Nuevo ataque de Trump a la prensa y a los servicios de inteligencia

Nuevo ataque de Trump a la prensa y a los servicios de inteligencia

Volvió a acusar a la CNN de difundir noticias falsas. Es por un informe del espionaje de EE.UU. que lo vincula con el gobierno ruso.

A casi una semana de asumir la presidencia de los Estados Unidos, el próximo viernes, Donald Trump acrecienta su guerra con la prensa, a la que acusa de difundir noticias “falsas”, y también con sus futuros servicios de inteligencia, señalados por el futuro habitante de la Casa Blanca por incompetencia y deslealtad.

En su acostumbrada andanada de tuits matutinos, el presidente electo se despachó hoy con otro ataque a la cadena de noticias CNN, un medio al que habitualmente ha maltratado durante su campaña electoral. Hoy escribió: “La CNN está en una total crisis de nervios con sus noticias falsas porque sus ratings están cayendo desde las elecciones y su credibilidad pronto desaparecerá”. El magnate está furioso porque acusa a la cadena de haber difundido la noticia sobre el reporte escandaloso que estaría en manos de los rusos y que señalarían que miembros del equipo de Trump y él mismo estaban en contacto con autoridades del Kremlin y le pasaban información. Pero, además, el informe tendría detalles de un encuentro sexual de Trump en un hotel de Moscú, algo que ya venía circulando entre algunos medios sin que fuera publicado porque no se podía comprobar su veracidad. En realidad, la cadena solo difundió generalidades del reporte cuando trascendió que las agencias de inteligencia se lo habían trasladado a Trump y a Obama. El medio que sí publicó el reporte no verificado completo con todos los detalles (como la práctica sexual con orina conocida como “lluvia dorada”) fue BuzzFeed, un sitio de Internet que Trump calificó el miércoles como “basura”.

Durante la conferencia de prensa de ayer miércoles –la primera que dio como presidente electo y la primera en 6 meses-, Trump hizo callar al periodista Jim Acosta de la CNN que intentaba hacer una pregunta y le dijo que daba “noticias falsas”. Incluso su vocero le advirtió que, si seguía intentando preguntar, lo echaría de la sala. La Casa Blanca criticó ayer esa actitud: el portavoz Josh Earnest dijo que a veces él mismo se exaspera cuando los cronistas superponen las preguntas, pero que nunca ha amenazado con expulsar a nadie. Señaló, además, que la respuesta del equipo de Trump crea dudas sobre la confianza de sus argumentos.

La actitud virulenta de Trump con los medios no es nueva y, además, le sirve para desviar la atención sobre lo que era el tema más caliente de la conferencia, el informe sobre la injerencia rusa. En eso el presidente electo es un experto: durante toda su campaña cambiaba el eje de las discusiones a golpes de Twitter. Y la prensa aún busca cómo adaptarse a eso. En una nota publicada ayer, el diario The New York Times advertía que Trump, además, intentaba dividir a la prensa: muchos periodistas siguieron preguntando como si nada tras el desplante y además otros conductores comenzaron a cuestionar a los medios que publicaron un informe sin chequear.

Pero la estrategia de Trump es siempre pegar duro a quien lo critique. Ayer mismo subió la apuesta en su enfrentamiento con las agencias de inteligencia. Mientras el futuro director de la CIA, Mike Pompeo, estaba ante los senadores defendiendo su postulación para el cargo, el presidente electo se burlaba en Twitter de los 007. El ya había acusado a los servicios de inteligencia de estar detrás de la difusión por la prensa del famoso informe sobre los vínculos con Rusia y había dicho que era “un escándalo” que las agencias hayan permitido la publicación de ese reporte con información “errónea y falsa” y llegó a compararlo con la situación en la Alemania nazi.

Pero ayer, Trump dejó trascender por Twitter que el director de los servicios de inteligencia, James Clapper, que coordina 17 agencias de Estados Unidos, lo había llamado por teléfono y le había dicho que estaba consternado por la difusión del documento. “James Clapper me llamó ayer para denunciar el informe falso y ficticio que circuló ilegalmente. Inventado, hechos falsos. ¡Qué lamentable!”, señaló Trump. En realidad, Clapper no había dicho en ningún momento que el informe fuera “falso”, como sostuvo Trump, sino que subraya que la comunidad de inteligencia “no ha hecho ningún juicio” sobre si el contenido del informe es o no “fiable”.

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