El nuevo arzobispo de Mendoza: "No hace falta que diga qué pienso del aborto"

El nuevo arzobispo de Mendoza: "No hace falta que diga qué pienso del aborto"
Carlos María Franzini dialogó con El Sol Online y dio algunas pistas sobre su impronta. Dijo no querer opinar aún de los temas de la provincia. Dejó un mensaje de fin de año.

Tiene la voz limpia, un tono amable, pero también es tajante para poner distancia cuando se le pregunta por cualquier otro tema que no esté vinculado a la práctica pastoral.

"Sería torpe de mi parte contestar antes de asumir en febrero como arzobispo de Mendoza", explicará después monseñor Carlos María Franzini (60), obispo de Rafaela y quien tomará el mando de la diócesis mendocina el 9 de febrero por decisión del Papa Benedicto XVI.

Sin embargo, Franzini no se privó de dar un mensaje navideño a los mendocinos, en el que hace especial hincapié en "los pobres y los que sufren".

En diálogo telefónico con este diario, Franzini define como "auténtico maestro pastoral" al saliente monseñor José María Arancibia y asegura que seguirá sus pasos en la evangelización. En este entrevista, su especial interés por la juventud, el aborto no punible, sus problemas de salud que le impiden comer "todo lo que sea rico".

¿Cuándo asume como arzobispo de Mendoza? ¿Será la primera vez que venga a la provincia?

Asumo el sábado 9 de febrero, en el marco de una misa en El Challao. Desde que fui desingado no fui ninguna vez a Mendoza. La última vez que estuve allí fue por motivo de los 25 años de Episcopado del monseñor Arancibia y estuve como invitado. Seguramente me daré una escapada antes para organizarme en cuestiones de mudanza.

¿Qué impronta tendrá su gestión?

Bueno, creo que por prudencia es mejor no anticiparme antes de asumir. Pretendo aportar desde mi humilde posibilidad al camino de Mendoza, un largo camino, profundo. Quiero continuar el servicio de la evangelización de todo el pueblo mendocino. Si me preguntas por la impronta, quiero caminar por donde camina la Iglesia en el mundo y adaptarnos a los tiempos que vivimos.

Desde la Juventud católica aseguran que usted se caracteriza por tener una actitud muy "progre'" y que trabaja mucho con los jóvenes.

Sí, hemos trabajado mucho con ellos. Siento que la juventud no sólo es el futuro sino el presente. Allí es donde se están gestando nuevas expresiones culturales fecundas para aportar la riqueza del evangelio. Igualmente, no soy muy original porque el Papa convocó a una jornada de la juventud en Brasil. La Iglesia siempre priorizó la evangelización de los jóvenes. Pretendo sumarme al camino de toda la iglesia, no creo que sea muy original.

¿Cómo cree que lo recordarán en Rafaela?

Espero que bien (se ríe). Quise animar la conciencia allí para ser una sola Iglesia. Rafaela tiene una realidad adversa. Es un territorio muy extenso y conviven realidades geográficas y culturales diversas y la consigna fue unificar la fe. Por ayuda de Dios y el trabajo de muchos, hemos dado pasos significativos. También hicimos mucho trabajo con los pobres, los jóvenes y la familia. Es una línea en sintonía con la Iglesia.

Hablando de familia, ¿qué le parece la reforma del Código Civil donde se plantea, entre varios otros ítems, una flexibildad mucho mayor para el divorcio?

Soy miembro de la Conferencia Episcopal Argentina y ya se manifestó al respecto (lo hizo en agosto y fue crítica ante las reformas del Código Civil). Yo adhiero en todo. Creo que es lo que podemos aportar desde la Iglesia desde la concepción antropológica y cultural. Como Iglesia tenemos siempre una palabra para dar en este sentido.

Esta semana se trató y se rechazó en el Senado mendocino la adhesión a la Guía para casos de aborto no punible. ¿Qué le parece?

Sobre temas puntuales en Mendoza, me parece poco prudente hacer un juicio a varios cientos kilómetros de distancia. Quiero llegar a Mendoza porque sería torpe de mi parte emitir un juicio de valor. De todos modos, no hace falta que diga qué pienso del aborto, pero no sé la realidad concreta en la provincia.

¿Cómo ha sido su relación con la prensa en sus años como obispo en Santa Fe?

Me encanta tener un dialogo fluido, veraz y respetuoso. En Rafaela ha sido así y espero que en Mendoza se repita.

Monseñor Arancibia ha sido muy crítico con la pululación de casinos en Mendoza. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Gracias a Dios en Santa Fe los casinos no están extendidos, pero fruto de una embestida política y económica en los últimos años han aparecido casinos. En el 2000 no estaban autorizadas las casas de juego. Santa Fe se hizo a costa del esfuerzo y el trabajo. Siempre hubo un empeño por progresar desde el esfuerzo compartido y no desde lo simplista y falso del juego de azar. Lamentablemente eso ahora aflojó. En Mendoza no sé la realidad.

¿Monseñor Arancibia ya le dijo algunos consejos antes de tomar la posta en la provincia?

Somos amigos desde hace muchos años. Lo considero un auténtico maestro en el arte pastoral y hemos hablado de muchos temas sobre la vida de la iglesia mendocina. Pero, insisto, quiero empezar a hablar a partir del 9 de ferbrero.

Mendoza es una de las diócesis más grandes del país porque tiene más de un millón de habitantes. ¿Le preocupa eso a usted?

Bueno, cuadruplica la población a la que estaba acostumbrando. Pero cuando Dios nos invita a bailar Él nos enseña a bailar. Dios nunca pide lo que previamente ha dado. Con algo tan rico y complejo como la cultura mendocina, tengo la certeza de que Dios me llamó a este servicio y me dará los recursos humanos y pastorales que necesito para responder de la mejor manera posible para cumplir este desafío.

¿Ya se puso en contacto con el gobernador o alguna otra autoridad de la provincia?

Hasta ahora no he tenido contacto. No me ha llamado nadie ni yo tampoco me he puesto en contacto.

¿Qué mirada tiene sobre Mendoza?

De la cultura mendocina conozco poco. Estuve de paso varias veces. Di clases en el seminario años atrás. Algún contacto he tenido. La ciudad me parece hermosa y el camino a Chile también. Incluso, un hermano mío trabajó y vivo allí unos años hace más de 30 años, pero me dicen cambió mucho.

Fuera de su misión pastoral, ¿cuáles son sus placeres en la vida?

Bueno, no soy de mucho comer y tengo problemas de salud por lo cual tengo que ser bastante cuidadoso en mi dieta y trato de hacerlo. No mucha sal, ni fritos ni azúcares. Como me dijo la nutricionista, de todas las cosas ricas, olvídese (se ríe).

¿Desea enviar un mensaje a los mendocinos para esta Navidad?

El deseo de que esta Navidad sea una ocasión renovada de encuentro con Jesucristo, encontrarnos con él es lo mejor que nos pasa en la vida. La Navidad es una nueva oportunidad. Le pido a Dios para que todos los mendocinos en esta Navidad se reconozcan más hijos de Dios y más hermanos entre nosotros y, sobre todo, en estos tiempos duros, quiero estar cercano y llevar un mensaje de esperanza a quienes sufren, a los tristes, solos, enfermos a quienes no tienen trabajo. Les digo que tengan la certeza de que Dios está cerca y que la comunidad cristiana quiere ser solidaria con todos los que sufren.

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