El equipo de Mar del Plata quedó eliminado de la Copa Argentina al caer en definición con tiros desde el punto del penal 6-5 ante un rival que milita dos categorías más abajo. Igualaron 0 a 0 en el tiempo reglamentario y los de Quiroz tuvieron un hombre de más durante 25 minutos.

BUENOS AIRES.- La vida es una tómbola canta Manu Chao. Podés ser Maradona, del fondo del pozo al reinado máximo. O transformarte en el más mortal y vulnerable después de haber tocado el cielo. Un día sos Blatter con todo el poder, al día siguiente Blatter ?persona no grata?. La vida es una tómbola. O suele serlo. Y el fútbol también. Un domingo goleás a Boca en la Bombonera en tu primer año histórico en primera división y un miércoles, 10 días después, podés quedar eliminado por un equipo de dos categorías más abajo.

En la Bombonera Aldosivi era el humilde contra el poderoso. David ante Goliat. Y ganó y goleó David. Ayer en la cancha de Platense se invirtieron los roles, cambiaron los hábitos. Y los jugadores y el cuerpo técnico de Comunicaciones vieron a Aldosivi como el poderoso y por eso festejaron como si hubieran ganado una final del Mundial tras vencer por 6 a 5 en definición con tiros desde el punto del penal, después de un pobre empate en cero. Aldosivi pasó a ser Goliat, y sucumbió ante un nuevo David.

Hasta ahí la historia épica. Y se podría agregar que está en la naturaleza de este tipo de torneos (por caso, la Copa del Rey en la que el Alcorcón elimina a Real Madrid) esa épica y esa tendencia a que todo se iguale para abajo, por las presiones del que tiene más obligaciones, y por el plus que da el que tiene todo para perder.

Pero más allá de todo eso, la realidad indica que, en este caso, Aldosivi no supo marcar claramente en la cancha las diferencias que deben existir entre un equipo de primera división, de elite (eso es ahora el representativo marplatense) y otro de la Primera B Metropolitana que, además, está peleando el descenso.

Comunicaciones, con conciencia de sus limitaciones, cerró filas, mientras pudo con presión en el medio, en gran parte del segundo tiempo mucho más retrasado. Y cuando tuvo la pelota trató de ser lo más prolijo posible. Así, con un entrega superior, - ese plus-, y bastante disciplina defensiva, le cerró caminos a Aldosivi y hasta contó con un par de contraataques peligrosos.

A Aldosivi le faltó juego e imaginación para quebrar ese vallado que, mientras estuvo en el medio, cortó el enlace marplatense con los delanteros. Y así el de Mar del Plata fue un equipo muy largo y sin conexión, con las subidas de Canever casi como única arma ofensiva con cierta repentización. Justamente en el primer tiempo un centro de Canever generó la situación más clara, que terminó en un remate por arriba de Seccafien después de una falta en el área no sancionada que le cometieron a César Carranza. También Aldosivi inquietó en ese primer período con una incursión de Roger Martínez y un tiro libre al ángulo de Seccafien que sacó muy bien el arquero Cervetti.

En el segundo tiempo Comunicaciones se retrasó aun más, sobretodo después de la la expulsión de Lucas Banegas, a los 20´, por falta fuerte sobre Roger Martínez cuando se iba camino a una jugada de gol. Comunicaciones se quedó con diez y Aldosivi terminó con una constelación de delanteros, porque entraron también Lugüercio, Menseguez y Vildozo. El ataque del equipo de Mar del Plata terminó en un embudo de salida muy atascada y solo generó peligro cierto con una apilada de Roger Martínez que no pudo definir Sand y una salvada providencial del zaguero Darío Ramella para tapar una entrada de Vildozo tras centro atrás de César Carranza.

Comunicaciones se aferró a los penales. Aldosivi no supo como evitarlos. En la serie de cinco tuvieron una efectividad de "Champions", 100%, los diez ejecutores y después en la serie de uno convirtió Ramella y el remate de Pablo Lugüercio dio en el palo. En los penales la tómbola salió en contra de Aldosivi. En el juego el equipo hizo poco para no depender de esa tómbola. Y, ¿quien lo hubiera imaginado?, esta vez el humilde que festejó fue otro y Aldosivi el poderoso con las manos vacías.

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