El Papa Francisco revelaría en noviembre próximo si vendrá a la Argentina en 2016 con motivo del bicentenario de la Independencia y la clausura del Congreso Eucarístico Nacional que se realizará en Tucumán. 

Monseñor Alfredo Horacio Zecca, arzobispo de Tucumán, regresó a la provincia tras su paso por Roma y aseguró que el Papa "procuraría dar una respuesta en noviembre" a la asamblea plenaria del Episcopado local sobre su venida a la Argentina. Francisco, quien fue el cardenal primado de Argentina Jorge Bergoglio, no pisa suelo argentino desde días antes de su viaje con anticipación a Roma para el cónclave donde luego fue elegido Papa, el 13 de marzo de 2013 en la quinta votación. Nuevamente instalado en la curia diocesana, luego de participar en el Vaticano del curso de formación para nuevos obispos y la asamblea plenaria del Pontificio Comité para los Congresos Eucarísticos Internacionales, monseñor Zecca reveló detalles del encuentro que mantuvo con el Santo Padre.

En esa oportunidad, se encontró en privado con el Papa y le entregó un informe de 100 páginas sobre la planificación del Congreso Eucarístico, a la que podrían acudir más de un millón de personas. Según contó, Francisco lo recibió "muy generosamente" y le manifestó su deseo de viajar a la Argentina, aunque la agenda de compromisos internacionales le impide fijar compromisos a largo plazo. 

No obstante, el Santo Padre intentará dar una respuesta al episcopado argentino durante la asamblea plenaria que se celebrará del 10 al 15 de noviembre. "Conversamos largamente, sobre todo de la posibilidad de su visita a la provincia de Tucumán por el Congreso Eucarístico Nacional de 2016. No podía asegurarlo por ahora", señaló monseñor Zecca. Aseguró que "el Santo Padre quiere venir, de eso no hay dudas. El tema es combinar la agenda internacional. En mi opinión, se está complicando, y la única autoridad que va quedando es la del Papa. Es una situación muy compleja. En razón de eso, no quiere fijar el calendario a largo plazo". Los organizadores indicaron que se necesitarán más de 4.000 voluntarios y 15.000 camas para contener la expectativa que generó la actividad del Congreso Eucarístico Nacional.