Neuquén, una cabalgata con mucho de fe

Neuquén, una cabalgata con mucho de fe

Con el conflicto sindical todavía sin resolver –el gremio docente decretó tres días de huelga para esta semana- igual el gobierno neuquino conserva la calma, después de una semana fructífera en señales que confluyen en la posibilidad de garantizar el equilibrio (difícil) de las cuentas públicas para el año.

El gobierno de Omar Gutiérrez cerró acuerdos salariales con el escalafón general, con el sector salud, con los auxiliares de servicio (porteros de escuela), y le queda, en lo que hace a representaciones mayoritarias de estatales, el gremio docente ATEN. No está muy lejos ese acuerdo inexorable, y llegará con igual o poco más de porcentaje de incremento que el ya anunciado, 35 por ciento promedio para los salarios iniciales. Lo que para cada maestro se ve como escaso, para la masa salarial es cuantioso.

Es la principal deficiencia estructural del sistema, distinguido por la sobreabundancia de cargos, algo de lo que parece nadie quiere volver, pero que es síntoma de corrupción culposa, pues se malgastan los recursos públicos sin mejorar la calidad, sino apenas garantizando mucho empleo para un oficio –el de maestro- que ha devenido de prestigioso y esencial, a expresión de la queja permanente.

La representación del sector ha sido monopolizada por conducciones sindicales dueñas de un folklore afirmado en estéticas donde abundan guitarras, morrales desflecados y consignas revolucionarias con dientes apretados. Nada hay para decir en contra de esta característica, sino simplemente apuntarla, pues es evidente que juega en relación directa con el sistema educativo que alguna vez el MPN promovió, en su afán desarrollista de modernizar, allá en los albores, cuando se creó el Consejo Provincial de Educación y se pensó en una participación protagónica, idílica, romántica, y ahora –evidentemente- fracasada.

El gobierno, en este contexto y con ese conflicto que podrá resolverse en lo salarial superficial, aunque difícilmente en lo profundo, respira, no obstante, un poco más aliviado. En la semana que pasó tuvo la certeza de que podrá contar con 6 por ciento más recursos provenientes de la coparticipación federal de impuestos. El gobierno de Mauricio Macri ha concedido (ocupado en ganar respaldo al acuerdo con los holdouts)  la devolución de aquel 15 % quitado en otras épocas –con Menem y De la Rúa- a razón de 3% anual en cinco años, pero ahora con otro 3% que se agrega, no en dinero cash, sí en herramientas financieras que se facilitarán. Neuquén, es casi seguro, firmará el acuerdo y verá aumentados sus ingresos y sus posibilidades, en la misma medida en que la recaudación impositiva nacional se mantenga.

También recibió ciertas garantías de compromiso en aportar soluciones locales a la crisis petrolera internacional. El gobierno de Macri reconoció la deuda que tenía por más de mil millones de dólares con YPF por el subsidio al gas no convencional, que se debe pagar a 7,50 dólares el millón de BTU, y la petrolera, que ya anunció el retiro de Miguel Galuccio y a asunción como presidente de Miguel Ángel Gutiérrez, ex Telefónica, anunció inmediatamente que reactivará 5 equipos en la cuenca neuquina. No es mucho, pero implica que entre 500 y 600 empleados petroleros volverán a trabajar.

El gobierno ratificó además que recompondrá los precios y tarifas del gas. Esto implica la reafirmación de la esperanza neuquina sobre ese punto, aunque se deberá esperar, según se afirma no oficialmente, al acuerdo con los holdouts. Macri quiere cerrar primero ese flanco abierto, parte de su estrategia para combatir la inflación, que es lo que más le preocupa porque crece el descontento popular. Después de la aprobación en el Congreso de la derogación de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, después que el gobierno tome deuda con bonos por entre 11 mil y 15 mil millones de dólares, y les pague a los fondos buitres y demás tenedores de bonos de deuda que no habían cobrado por no acceder al canje de Kirchner-Lavagna, recién entonces, se aumentaría el precio del gas y se recompondrían las tarifas, lo que implicará más quejas ciudadanas, pero para Neuquén más ingresos en regalías, en impuestos, y la posibilidad de incrementar la producción y de conseguir sustituir trabajos perdidos en la extracción de petróleo.

Mientras tanto, las urgencias de caja siguen, y sobre el fin de la semana el gobierno neuquino colocó Letras del Tesoro por otros 500 millones de pesos. Es más deuda –que vence este mismo año- para seguir financiando los gastos que exceden los actuales ingresos. Esto, en un contexto de pactos que se firman por aumentos salariales para los estatales, es revelador de la fuerza que tiene la expectativa sobre el futuro, y de cómo el gobierno de Gutiérrez cabalga sobre esa expectativa, manejando y financiando el gasto público, y apostando a lo que recuperará cuando cierre todo el paquete en curso o prometido para dentro de poco.

La combinación de aumento en ingresos de coparticipación, más aumento en concepto de regalías e impuestos propios, más la posibilidad de emitir bonos en dólares y cerrar un financiamiento a más largo plazo, más una prudencia todavía no muy explicitada en el gasto, es lo que torna creíble la cabalgata, y hace posible que se pueda apostar más al jinete que al caballo circunstancial, en el difícil camino hacia una mayor tranquilidad en las cuentas públicas.

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