NicolaRusso, un candidato atravesado por la pasión: “Hay jugadores que creen que son el proyecto, en la selección”

NicolaRusso, un candidato atravesado por la pasión: “Hay jugadores que creen que son el proyecto, en la selección”

Nicolás Russo (Nicola) sueña con ser intendente. Quiere que el Municipio ascienda a Primera y que tenga la calidad de vida de otros distritos vecinos como Avellaneda y Lomas. De la mano de Sergio Massa busca el triunfo este 25 de octubre. Fue dirigente de fútbol y es ineludible no hablar de su club. Pero además de un futuro, también hay un pasado de barrio y “lavoro” en la vida del tano massista. Política del Sur buscó la semblanza para saber algo más del ex presidente del Club Lanús.

 

Villa Obrera, un nombre que dice mucho, que habla de una época de trabajo en Lanús, de talleres, de mercados, de feria, de fútbol. Bajo ese cielo que es celeste, un pibe lo vio granate, y en esas calles simples, antaño limpias, seguras, tranquilas, un tanito dio sus primeros pasos juntos a sus padres llegados de una Italia desbastada por la guerra.

Nicola, le decían al pibe nacido en Argentina cuando empezaban los rockeros sesenta, los revolucionarios sesenta, los políticos sesenta. “Fueron tiempos lindos, de potrero, de escuela y también de trabajo”, cuenta Nicolás Russo.

Es una mañana soleada. Termina el invierno. El candidato a intendente del Frente Renovador en Lanús convida mate y unos exquisitos sándwiches de jamón, tomate y lechuga. Nicola sonríe cuando se acuerda de su infancia. Sonríe también cuando se acuerda de sus padres: “Los dos trabajaron mucho con el almacén y en la feria, y de pibe empecé yo también con mi viejo”.

Detrás del ex presidente del Club Lanús, la ciudad de Lanús Este se alza como llamándolo, como abrazándolo. Toda una ciudad que espera un nuevo gobierno a partir del 10 de diciembre.

“Lanús necesita tantas cosas, pero para lograrlo se necesita orden, mucho orden, así hice todo en la vida porque no hubiera llegado a nada si todo hubiera sido desordenado. Se puede tener un presupuesto limitado, pero con orden, se administra y se logran cosas, así lo hicimos en Lanús”, dice Russo.

Quienes lo conocen le dicen Nicola, porque así quería su padre que se llamara. En el Registro Civil de esa época, no se lo aceptaron y quedó Nicolás, pero cuando había que llamarlo para comer porque se había ido a patear la pelota en un potrero, la voz de la madre era inconfundible: “Nicola!!!”.

Hay un adverbio de tiempo que lo marca a Nicola, que lo define, que lo convierte en un feligrés del “lavoro”, y es la palabra “siempre”.

“Trabajé siempre –dice Russo-. Siempre, desde pibe y no paré hasta ahora, y quiero seguir para cambiar la ciudad que amo”.

Russo, ya de muy joven, en medio de los bailes en los boliches de moda en la zona sur, allá por mediados de los setenta, empezó con su propio emprendimiento comercial y le puso el hombro a su categoría de comerciante de barrio, que le permitió poder dedicarle tiempo a su segunda familia.

“El Club Lanús es mi segunda familia”, dice Russo, y le brillan los ojos cuando habla del granate. Polémico, visceral, sincero, cuando habla de fútbol, le sale el hincha, el dirigente, el romántico pibe de barrio que una vez supo ilustrar tan vehementemente el gran Enrique Santos Discépolo en la película “El hincha”.

Un día de aquellos por 1979, el tano Nicola se cansó de que su querido club estuviera en la C. Se hizo socio y empezó a “calentarse” en las asambleas donde se discutía sobre la realidad de la histórica institución.

Un corazón granate

“Era un club que estaba por desaparecer: juicios, deudas, malas administraciones, peores resultados. Lanús se caía, iba barranca abajo”, cuenta Nicola.

Sin darse cuenta, sin imaginarlo, sin esperar nada a cambio, Russo empezó una carrera ascendente dentro del granate durante la cual festejó el ascenso del 81 a la Primera B y todo empezaba a cambiar.

Lo que siguió en la vida de Russo fue gratificante porque llegó la B Nacional, la Primera A y el campeonato de Primera: “Pero lo más importante, es haber consolidado una institución modelo en Argentina, donde los clubes de Primera, algunos están al borde de la quiebra”, resalta este candidato de Sergio Massa.

Decir “Lanús en la C”, parece cosa de un pasado muy remoto, pero a Russo le suena más actual que nunca. Su mirada crítica y política le juega una suerte de analogía con aquel nefasto pasado del club.

“Hoy el Municipio de Lanús está como estaba el club cuando descendió a la C, y si lo convertimos en una institución ejemplar con orden y buena administración, lo mismo voy a hacer con el Municipio, donde todos van a trabajar, todos van a tirar del mismo carro, y donde el presupuesto va a tener un sentido y un propósito social”, enfatiza el candidato que no deja de cebar el mate a los periodistas.

Sabe tratar con la prensa este hombre acostumbrado al ambiente muchas veces hostil del fútbol, un hombre al que también lo ha acusado de irregularidades administrativas.

Russo –tranquilo-, sonríe y toma mate. Hace una pausa. Un viejo periodista lo inquirió con el tema en un momento de su campaña en una Universidad. El candidato del massismo, sin que se le mueva un músculo de más, recuerda: “Fue (Carlos) Campolongo, que me tiró algunas acusaciones. Yo le sonreí y le expliqué todo. Tengo todo en regla, en orden, yo puedo explicar todo mi patrimonio”.

El candidato recuerda con cariño el pasado, pero quiere hablar del futuro, de lo que hace falta, de los sueños que vienen, de las necesidades de los 453.500 habitantes del Municipio que este próximo 25 de octubre deberán decidir quién los va a gobernar hasta el 2019. Un año después se hará otro censo y se sabrá qué cambió en Lanús en esa década.

Mirando el futuro, el fútbol lo acercó a otro hombre ligado a un club. Tigre, en el otro extremo de la geografía del Gran Buenos Aires, vio crecer al político que hoy encarna una autopista del medio entre Mauricio Macri y Daniel Scioli: Sergio Massa y recuerda a su gran ídolo político: Raúl Alfonsín, en aquel 83 cuando votó por primera vez y apostó a la esperanza, como lo hace ahora.

Del sur al norte del conurbano, una extensa línea de Municipios espera respuestas después del 10 de diciembre. Una franja de necesidades, una carretera de reclamos, un camino de sueños que aguardan el momento de explotar con alegría.

Para Nicola, “Sergio Massa es el hombre para que todo pase, para que la Argentina sea la que todos esperan y sueñan”.

“Será el próximo presidente porque se meterá en el balotage y ganará, sin duda. En Lanús va a pasar lo mismo. Seré intendente y todo va a cambiar con orden con una administración eficiente”, concluye Nicolás Russo.

POLÉMICA EN EL FÚTBOL

“Estos jugadores no se comprometen con un proyecto de selección”

Una parte importante en la vida de Nicolás Russo ha sido el fútbol, desde donde cosechó amistades y enemistades.

En ese mundo lo ha visto todo, incluso una larga vida sobre la selección nacional y es crítico, sumamente crítico.

Sabe de vanidades, de protagonismos, de humildades, de éxitos y fracasos por eso habla con la autoridad que le dan años de dirigente.

“Los pibes de ahora no hacen caso, son estrellas, juegan en clubes europeos y son millonarios y quieren manejar todo. Ellos son el proyecto en la selección y por eso no se comprometen”, replica Nicola.

Pero el fútbol lo deslumbró además desde lo técnico, lo pasional y lo humano. Dos hombres lo marcaron dentro y fuera de la cancha.

“Luís Zubeldía es un ser humano fantástico. Es una persona maravillosa y creo que algún día será el técnico de la selección”, dice.

Dentro de la cancha no dudó un solo momento ante la consulta: “Diego Maradona”, dijo y no agregó a nadie más como el mejor dentro del verde césped: “Diego es lo mejor que vi en toda mi vida, insuperable en cualquier lugar del campo, en cualquier circunstancia, en la primera fecha y una final. Es insuperable”.

Para Messi también tuvo un párrafo aparte: “Es el mejor del mundo en este momento, pero Diego es Diego”.

Comentá la nota