La nafta es más barata en Argentina que en Uruguay y Brasil

La nafta es más barata en Argentina que en Uruguay y Brasil

En el ranking mundial sobre el precio de los combustibles, la Argentina se ubica de la mitad para tabla para arriba. Está algo más cerca de los más baratos (en dólares) para llenar el tanque que de los más caros. Es más económico que casi todos sus vecinos, como Chile, Uruguay y Brasil, aunque más caro que Bolivia.

 

La mayoría de los territorios con precios más bajos que los locales corresponden a países con fuertes reservas -Irán, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Nigeria, Qatar, Rusia- o a economías en vías de desarrollo, cuyos consumidores no podrían desembolsar un valor elevado en dólares, como Egipto o Pakistán.

Bolivia despacha su combustible a US$0,54, la mitad que en la Argentina, donde el promedio está en torno a US$1,06. “Está fuertemente subsidiado”, replican desde las petroleras locales. “Lograron mayor eficiencia de costos”, refutan funcionarios locales.

Los precios locales son, siempre en moneda estadounidense, inferiores a los de Chile -a US$1,19- y Uruguay -a US$1,70-, que son dos países importadores, pero también menores que los de Brasil -US$1,17-, que es otro productor. México, Colombia, Perú y Ecuador despachan a valores inferiores a los de estas costas. La industria local asegura que todos esos lugares poseen una conformación impositiva más leve que la vigente aquí.

“El 90% del precio de la nafta está definido en dólares. El 80% es el precio del crudo, pero hay otro 10% de productos que también son importados”, destacan en las empresas refinadoras.

La comparación inevitable es con los Estados Unidos, pero allí el precio no es uniforme. Difiere por completo en los estados con menor carga impositiva. En Texas se consigue el litro a menos de US$0,55, mientras que en California bordea los US$0,90.

En el mapa del petróleo, casi toda Europa muestra importes en dólares superiores a los argentinos, mientras que los gigantes asiáticos acceden a valores inferiores. En eso también incide la escala.

Cuando los Estados Unidos consumían más petróleo del que producían, su dependencia foránea era constante. Pero la revolución del shale modificó por completo esa composición. La mayor economía se convirtió en líder de producción petrolera, superando a Rusia y Arabia Saudita.

Aunque hay una reunión de los países productores (OPEC) en Viena para el próximo jueves 6, los estadounidenses parecen contar con capacidad para moverse con autonomía. Los que perforan en las cuencas de shale son capaces de obtener rentabilidad con un barril por debajo de los US$50. De todas formas, allí se mueven por el WTI, que suele ser US$9 más barato que el Brent, la referencia global.

La industria solía dividirse entre OPEC y no OPEC, pero Estados Unidos reconfiguró esas líneas. De todas formas, Donald Trump utilizó sus diatribas en Twitter para atacar a los saudíes si insinúan que subirán el precio del petróleo. Hasta se relajaron algunas restricciones que pesaban sobre Irán, para que ese país pueda despachar y el mercado global cuente con suministro constante.

Aunque el descenso del petróleo en cotización global puede traer algún alivio para los consumidores locales, también puede dañar las perspectivas de los inversores globales en Vaca Muerta. Con un barril en la zona de los US$50, el reservorio argentino perdería parte de su atractivo. En una zona más cercana a los US$70 seguiría despertando interés, según escuchó Clarín de analistas de acciones de petroleras en Wall Street.

YPF promete profundizar su apuesta por el gas en Vaca Muerta, pero sin descuidar el petróleo. Pero la mayoría de los jugadores que poseen proyectos en ese rincón neuquino están más volcados al crudo.

A la hora de conseguir desembolsos millonarios, como los que demanda esta industria, el país corre en desventaja contra Estados Unidos. En ese país hay mucha competencia, pero es inusual que haya retenciones a las exportaciones, como las que Argentina volvió a aplicar desde este año, y que habían sido suspendidas unos años atrás.

 

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