Nación y provincia le exigieron a Barrick un nuevo plan de trabajo en Veladero

Nación y provincia le exigieron a Barrick un nuevo plan de trabajo en Veladero

Las tres partes se reunieron ayer y condicionaron la reapertura de la mina.

La provincia volvió a elevar la vara en el conflicto con la empresa Barrick tras los sucesivos incidentes en Veladero. Esta vez, junto a la Nación, condicionaron la reapertura de la mina iglesiana a cinco puntos fundamentales: la construcción de un nuevo valle de lixiviación, un cambio en sus políticas ambientales, un mejoramiento en el relacionamiento con las comunidades, un plan de inversiones y someterse a la fiscalización permanente de un comité de expertos locales, nacionales e internacionales.

La empresa se allanó a las nuevas exigencias y prometió cumplir con el nuevo plan de trabajo, según un comunicado oficial. El rosario de exigencias ocurrió el mismo día que Barrick comunicó que se desprendió del 50 por ciento de Veladero, lo que se charló en la reunión y dejó dos sensaciones distintas a los sanjuaninos: expectativa positiva por Lama, y dudas sobre quién operará la mina. 

Fueron horas de furia para la empresa: a primera hora de la mañana, mediante un comunicado, Barrick anunciaba que había acordado con la empresa Shandong Gold (ver recuadro) despegarse del 50 por ciento de los activos de Veladero, una de las minas más importantes de la multinacional canadiense en el mundo, lo que generó expectativas dispares en los mineros sanjuaninos (ver aparte).

Tras esa noticia y con diferencia de pocas horas, se sometieron a un duro encuentro en Buenos Aires con el gobernador de San Juan, Sergio Uñac; el ministro de Minería de la provincia, Alberto Hensel, más el titular de la cartera de Minería y Energía del macrismo, Juan José Aranguren, y su secretario de Minería, Daniel Meilán. Por el lado de la multinacional estuvo el presidente de la empresa, Kelvin Dushnisky, y otros miembros del directorio global, más ejecutivos en Argentina. El martes las autoridades provinciales habían rechazado un primer plan de trabajo de los canadienses, y por eso habían buscado el respaldo en las gestiones nacionales.

Tras ese encuentro, Hensel le confirmó a este diario que “El nuevo plan integral que los gobiernos nacional y provincial le exigen a Barrick, incluyen como uno de sus puntos principales la obligatoriedad de confeccionar una completa reingeniería del proyecto, incluida la construcción de un nuevo valle de lixiviación que contenga todas las instalaciones nuevas, es decir cañerías, bombas, membrana y sistema de monitoreo. El actual valle quedará como un apoyo secundario para un caso de emergencia”, confirmó.

La preocupación del gobierno pasa por los nuevos trabajos de ingeniería para evitar futuros incidentes, pero también observan en esta serie de acontecimientos una oportunidad para mejorar, por ejemplo, el contacto con las comunidades y los municipios, cuestiones que agregaron a lo charlado con los empresarios extranjeros.

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