Recibir un diagnóstico de cáncer es devastador para el enfermo y para todo su grupo familiar. Al dolor y la preocupación se suma el inicio de un tratamiento que suele tener efectos adversos y, para aquellos que no tienen obra social, una serie de trámites para obtener la medicación. 

"En este momento nuestras navegadoras están dando asistencia a unas 2.000 personas con diagnóstico de cáncer sin cobertura de la seguridad social, que reciben medicamentos provistos por la cartera sanitaria", explicó la ministra de Salud Zulma Ortiz.

Precisó que una de las funciones de las navegadoras consiste en "identificar y disminuir las barreras que puedan presentarse entre el paciente y el tratamiento". Es frecuente, por ejemplo, que lo ayuden a sacar el DNI si no lo tiene, a completar planillas, que fomenten la continuidad en la toma de la medicación, que le consigan un turno con un especialista o que le ofrezcan información precisa para realizar los trámites que le permitirá recibir los fármacos.

También, brindan contención psicológica y toman intervención para informar al paciente o a sus familiares sobre la logística de la medicación, el día estimado de la llegada y el lugar donde deben retirarla.

TELÉFONOS

Las navegadoras cuentan con cuatro líneas de teléfonos celulares disponibles durante todo el día y un correo electrónico donde reciben consultas de los pacientes y sus familiares. A su vez, se utilizan para contactar con los médicos que prescriben la medicación, los jefes de servicio de oncología de los hospitales y los referentes de cada región sanitaria.

El término "navegadoras" proviene de lo que en Estados Unidos se conoce como "case managment", es decir, la gestión de casos en el marco de un programa diseñado para ayudar a los pacientes a tomar decisiones importantes con respecto a su salud. 

Las "navegadoras" son quienes toman cada caso, lo analizan y acompañan al paciente en su recorrido tanto por el sistema sanitario como por el resto de las instituciones con las que debe interactuar para llevar adelante un tratamiento.

HACER LA DIFERENCIA

"Ellas hacen la diferencia", asegura Graciela, una de las 2 mil pacientes que recibe tratamiento del ministerio de Salud de la Provincia y que es asistida por las navegadoras. "Me siento contenida porque me explican cuándo va a llegar la medicación, cómo fue la auditoría y siempre me atienden, tengan buenas o malas noticias".

Para Victoria, una mujer que recibe medicación oncológica desde hace un año y medio hay un antes y un después de las navegadoras: "Se preocupan y se ocupan, siempre te escuchan y hacen el seguimiento. Para mi es importantísima su ayuda porque dependo de una mediación sumamente cara".

Cada paciente llega a las navegadoras a través de las distintas sedes regionales que tiene el Banco de Drogas del ministerio de Salud bonaerense. Para este año, desde el Plan Provincial de Control de Cáncer comenzarán el trabajo para replicar el mismo sistema de ayuda personalizada a familias que requieran cuidados paliativos, pediátricos o el seguimiento de pacientes en radioterapia.

UN OÍDO ATENTO

"La principal característica del navegador es su capacidad de escucha atenta, acompañada de una cuota de empatía", explicó María Eugenia García de las Longas, que es la coordinadora de las navegadoras en la sede central de la cartera sanitaria.

"Muchos han pasado por situaciones críticas en las que han llorado y hasta nos han insultado, pero después, cuando logramos destrabar el problema viene el agradecimiento y nos tratan como si nos conociéramos de toda la vida", contó la coordinadora.

La estrategia, contó la referente del Ministerio, se tomó de un modelo similar aplicado en Estados Unidos que desembarcó en Argentina en 2012 como parte de un protocolo de investigación sobre cáncer de mama en los hospitales Roffo, Eva Perón y Marie Curie.