Amarga sorpresa ayer a la mañana para la gente del CPA. Cuando la encargada de la limpieza llegó al lugar, contiguo a la capilla de Lourdes, en Moreno y Estrada, encontró una de la persianas que dan a la explanada de la gruta, forzada y levantada. De inmediato avisó a la directora, María Marta Noriega, quien llegó acompañada por Fernanda Villarreal. La tres recorrieron las dependencias y advirtieron que faltaban la impresora, el fax, un caloventor, el teléfono fijo que les habían colocado la semana pasada, el candado de la verja exterior y un manojo con las llaves de todas las puertas y armarios; los cajones estaban abiertos como si hubiesen buscado algo –seguramente dinero, que no había-.

Enseguida llegó la Policía y rato más tarde los peritos de Científica que buscaron huellas digitales para su posterior análisis.

El copon

Pero hay algo más que torna a este robo en algo muy especial y nos animamos a decir inédito en Trenque Lauquen. Los ladrones, porque fueron más de uno, pasaron de las oficinas del CPA a un pequeño salón de uso compartido y de ahí a la capilla donde abrieron el Sagrario, tomaron el copón en el que se guardan las hostias consagradas y lo llevaron hasta una de las dependencias del CPA donde lo dejaron arriba de un mueble sin causarle daños.

Si fue travesura, un alarde de impunidad o si existió la idea de una profanación, no se sabe. Todo está en el terreno de las conjeturas.

Lo cierto es que no es la primera vez que entran a robar en la CPA que está instalado ahí desde el año pasado, por un convenio entre el Obispado de 9 de Julio y la Sub secretaría de Adicciones. Ya lo hicieron una vez aunque sin cauisar tanto daño.

La causa por daño y robo está radicada en la UFI 5 a cargo del fiscal Manuel Iglesias desde donde se iniciaron las actuaciones correspondientes.