Una obra realizada a medias por la empresa ABSA pudo causar un accidente de graves consecuencias el domingo a la noche, cuando un niño de ocho años cayó a un pozo de alrededor de un metro de profundidad, en la esquina de las calles Krause y 80.

De acuerdo a lo expresado por los vecinos, operarios de la empresa fueron aproximadamente hace quince días para arreglar un caño, pero dejaron el agujero lleno de agua y no volvieron.

Hay que destacar que en algún momento estuvo señalizado, con cintas de seguridad, pero estas no existen más.

Verónica, la madre de la criatura, se acercó a los estudios de Radio Chivilcoy y en el programa "Buenos Días”, expresó que antes vecinos del lugar hicieron el reclamo. "Hace unos diez días, vecinos fueron a la empresa para reclamar por un caño roto. Los de ABSA hicieron el pozo para arreglarlo, pero no volvieron más y el pozo quedó lleno de agua y de basura”.

Calculó que el pozo tendrá aproximadamente entre un metro y medio y medio de hondo, lo mismo que de ancho. "Uno de mis chicos, que jugaba con un sobrino resbaló ya que hay tierra suelta y se cayó al pozo. Si no estaba un vecino cerca, se me ahoga. Tengo un sobrino que tiene dos años y si le pasa lo mismo, no lo saca”.

Relató que el niño había quedado tan asustado que no le dijo nada, aunque estaba todo mojado. "Fue mi hermana y mi cuñada la que me avisaron de lo que le había pasado, por suerte estuvieron ellos para ayudarlo”.

Luego, vecinos del lugar asistieron a las oficinas de la empresa a hacer el reclamo, pero hasta el momento no hay respuestas.  "Es un trabajo que no está terminado, no sé qué habrá pasado, no volvieron más”.

En este punto, Verónica manifestó que además hay poca iluminación de noche en ese sector, lo que aumenta el peligro que alguna persona, auto o moto caiga en el agujero. "Lo que pedimos es que ABSA termine el trabajo y tape ese hueco, porque es un peligro para las personas. Hay muchos chicos pequeños en el barrio y a veces, por más que las madres los cuidemos no podemos estar siempre pendientes por los quehaceres de la casa y por trabajo. Uno confía que estén jugando en la puerta de la casa”, concluyó.