Las multas de tránsito le dejan a la Ciudad de Buenos Aires $2600 millones anuales

Las multas de tránsito le dejan a la Ciudad de Buenos Aires $2600 millones anuales

Dejar el auto mal estacionado puede costar entre $1785 y $5355; incurrir en exceso de velocidad, desde $7140 hasta $71.400; usar el teléfono celular mientras se conduce, desde $1785 hasta $3570. Estos son solo algunos ejemplos de multas de tránsito, que muestran que cometer una infracción al volante en la ciudad de Buenos Aires puede salir muy caro, tan caro que la recaudación en este concepto es una gran fuente de recursos para el gobierno porteño (GCBA): solo en 2018, la cifra total fue de $2600 millones (apenas por encima de los $2120 millones de 2017).

 

Con esa cifra, informada por la Dirección General de Administración de Infracciones (DGAI) porteña, se podrían asfaltar unas 1210 cuadras de la ciudad, si se toma en cuenta que el costo por cuadra es de $2.148.699,24, según el periódico especializado El Constructor. Pero la asignación de ese dinero no es tan lineal, ya que fuentes del gobierno porteño indican que todo lo que se recauda por infracciones de tránsito va a Rentas Generales y no tiene un uso específico; es decir que se asigna a distintas obras y gastos de la ciudad.

Más allá del destino de los fondos, que más de un multado querría conocer, hay un costo adicional por dejar el auto mal estacionado, que no va a parar a las arcas del estado: el del acarreo del vehículo, que hacen las conocidas grúas que lo trasladan hasta el depósito al que hay que ir a recuperarlo.

El costo de acarreo es de $1400 (desde noviembre de 2018). Según estima la Secretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, se acarrean 400 vehículos por día, lo que daría una recaudación diaria de $560.000. "Este sistema está concesionado a Dakota STO y BRD/SEC, por lo que el dinero surgido de la tasa de acarreo es percibido por estas empresas. Sus contratos están vencidos desde 2001. El sistema no se licitó desde entonces, si bien tuvo que continuar por tratarse de un servicio público. El GCBA viene avanzando en los procesos licitatorios correspondientes y este año estará en condiciones de adjudicarlo", indican desde Transporte.

Según señalan desde esa cartera, la cantidad de infracciones labradas entre enero y diciembre de 2018 fue de 4.239.457; pero eso no quiere decir que todas representaron el pago de una multa, puesto que muchas se impugnan o prescriben (otras son abonadas recién al año siguiente, por lo que no entran en la contabilidad del año en que fueron hechas).

¿Cuáles son las multas más comunes? Una estadística de la Secretaría de Transporte porteña muestra el siguiente top ten: 1) estacionamiento indebido, 31,9% de las infracciones totales; 2) exceso de velocidad, 27,6%; 3) ingreso indebido a centro peatonal, 12%; 4) uso del celular, 5,2%; 5) evasión de peaje, 3,5% ; 6) luz roja, 2,7%; 7) invasión de carriles exclusivos, 1,9%; no usar cinturón de seguridad, 0,9%; 9) indicaciones a la autoridad, 0,8%, y 10) giro prohibido, 0,7%.

El valor de las multas está fijado en unidades fijas (UF), cada una de las cuales equivale al precio de medio litro de nafta de mayor octanaje en YPF. Actualmente una unidad fija asciende a $17,85, importe que se actualiza cada seis meses (la última vez fue el 28 de agosto de 2018). Así, por ejemplo, la multa más baja por mal estacionamiento es de 100 UF, mientras que la más cara por exceso de velocidad llega a 4000 UF.

Algunos otros valores para tener en cuenta son los que se cobran por pasar un semáforo en rojo, cuya multa que va desde $5355 (300 UF) hasta $26.775 (1500 UF); giro prohibido, $1780 (150 UF); invasión de carriles exclusivos, $ 2677,5 (150 UF).

En cuestión de reclamos por parte del multado, la multa se presume válida salvo prueba en contrario. "Es decir que se invierte la carga de la prueba, pero siempre que tenga todos los requisitos exigidos, entre los que se destacan la firma del inspector, la especificación de marca y modelo del vehículo y la indicación clara del lugar y hora de la infracción", explica Gonzalo Iezzi, abogado especializado del Estudio Jurídico Iezzi & Varone.

Una vez que la Dirección de Tránsito labra las multas, estas son resueltas por la Dirección General de Administración de Infracciones (DGAI). "Algunas se pagan en pago voluntario, cuando el infractor reconoce su falta. Pero siempre existe la instancia de ir a discutirla con un controlador, que puede desestimarla por improcedente u errónea o determinar que se abone el importe completo", detallan en la DGAI.

Asimismo, según destaca Iezzi, es muy importante saber que si el multado no está de acuerdo con lo que determina el controlador, tiene la opción de ir a la Justicia Contravencional Penal y de Faltas. "El ciudadano lo puede hacer por su propia cuenta, sin necesidad de contratar un abogado", acota el especialista.

En tanto, en julio del año pasado la Ciudad lanzó un servicio para que los ciudadanos puedan resolver sus faltas de tránsito a través de un chat desde el celular, la notebook, la PC o la tableta. Los controladores de faltas atienden de 8 a 20 y tienen las mismas atribuciones que quienes ofrecen la atención en forma personal, con excepción de los casos en que se haya retenido la licencia o el vehículo.

 

 

No son pocos los conductores que se quejan del costo de las multas (aunque hay que aclarar que en el interior del país son más onerosas), puesto que para muchos es una gran proporción de sus ingresos. Una solución a eso podría ser imitar a países como Suecia y Finlandia, que ajustan el peso de la multa de acuerdo con la declaración jurada patrimonial del ciudadano. "De esta forma -dice Iezzi- se resuelve el problema de que si es muy barata deja de ser disuasiva para el rico y si es muy cara se hace casi de pago imposible para el pobre".ß

 

Comentá la nota