Los negocios de Cirigliano con el gobierno de Salta

Los negocios de Cirigliano con el gobierno de Salta

Le vendió a Saeta cien colectivos, en 2011, pese a que un informe técnico los desaconsejó. Claudio Cirigliano, el empresario condenado a 9 años de prisión por la tragedia de Once, es el mismo que vendió los colectivos que incorporó Saeta, en 2011, con una cuestionada licitación que aún se hace sentir, con onerosos costos, en el bolsillo de los salteños.

De hecho, los ómnibus del sistema metropolitano comparten con los trenes de Buenos Aires un sello testigo del capitalismo de amigos y la corrupción: Puma.

En Salta, Cirigliano y los funcionarios que lo favorecieron con una escandalosa contratación nunca fueron investigados. Una presentación penal, con abundancia de pruebas, fue archivada en ocho horas por Guillermo Akemeier, entonces fiscal de Delitos Económicos Complejos y ahora fiscal de impugnación.

Un mal negocio

En 2011 el Gobierno de la Provincia compró 100 colectivos ensamblados por la empresa Tatsa, del grupo Cirigliano, haciendo vista gorda a informes técnicos que desaconsejaban su adquisición.

Con la incorporación de los Puma, los gastos de mantenimiento de la flota de Saeta se encarecieron, solo ese año, en más de $10 millones.

Los ómnibus con que se reemplazó a los Mercedes Benz hace cuatro años consumen un 67% más de gasoil.

Con sus motores Deutz, de seis cilindros, los Puma también elevaron los gastos de mantenimiento (cambios de filtros y lubricantes) en un 40%. Los neumáticos duran un 30% menos. El largo de los coches supera los límites recomendados.

También los niveles de ruido, las vibraciones y el peso de las unidades, que hace estragos en los pavimentos.

Con los Puma, además, aumentaron emisiones contaminantes.

Todo estaba advertido en un extenso informe técnico con el que la comisión evaluadora de la licitación 06/10 recomendó desechar a Tatsa y adquirir unidades Mercedes Benz, de última generación, que habían sido ofertadas por $14 millones más que los Puma.

Las gerencias técnicas de Saeta habían marcado notables diferencias mecánicas, prestacionales y operativas entre los Mercedes, de cuatro cilindros, y los Puma, de seis. En su informe no habían dejado dudas de que, en un solo año, el mayor costo de los Mercedes quedaría equiparado con el de los Puma por los menores gastos en combustibles, mantenimientos y reparaciones.

Por si algo faltaba, Cirigliano recibió la flota de Mercedes 2005 como parte de pago de los Puma (cotizados a $450.000) a un valor muy por debajo del de plaza ($160.000).

Ante los cuestionamientos que desató la operación, Julio Loutaif, entonces ministro de Desarrollo Económico, salió a defender la compra de los Puma, que acrecentaron los gastos operativos de Saeta en decenas de millones y no tienen reventa.

La Justicia local, en deuda con la gente

El informe técnico que había desaconsejado la compra de los colectivos Puma, a fines de 2010, tenía cerca de un centenar de páginas.El directorio de Saeta, sin embargo, definió la licitación a favor del grupo empresario de Claudio Cirigliano con un acta que ocupó la mitad de una carilla. La licitación 06/10 nunca tuvo información oficial sobre el derrotero del proceso.Las evaluaciones de las que habían participado las gerencias técnicas de Saeta terminaron sepultadas con el acta de adjudicación que firmaron Reinaldo García Gambetta, Víctor Hugo Colina y Federico Berruezo, a favor de Tatsa, poco antes de dejar el directorio de la sociedad que administra los corredores metropolitanos.Y el Ministerio Público terminó de redondear la sensación de impunidad que rodeó a la operación, cuando el fiscal Akemeier cerró las puertas a cualquier investigación judicial con un archivo exprés. Cirigliano no tiene cuentas pendientes en los tribunales locales, aunque sus Puma siguen golpeando al bolsillo de los salteños.

Comentá la nota