Él incendio de un contenedor en el muelle de la Dársena 4 del Puerto que provocó la inmediata propagación de gases tóxicos por las zonas aledañas como la villa 31 e incluso llegando al microcentro y otros barrios, sigue dejando tela para cortar. Al pedido de Greenpeace, se suma el reclamo de los trabajadores del lugar, quienes a través de un comunicado, exigen mayores medidas de seguridad y respuestas a los hechos ocurridos.

COMUNICADO

Estas cargas peligrosas con la que cotidianamente convivimos los trabajadores portuarios dejaron al desnudo un sistema de evacuación insuficiente ante desastres como este donde ni siquiera había barbijos para todos y muchos nos las arreglamos como pudimos ayudándonos entre los laburantes mientras inhalábamos y se nos complicaban las vías respiratorias provocando la internación de varios trabajadores, todo esto producido por el ambiente contaminado por los agro tóxicos. La respuesta de la empresa APM Terminals ante el hecho se hizo esperar, sobre todo cuando la falta de información sobre la complejidad de la nube toxica y el detalle del contenido del contenedor está al alcance de sus manos.

El secretario de seguridad Sergio Berni quien se apostó en las inmediaciones del puerto aseguraba muy tranquilamente envuelto en su traje nuclear y con un tubo de oxígeno que no pasaba nada, que solo era un insecticida que produce algún mínimo mareo, esto mientras varios compañeros estaban hospitalizados con graves problemas respiratorios y miles de niños, mujeres y hombres en la villa 31, Terminal de Ómnibus y aledaños de los que nadie se acordó sufrían la inhalación de los agro tóxicos.

Mientras se invierten millones y millones en ampliar la infraestructura de la Terminal 4, generando ganancias siderales con las cargas, los trabajadores estamos librados a la suerte, con accidentes complejos, conviviendo con cargas peligrosas y trabajos de alto riesgo para lo cual solo hay una charla por año sobre seguridad e higiene algo más que insuficiente.Y en cuanto a la Seguridad e Higiene este a cargo de la empresa y con los mínimos controles, estas cosas van a seguir ocurriendo.

Pudo ser un desastre para toda la ciudad y para los portuarios en particular, esto no va a cambiar mientras siga primando las cargas peligrosas, ganancias millonarias a cualquier costo.

Los trabajadores somos los que sabemos muy bien donde están los peligros, para operar sin que se produzcan accidentes fatales, con la cantidad de gente necesaria por manos y sin apuros en nombre de bajar los costos operativos.

Si bien todavía no sabemos las consecuencias finales, los trabajadores exigimos a la empresa que no se descuente premios ni nada hasta que estén las condiciones para volver a trabajar.