El nuevo fondo para la vitivinicultura genera polémica entre otros sectores

El nuevo fondo para la vitivinicultura genera polémica entre otros sectores

Diversas cámaras empresarias cuestionan el proyecto para conseguir dinero para aliviar la crisis de la industria del vino. No niegan su necesidad pero piden que la ayuda se democratice en función de la participación en el PBG.

Luego de que la semana pasada se diera a conocer la posibilidad de que llegue a la Cámara de Diputados el proyecto de ley por el fondo de Estabilización de Stock impulsado por el presidente del INV, Guillermo García, y los diputados nacionales por el Frente para la Victoria, Guillermo Carmona y Anabel Fernández Sagasti, diversos sectores agroindustriales de Mendoza piden ser escuchados y obtener la misma intensidad de respuesta que tiene el sector vitivinícola, ya que consideran que es clave que si esta medida cobra vida, este Fondo lograría administrar entre 200 y 900 millones de pesos. 

Luego de que la noticia se instalara en el ámbito privado y estatal, las demás actividades económicas de Mendoza reclamaron la aplicación de medidas específicas para cada una de ellas teniendo en cuenta que -al igual que la vitivinicultura- los demás sectores también atraviesan un momento crítico. 

De hecho, dirigentes empresariales señalan que todos los esfuerzos, planes, medidas y beneficios, se dan sólo en el ámbito del vino y no en el resto de los sectores que “en definitiva representan para Mendoza -en relación al PBG (Producto Bruto Geográfico)- más que el vitivinícola”. 

Esto que describen las Cámaras se ve reflejado en los datos presentados por el Ministerio de Agroindustria. La vitivinicultura, entre la elaboración de vino y mosto, tiene una participación del 6% del PBG (Producto Bruto Geográfico) total. Mientras que para el sector agropecuario, representa el 40%. De este modo, es que el 60% restante es completado por las demás actividades del agro mendocino.

Según Raúl Aruani, gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff), entre la fruticultura y horticultura, ambas actividades representan un porcentaje mayor en el PBG de Mendoza, “por lo que el aporte -si se tiene en cuenta en plata- es mayor, generando un ingreso y movimiento económico equivalente al de la vitivinicultura”.

En este sentido, estimó que “sería interesante que los otros sectores tuvieran participación en las problemáticas que plantea el Ejecutivo, ya que todos los funcionarios de turno desconocen las estadísticas”. 

A su vez, acentuó Aruani, el sector oficial no valora y no pondera la responsabilidad social que tienen estas industrias en lo que respecta a generación de trabajo genuino, como es de la mano de obra intensiva que supera en número a la vitivinicultura.

Hoy, “esta última actividad mecaniza buena parte de sus tareas culturales y, en la parte de elaboración -prácticamente- todo es mecanizado. En cambio, en la fruticultura la mecanización es imposible, ya que aún en los trabajos manuales, todos las tareas son sumamente cuidadas para no dañar la fruta. 

Por lo que el sector está lejos de la mecanización. De este modo, tanto en la cosecha como en el procesamiento de la fruta y hortaliza, ambas actividades absorben mucha gente; algo que en la vitivinicultura no pasa”, indicó el dirigente de Aspeff. Para ejemplificar esto, detalló que la mano de obra, sólo en época estacional genera 9 millones de jornales. 

Tanto Aruani como Guillermo San Martín, gerente de Asocam -Asociación de Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza- coincidieron en que hay que atender las necesidades de la vitivinicultura pero también sería interesante que el próximo Gobierno provincial prestara atención a los otros sectores agrarios que representan un valor económico más importante que el primero de ellos. A su vez, concordaron en que la vitivinicultura ha sabido hacer lobby y tiene mayor potencialidad de estrategia. 

A su turno, San Martín entiende que el mecanismo para ayudar al sector en crisis es interesante, aunque aclaró que es mucho dinero el que se administrará, por lo cual es interesante que todas las entidades estén de acuerdo “porque noto que hay diversidad de intereses y algunos se beneficiarán más que otros”. 

El representante del sector ajero estimó que actualmente se toman las urgencias del sector vitivinícola, “pero el oficialismo parece que no entiende que todos tenemos urgencias por atender”. 

Por su parte, Raúl Giordano, presidente de la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim), aclaró -al igual que sus colegas- que es interesante que el Gobierno provincial atienda la problemática de sobrestock del vino pero puntualizó que sería de suma importancia que “el sector de fruta industrializada tenga una atención similar debido a que siempre tenemos que acudir al ámbito y préstamos privados para poder solucionar nuestros problemas de aumentos de costos y falta de competitividad”. 

Según este empresario, “nos cuesta pedir algo a este Gobierno y tener respuestas. Esperamos que con Alfredo Cornejo (gobernador electo) la situación sea diferente ya que, cuando no hubo cosecha y las plantas trabajaron al 30%, el Ejecutivo no hizo nada, no presentó incentivos para las empresas o productores, por lo que tuvimos que salir a pedir créditos a bancos privados”.

“A pesar -continuó Giordano- de que la industria conservera emplea de manera directa 8.000 personas y de manera indirecta a 12 mil, y de que es la segunda industria agrícola más importante de Mendoza”. 

Adolfo Trípodi, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), prefirió no hacer declaraciones sobre el proyecto de ley, ya que contó que la próxima semana el presidente del INV se juntará en la mesa de la entidad para explicar cómo funcionará. A pesar de esto, dijo que es lógico que el sector vitivinícola tenga mayor poder por la presión que tiene el lobby, situación contraria que tienen otros sectores que son mayores dadores de mano de obra. 

Finalmente, Juan Viciana, vicepresidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), remarcó: “Nosotros consideramos que todos los sectores tienen voz. Hay un equilibrio para todas las economías regionales de Mendoza. Además, es lógico la prioridad que se brinda a la vitivinicultura, ya que a nivel socio-económico es la actividad más importante para Mendoza y la que mayor identidad presenta”. 

Caen exportaciones de economías regionales

Las exportaciones de alimentos y bebidas cayeron en el primer semestre del año 18,7 por ciento en relación a igual período de 2014, al alcanzar un valor de 11.431 millones de dólares.

Así lo indicó un informe dado a conocer ayer por la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticias (Copal), que también precisó que las exportaciones de las economías regionales se redujeron en los primeros seis meses 11,5 por ciento interanual.

En ese lapso, la producción de la industria de alimentos y bebidas aumentó 1,2 por ciento en relación al primer semestre del año anterior.

Sin embargo, el estudio detalló que "si se excluye la molienda de oleaginosas, la producción creció sólo 0,9 por ciento”.

El presidente de la Copal, Daniel Funes de Rioja, destacó que “hace 18 meses consecutivos que caen las exportaciones de las economías regionales”. “La situación debe ser atendida con urgencia ya que están en grave riesgo los empleos de todas las regiones del país”, advirtió el directivo. 

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