva cruzaron luego a pie hacia el palacio presidencial, donde Castro lo recibió con una ceremonia de militares de uniforme blanco, en un inmenso hall repleto de plantas tropicales. Michelle, con un vestido floreado justo para la ocasión, contrastaba con la sobriedad del traje azul de Obama y el gris del cubano. Luego del protocolo se encerraron a conversar a agenda abierta por cerca de dos horas.

A la salida hablaron con los periodistas sobre los temas que habían tratado. De pie y detrás de un atrio en un salón preparado para la histórica ocasión, Obama dijo que le había planteado a Castro las “dificultades muy serias” que su país tiene con Cuba en temas como la democracia y los derechos humanos. Dijo que esos asuntos fueron planteados, en una conversación “difícil” que requería seguir avanzando. Sin embargo aseguró que era “un nuevo día” para ambos países.

Castro, por su parte, lanzó duras críticas en contra del bloqueo que, dijo, tenía repercusiones internacionales y señaló que era el obstáculo principal que ha impedido el desarrollo económico de la isla y la normalización total de las relaciones. “Existen profundas diferencias entre nuestros países que no van a desaparecer, pues tenemos concepciones distintas sobre muchos temas, como los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz y la estabilidad mundial”, dijo Castro. El mandatario cubano elogió las recientes medidas del gobierno de Obama para relajar los controles hacía Cuba que calificó de “positivas, pero no suficientes”.

Después de 56 minutos de declaraciones y de la inédita conferencia de prensa –seguida con gran sorpesa por buena parte de los cubanos que la podían ver por la televisión estatal-- Obama abandonó el Palacio en su limusina blindada y fue a presidir una reunión con emprendedores cubanos y empresarios estadounidenses que conversaron sobre las oportunidades que se abren en esta nueva etapa. (ver aparte).

Obama, Michelle y buena parte de la delegación estadounidense –integrada por 8 senadores, 31 diputados y 11 empresarios de grandes firmas-- volvieron por la noche al Palacio presidencial para ser agasajados con una cena de Estado. Los invitados fueron atendidos con música de Failde Youth Band, un grupo dedicado a preservar la música cubana. El menú incluyó mousse de camarón, sopa con toques de ron, y el tradicional cerdo con arroz y bananas fritas. La cena tuvo final cubano a toda orquesta, con mozos que ofrecían habanos cubanos en bandeja.

Al cerrar la jornada se conoció una entrevista que Obama dio a ABC en la que afirmó que “le gustaría un día, en el futuro” encontrarse con el ex líder Fidel Castro, algo que para él sería un “símbolo del fin del capítulo de la Guerra Fría”. En esta nueva etapa de distensión, todo parece posible. 

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