Niegan incompatibilidad en la dirección del Hospital de Andalgalá

Niegan incompatibilidad en la dirección del Hospital de Andalgalá

Además, reconocieron demoras en la entrega de cubiertas para el hospital de Fiambalá.

La directora del Medicina Asistencial, Claudia Palladino, aseguró ayer a este diario que "no hay nada dentro del reglamento del empleado público y la ley de carreras que sostenga que existe incompatibilidad cuando un médico se desempeña como director de un hospital público y en una clínica privada".

De esta manera salió al cruce de las protestas de un grupo de profesionales del hospital de Andalgalá, Chaín Herrera, quienes aseguraron que la reciente designación de Rosana Ávila como directora del centro asistencia público es incompatible porque, además, es titular de uno privado.

Palladino explicó que actualmente no hay médicos en Catamarca que tengan bloqueado el título profesional que los limite para trabajar solamente en el sector público. "Sí hay cuestiones de horario. Por ejemplo, un director tiene una dedicación semiexclusiva de 36 horas y disponibilidad, y mientras cumpla su actividad de director, puede desarrollar otras actividades".

Por otra parte, y ante la versión de que en ese hospital disminuyeron las prácticas quirúrgicas, señaló que según "las estadísticas mensuales de este año contrastadas con las de 2016, los valores son muy parecidos".

Dijo además que a nivel ministerial, "si en algún hospital los médicos tienen algún inconveniente con la dirección, deben hacer la presentación por escrito al jefe de Área Programática, que si no la puede resolver, la eleva a la Dirección de Medicina Sanitaria y ahí se investiga y pasa al subsecretario de Salud, quien decide".

Finalmente, negó haber recibido desde el nosocomio alguna presentación oficial recusando la designación de Ávila.

La vaquita de Fiambalá

A mediados de septiembre un grupo de vecinos y empleados del hospital Luis Agote, de Fiambalá, compró cubiertas para la ambulancia porque, según ellos, desde Salud no se enviaban los insumos necesarios para su normal funcionamiento. Para efectuar la compra organizaron una "vaquita” o colecta -que fue reflejada por los medios nacionales-, donde cada uno aportó lo que podía mientras que la comuna colaboró con $2.000.

Consultada al respecto, Palladino reconoció indirectamente que hubo una tardanza y argumentó: "A veces se dan una serie de dificultades con los proveedores y los tiempos de los expedientes para compras en la administración pública", y dijo que al Área Programática N°10 se le entregó, después de la compra con la "vaquita", 40 cubiertas para todo el parque automotor.

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