Los negocios “sucios” rompen las vías de la Estación Gambier

Una ONG barrial acusa a una empresa ligada al gremio Sosba de levantar y dañar los rieles del ferrocarril provincial en Los Hornos. Los entramados de una obra polémica. Los oscuros nexos de la firma con intereses espurios que llevaron a la destrucción de ABSA.

 

Bajo la aparente tranquilidad y alivio que traerá a la región la realización de obras hidráulicas que harán que la ciudad no vuelva a sufrir hechos como las inundaciones del 2 de abril de 2013, se esconden viejas prácticas políticas que benefician a empresas ligadas al poder kirchnerista.

Esta situación puede verse claramente con lo que está sucediendo en la vieja Estación de Gambier, localizada en Los Hornos, sobre las calles 31 y 52, donde la perforación que se encuentra realizando una empresa privada para la colocación de tubos que permitan alivianar la tensión de las aguas ha llevado a que se rompan las vías del ferrocarril por haberse alejado de la ruta original de la obra.

Desde la ONG Asociación Amigos del Ferrocarril Provincial se viene denunciando este accionar, poniendo sobre el tapete la labor que viene llevando adelante la empresa Eleprint SA (cuyo dueño es Gustavo Weiss, titular de la Cámara Argentina de la Construcción), que hace oídos sordos a los reclamos de los vecinos y sigue con una obra que rompe con toda la arquitectura de la zona, destrozando vías, calles y plazas.

Sin respuestas

La construcción de un canal aliviador hidráulico para la avenida 131 fue concedida a la firma Eleprint por el exgobernador Daniel Scioli, quien buscó a través de una “empresa amiga” mitigar las críticas que se habían desatado por las inundaciones en nuestra ciudad. Hoy lo que se ve en el lugar son vías levantadas y partidas al medio que no se pueden volver a usar, así como también una desazón muy grande ante cada movimiento que realiza la empresa.

Según pudo conocer este diario, el gobierno sciolista no hizo ningún estudio de impacto ambiental sobre el desarrollo de la construcción del nuevo muro de canalización, y los vecinos, a través de la ONG del barrio platense, efectuaron reclamos ante la Dirección de Hidráulica del Ministerio de Infraestructura que conducía el fallecido Alejandro Arlía, frente a lo cual tuvieron como única respuesta que “desconocían que esos lugares se trataban de trazas del ferrocarril provincial”.

Las vías de la Estación Gambier tienen más de cien años y le trajeron a la región una fuerte ola de desarrollo para distintas actividades, hasta su clausura en el año 1977. El kirchnerismo prometió muchas veces su reactivación sin que la misma se consagrara. Las nuevas autoridades se encuentran con una situación no deseada, que rompe con sus planes de volver a poner en órbita el tren en la región.

Al margen de la ley

Eleprint es una empresa que está íntimamente relacionada con el Sindicato de Obras Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires (Sosba), que dirige Julio Castro. Como ya contamos en reiteradas ocasiones desde este diario, la unión entre el gremio y la firma es el exesposo de la vedette María Eugenia Ritó, el abogado platense Marcelo Salinas y dueño de la compañía Mako SA, con variados negocios entre ambos.

El titular del Sosba tiene parte operativa del control de la firma 5 de Septiembre, que en unidad de acción con Mako y Eleprint intentaron en 2013, a través de una UTE (Unión Transitoria de Empresas), quedarse con la obra de la planta potabilizadora de Punta Lara por más de 150 millones de dólares, en un proceso con fuertes irregularidades, que llevó al propio Daniel Scioli a abortar el proyecto antes de irse del poder.

Todas estas empresas participaron activamente en el vaciamiento que sufrió la empresa Aguas Bonaerenses SA (ABSA) durante la era sciolista, que contó con la complicidad de Sosba para el manejo de diferentes manejos y negociados que llevaron a que los ciudadanos sufran un pésimo servicio.

Las tres empresas fueron beneficiarias de las tercerizaciones en los servicios que hizo ABSA en la última década, y que le costaron al Estado cientos de millones de pesos de los cuales poco se sabe el destino final que tuvieron. 

Una historia de desidia y turbios manejos que pone blanco sobre negro en los oscuros negociados que ocurrieron durante la etapa de Daniel Scioli y que todavía padecen miles de bonaerenses que ven cómo las aguas siguen bajando turbias.

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