El museo de Astra continúa siendo saqueado y dañado

Los ladrones de “historia” y “reliquias” ingresan casi todas las noches y se llevan lo que pueden. Han desaparecido desde fósiles marinos y huesos de dinosaurios petrificados hasta autopartes de los viejos transportes y maquinarias que se utilizaban en la explotación del petróleo en la década del 20.

 

Esther llegó ayer a las 13 junto a su marido Carlos hasta el Museo Paleontológico y Petrolero de Astra con el deseo de conocerlo. Nunca había entrado. Cada vez que con su marido pasaban por la ruta Nacional 3 a la altura del ingreso a ese barrio de Kilómetro 20 dejaban pendiente la visita. 

Cuando ayer decidieron ingresar, coincidieron en el lugar con un equipo periodístico de Diario Patagónico que fotografiaba el estado de abandono que presenta.

Esther confesó que sintió decepción. Creía que iba a conocer algo novedoso, algo interesante, pero encontró solo destrozos y robo.

El museo de Astra está ubicado a 20 kilómetros del centro de Comodoro Rivadavia y su edificio fue construido en 1987. Permanece abandonado hace tiempo. Sus portones y puertas están abiertos ya que fueron violentados. 

La bienvenida al museo la da una puerta con su cerradura destrozada, con piezas de mamíferos y piezas paleontológicas rotas. También huesos petrificados, originales de dinosaurios, desparramados, al menos los que no se llevaron. 

Los huesos robados pertenecían al Laboratorio de Paleovertebrados de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y que tienen una edad estimada en los 90 millones de años.

Período Triásico y Era Mesozoica, todo en el piso. Las réplicas de dos importantes cráneos de dinosaurios carnívoros: Carnotaurus sastrei y Abelisaurus comahuensis de Chubut y Río Negro ya no están.

Los vidrios del techo en forma piramidal que invita a cualquier visitante desde la ruta también están destrozados. Adentro conviven las ratas y las palomas. Todo está abandonado. El mobiliario que aún quedó en pie se encuentra húmedo.

SE ROBARON HASTA LOS SURTIDORES 

Enrique, el encargado de la vieja estación ubicada en el frente del museo, comentó a Diario Patagónico: “esto lleva varios años de abandono total. Ya se han robado todas las cosas. Algunas de mucho valor histórico. Otras de valores comerciales; por ejemplo los surtidores viejísimos que funcionaban a mano. Los árboles se están secando todos y nadie hace nada”.

Tras romper las cadenas del portón, los ladrones de “reliquias” se llevaron los dos surtidores de combustible del año 1928. Sólo dejaron el cartel de señalización. Quedó en pie un tractor Holt-Caterpillar modelo 1923 y una caldera usada en perforación en el año 1925.  También un compresor de 1917. 

Enrique dice que el museo de Astra es administrado por la empresa YPF, pero continúa abandonado. Cuenta incluso que por las noches llegan camionetas que estacionan y entran al predio aparentemente en busca de repuestos de viejos camiones y carretones que aún se exhiben en el lugar, entre ellos un equipo de bombeo del año 1928 y una mesa Rotary. Las torres de madera también fueron desarmadas y sus piezas terminaron seguramente en algún fogón.

“Lo que se llevaron no lo vamos a recuperar nunca más. Lo conocí cuando recién estaba hecho. Había mucho material de mucha importancia. Era un museo muy bien formado. La traje a mi señora a conocer el museo. Y nos encontramos con esto”, lamentaba ayer Carlos.

Pena, dolor y nostalgia. Eso es lo que sintió el visitante ayer cuando vio lo que pasó con el museo. “Uno piensa por qué hace esto la gente. Es solo hacer daño.  ¿Para qué te puede servir eso en la casa?”, se pregunta Carlos, nacido y criado en esta ciudad. 

“Se han llevado hasta un autito, de los primeros de Astra. No está más. ¡Andá a saber qué suerte tienen! Hemos perdido el respeto en todo. Nadie cuida”, cuestionó.

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