Los narcos bahienses capturados en Plottier utilizaban una carnicería como pantalla

Los narcos bahienses capturados en Plottier utilizaban una carnicería como pantalla

La bandade "Los cuñados" fue desbaratada por la policía de Neuquén después de 7 meses de investigación.

Una minuciosa investigación del departamento de Toxicomanía de la Policía de Neuquén logró desbaratar la banda narco denominada Los Cuñados. Llegaron hace siete meses de Bahía Blanca y se instalaron en Plottier, donde se dedicaban a comercializar cocaína con una carnicería de pantalla. Montaron una cadena de distribución que alcanzaba a toda la localidad y zonas aledañas, como Senillosa y el oeste neuquino.

Ayer, por orden del juez federal Gustavo Villanueva se allanaron, en forma simultánea, tres domicilios del barrio Alzogaray de Plottier, que está al pie de la meseta: es uno de los sectores más alejados de la vecina ciudad.

El procedimiento dejó como saldo el secuestro de 3,4 kilos de cocaína de máxima pureza, una planta de marihuana, 15 mil pesos en efectivos, dos armas de fuego (una pistola 9 milímetros y un revólver calibre 22 largo) y cuatro celulares. Además, se detuvo a dos hombres que son cuñados y a sus parejas, todos oriundos de Bahía Blanca. El líder, de unos 33 años, cuenta con pedido de captura nacional por estar vinculado en Bahía a un crimen narco.

Los cuatros detenidos serán indagados el lunes por el juez federal, que les podría imputar cargos por venta, distribución y almacenamiento de estupefacientes. En este caso agravados por ser, presuntamente, integrantes de una banda dedicada al tráfico y comercialización de droga en la región.

La investigación

La génesis de las pesquisas para desbaratar a la banda Los Cuñados arrancó meses atrás, cuando un llamado anónimo alertó al personal de Toxicomanía sobre el fluido movimiento en la casa que los narcos habitaban en el barrio Alzogaray.

De inmediato, una brigada comenzó a realizar tareas de inteligencia bajo las órdenes del Juzgado Federal 2.

Durante meses los pesquisas se camuflaron y trabajaron en el sector observando el movimiento de la banda, que había llegado a la provincia en julio de 2014. El accionar fue registrado con fotos y videos, que serán  sumados a la causa federal.

Durante los trabajos de seguimiento detectaron que en la vivienda se comercializaba al menudeo bajo la modalidad “pasamano”. No obstante, los narcos no descuidaron ninguna de las facetas de la actividad: captaron pibes que les hacían el delivery en motito por la localidad, y también consiguieron punteros en Senillosa y el oeste neuquino.

Conocedores del negocio, los bahienses montaron una pantalla: eligieron poner una carnicería sobre calle Godoy de Plottier, a la que bautizaron “El Gauchito Gil”.

La ostentación, mal de todos los narcos, los fue poniendo en evidencia. Con apenas unos meses en Neuquén se compraron una camioneta Toyota Hilux de alta gama y un Ford Fiesta.

“Pocas actividades te permiten hacer tanta plata en tan poco tiempo, pero te aseguro que una carnicería no”, confió una fuente muy vinculada al caso.

Si bien todavía resta concluir algunas diligencias, los pesquisas estiman que traían la droga una vez al mes desde Bahía Blanca, donde tendrían un distribuidor que los abastecía. De regreso a Neuquén, ingresaban por Centenario y derivaban a Plottier por la autovía norte. La ruta nueva les permitió esquivar varios controles.

Una enorme ganancia

Durante los allanamientos, los efectivos de Toxicomanía le secuestraron a la banda “importada” 3,4 kilos de cocaína de máxima calidad, conocida como ‘alita de mosca’, que les podría haber reportado una ganancia millonaria, según los investigadores.

El negocio de la cocaína, que con rapidez comienza a ganar terreno en Neuquén, genera ganancias excepcionales a los narcos: es por eso el riesgo que deciden correr.

Cuentan los expertos que las viejas tizas de cocaína de 10 gramos ya han desaparecido del mercado. Ahora, la comercialización para la distribución se hace en ladrillos de un kilo, valuados en los 120 mil pesos cada uno.

Una vez que el narco tiene el ladrillo, hace un proceso de “estiramiento” con analgésicos y psicotrópicos. “A ese kilo lo convierten en dos”, confió una fuente bajo reserva.

A la hora de la venta al menudeo, el gramo de alita de mosca se comercializa a unos 300 pesos, por lo que al kilo inicial –estirado a dos– le terminan sacando 600 mil pesos: cinco veces su valor inicial.

Por la cantidad de droga secuestrada, calculan los investigadores, los narco podrían haber obtenido 1,8 millones de pesos.

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