Diomedi indicó a APP que  desde diciembre del 2015 los gobernadores de Río Negro y del Neuquén comenzaron gestiones por la fruticultura ante Nación, se hicieron reuniones, se elevaron las problemáticas  y las posibles soluciones “y no se hizo absolutamente nada”.

Señaló que incluso “nos fueron bajando de rango en los funcionarios que nos ponían para hablar de estos temas”.

En ese marco, informó que el gobernador Weretilneck pidió una audiencia con el presidente Macri en noviembre del 2016 a partir de la cual se elevó un Plan Frutícola, lo que se llama “el libro blanco”, una decisión política de la provincia de hacer un cambio profundo en la actividad.

Aseveró incluso que al presidente Macri “el plan le gustó, pero después no pasó absolutamente nada”.

Respecto a críticas al plan de algunos sectores frutícolas, expresó a APP que “los que critican no leyeron el libro blanco; las adhesiones son voluntarias, yo no puedo obligar a nadie a cambiar, y hubo 800 adhesiones, lo que muestra que hay interés en cambiar”.

Acusó a Nación de quedarse atrás  y no dar las respuestas del financiamiento para estos cambios, y mientras tanto la crisis se agrava, se caen productores, se caen empresas, se arrastra a otros sectores, como el de los aserradores. Recordó que en principio Nación debía canalizar 100 millones de dólares en créditos.

Consideró que el gobierno nacional “debe entender” lo que se plantea desde la provincia, “porque esto es una olla a presión”.

Dijo que uno de los ejes del plan es apuntar a bajar costos, fundamentalmente los impositivos, subrayando que en el libro blanco está muy claro lo que debe hacer Nación.

Señaló que en principio Nación llamó a una reunión para el 23 de mayo, de carácter multisectorial, mencionando que “espero que verdaderamente estén todos”, ya que desde la provincia precisamente se buscan decisiones unívocas y siempre se ha abogado por una gran mesa de todo el complejo frutícola, desde que estaba al frente de la Secretaría de la Fruticultura.