A la desesperada y contra reloj, Donald Trumpya está formando el elenco de gobierno que debe asumir dentro de setenta días y para el que le faltan nombres.

Se sabe que tres de sus hombres de confianza serán premiados con algún puesto en el gobierno. Ellos son el ex aspirante a la presidencia Newt Gingrich, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani y el gobernador de New Jersey Chris Christie.

Una de las sorpresas podría ser la reaparición de la ex gobernadora de Alaska y ex aspirante a la vicepresidencia Sarah Palin.

Ocurre que Trump necesitará mujeres en el gabinete -aunque le disguste, eso es lo políticamente correcto-, y con los incidentes que ha tenido en ese terreno no es que haya muchas de alto perfil disponibles. Parece ser que Palin, en cambio, dio a entender que ella "estaría encantada".

No es en rigor el gabinete, pero uno de los temas que tendrá también por delante es nominar a un nuevo integrante de la Corte Suprema, y posiblemente a varios más en el futuro inmediato.

Se habla de una posible recomposición de hasta cuatro de sus nueve miembros, lo que le daría la oportunidad de dotar al tribunal con un perfil conservador.

Con ser crucial en la agenda, para esto tiene, sin embargo, más tiempo por delante. A más tardar en quince días necesita tener listo su elenco de gobierno. Se sabe que recompensará a quienes lo ayudaron en la campaña, sobre todo en lo financiero, y que una de las directivas que dio fue rastrear "talentos disponibles", no tanto del sector público como del privado. Especialmente de la banca.

Dentro de las conjeturas figura que Gingrich pase a ser secretario de Estado. Frontal y cultivador de un discurso de choque, podría implicar todo un cambio de estilo en lo que ha sido hasta ahora la forma del departamento a cargo de las relaciones con el mundo.

Otro que podría disputarle el cargo es el senador por Tennessee Bob Corner, quien ahora se desempeña como presidente del Comité de Asuntos Exteriores. Por lo pronto, Corner ya deslizó un guiño en el sentido de que estaría más que abierto a esa posibilidad.

El tercer integrante de la pequeña lista es el ex embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas John Bolton. Si la responsabilidad recayera en él, tendría en sus espaldas una tarea poco grata: anunciar el recorte de los aportes financieros de Estados Unidos al organismo en el que sirvió.

Trump ya dijo que no entendía "para qué sirve" la ONU y que uno de sus propósitos es recortarle los fondos.

Algo que interesa especialmente a la Argentina es quién será el secretario del Tesoro. Bajo su órbita se dará destino al acuerdo de intercambio de información financiera que pretende el gobierno de Mauricio Macri para detectar bienes no declarados de argentinos y cobrarles el impuesto del caso.

Un veterano directivo de Goldman Sachs, Steven Mnuchin, se encuentra en primer lugar para la posición. Otro que también suena es el del ex secretario del Tesoro del gobierno de George Bush Paul O'Neill, un hombre que ha lidiado con nuestro país y no en los mejores términos, sino más bien al contrario: se refirió en más de una ocasión a la Argentina como un país sin remedio y "gastador irresponsable" de fondos públicos. Ocupó el puesto cuando estalló la crisis de 2001 en nuestro país y fue muy reacio al auxilio financiero.

"No veo motivo para malgastar el dinero de los contribuyentes en eso", dijo.

Perfil colorido

Lo de obtener integrantes que provengan del sector privado llevó a pensar en un experto en combustibles como secretario del Interior. Se trata de Forrest Lucas, de 74 años, fundador y directivo de Lucas Oil, una empresa productora de naftas y lubricantes de automotores.

Su perfil es colorido. Es fanático de las carreras de camiones y también de la doma de toros, esa práctica típica del rodeo en que un vaquero debe mantenerse al menos siete minutos a lomos de un toro bravo.

En su momento se supo que el principal cazador de talentos era Christie, pero tropezó con la dificultad de no dar con muchos directivos dispuestos a poner su nombre a favor de la campaña de Trump. Eso se alteró ligeramente en las últimas semanas, cuando las encuestas empezaron a virar más bien a favor del magnate inmobiliario.

Para secretario de Defensa suena uno de los principales asesores militares de Trump, el general retirado Mike Flynn, quien, en su momento, fue director de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA, por sus siglas en inglés). El magnate confía en él pero tropieza con una barrera burocrática: necesita un permiso especial del Congreso para nombrarlo.

Tal como vienen las cosas, no parece difícil que lo consiga, en caso de que opte por sumarlo al variopinto elenco de colaboradores.

Los nombres que Trump quiere en la Casa Blanca

Son referentes históricos del Partido Republicano y colaboradores a los que conoció en la campaña presidencial; tendrían su lugar en el gabinete

Rudolph Giuliani

Ex alcalde de Nueva York

Fue zar de la lucha contra el crimen organizado en Nueva York bajo la política de "tolerancia cero"; durante los ataques terroristas de 2001 en esa ciudad lideró las tareas de rescate como alcalde de la ciudad

Newt Gingrich

Ex líder de la cámara baja

Es uno los republicanos con extendidas relaciones en Washington. Fue presidente de la Cámara de Representantes entre 1995 y 1999 y promotor del impeachment al presidente Bill Clinton

Chris Christie

Gobernador de New Jersey

El actual gobernador de New Jersey de uno de los dirigentes moderados del partido. Intentó pelear la nominación presidencial sin éxito. Mantiene buenas relaciones con el presidente Barack Obama

Kellyanne Conway

Experta en comunicación

Es una de las estrechas colaboradoras que tuvo Trump durante la campaña; es experta en marketing político y tiene excelente llegada con varios medios de comunicación, entre ellos CNN y Fox News