¿Se rompió el pacto de silencio? ¿O es parte de la estrategia?

Son parte de las incógnitas que revuelan los pasillos del edificio de Tribunales Federales del bulevar Arenal, donde ayer el sargento Fabián César Peralta Dáttoli prestó declaración ante el juez federal Ricardo Bustos Fierro y el fiscal federal Enrique Senestrari.

También la misma posición habría adoptado el suboficial Mario Osorio, quién no habría sumado mayores datos relevantes.

Ambos pertenecían a las brigadas de la Dirección de Drogas Peligrosas de la Policía que trabajaban a diario en las pesquisas callejeras en procura de identificar a presuntos narcos.

Hasta el momento los “subordinados” del principal sospechoso, comisario mayor Rafael Sosa, se habían mantenido en un llamativo silencio desde sus detenciones el pasado 11 de setiembre, luego del primer allanamiento realizado en la Jefatura de la Policía.

Aún en silencio, aunque negaron los hechos sin declarar, continúan el comisario Alfredo Saine y el oficial inspector Franco Argüello, que podrían presentarse ante el juez la semana próxima.

Ayer Peralta Dáttoli prestó indagatoria a lo largo de dos horas y media, en los que principalmente profundizó sobre sus roles en la repartición y las funciones de sus pares y superiores.

¿Complicó a sus jefes?

El imputado por el presunto delito de “asociación ilícita”, entre otros, trabajaba en la brigada que incluía la colaboración de Juan “el Francés” Viarnes como agente provocador. En ese sentido, habría manifestado que sus superiores estaban en conocimiento de la situación, un punto álgido de la causa de los “narcopolicías”.

Eso significa que el director de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía, comisario Sosa, y el ex jefe de Inteligencia de la división, comisario Gustavo González, conocían de la presencia del “informante”, a pesar de las negativas hasta el momento, lo que complicaría sus posiciones.

González, detenido esta semana en el marco del “narcoescándalo”, había negado vínculos con “El Francés”, cuyo testimonio en una nota periodística del programa ADN desató la crisis institucional que descabezó la cúpula policial y del Ministerio de Seguridad de la Provincia.

En tanto, el hombre fuerte de la lucha contra la droga había manifestado que sólo lo había visto una oportunidad, pero no conocía el trabajo de sus hombres en la calle.

En la jornada de ayer, también prestó declaración la oficial Analía Sosa -una pieza clave en las escuchas telefónicas de las principales investigaciones-, que habría manifestado haber sido amenazada de muerte si llegaba a romper el silencio.

Anoche en las esferas de la Justicia Federal de Córdoba, tras estos testimonios, no descartaban que en las próximas horas se registren novedades en la investigación que ya tiene 11 policías imputados, de los cuáles ocho están detenidos.

A todos se les sindica una serie de procedimientos irregulares y “negociados” con referentes del mundo de la droga.

Día clave para Sosa y Bustos

Por otra parte, hoy se realizará la audiencia en la Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones, donde se resolverá los planteos defensivas por las prisiones preventivas dictadas al comisario mayor Sosa y el oficial Gastón Bustos.

El Tribunal, presidido por el doctor Ignacio María Vélez Funes e integrado por los jueces de Cámara subrogantes José Vicente Muscará y Carlos Julio Lascano, escuchará el informe oral del abogado defensor del principal imputado del caso.

Además del doctor Gustavo Franco, se presentará el representante del policía Gastón Bustos, acusado de cambiar 30 kilos de marihuana por un peso similar en alfalfa y piedras. Para el fiscal federal Enrique Senestrari podría tratarse de una “ramificación” de los “narcopolicías”.

El doctor Julio Deheza planteará agravios por la negativa del Juzgado Federal Nº 1 para la excarcelación de Bustos.