"Que a ningún chiquito le falte un plato de comida"

A unas 50 cuadras al sudeste de la plaza San Martín de Santa Rosa, en el barrio Néstor Kichner, Mónica Barrera abre el portón de su casa todos los mediodías de martes a viernes para que almuercen decenas de chicos y chicas. 

No representa al Estado ni a una iglesia ni a una organización. Es una vecina que lleva adelante el comedor y merendero "Luz de esperanza". Diario Textual la visitó.

Allí se observó a más de diez niños sentados a la mesa para comer, y repetir si querían, un estofado de pollo y papa. El que estaba satisfecho, se levantaba y le dejaba el lugar a otro.

-¿Desde cuándo estás con el comedor?

-Va para diez meses. Hace tres años que viene trabajando como merendero. Cuando vinimos al barrio vimos que los chiquitos no tenían escuela, no tenían salón, ningún espacio para que pudieran concurrir. Empecé a abrirlo los domingos, a darles una leche a la tarde, y que tuvieran un lugarcito para jugar. Cuando podíamos le alquilábamos un pelotero y mi hija hacía de payasa. Después la madres propusieron abrir el comedor y aquí estamos, con la solidaridad de la gente, que es impresionante. Todos sabemos en la situación económica que estamos, que se va agravando cada vez más. Acá llegamos a tener hasta 71 chiquitos, algunos esperando. En vacaciones a veces se ha desbordado. También mandamos viandas a bebés y adultos mayores discapacitados.

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